- Después de exprimirle el jugo a París, Milán y Nueva York, y qué jugo, se nos ha mudado a Tossa de Mar, en Gerona. Qué manía ésta la de volver a los orígenes...
- Es que hay un tiempo para cada cosa. No cambiaría por nada la década que pasé en Nueva York, cuando llegué con una mano delante y otra detrás con 22 añitos y esas ganas locas de comerme el mundo. Pero hace poco estuve en Manhattan y a los cinco días me quería ir. Cada vez me cuesta más moverme.
- ¿Cómo es un día normalito en Tossa, desde que se levanta? Aver si me convence lo de la vida calma y tal.
- Pues hoy he hecho algunas entrevistas, como ésta, por ejemplo, he ido al gimnasio, he trabajado un poquito en la marca de ropa de la que soy director creativo, OOTO, comeré con mi padre... Y por la tarde, ya veremos: ¿una siesta?
- Lo del trabajo de oficina de nueve a tres, ya si eso para otros...
- No podría. Mi padre se ha dedicado 45 años a la restauración y yo me preguntaba: «¿Es ésta la vida que yo quiero?». En absoluto. Así que cuando surgió la oportunidad de la moda, aproveché que me pagaban los billetes a París y Milán... y ahí empezó todo.
- Yen menuda hoguera de las vanidades se fue usted a meter...
- Ese primer momento en el que llegas a París y no sabes qué va a ser de ti al día siguiente...
- No me diga que ha pasado hambre, con esas hechuras que se gasta.
- Hambre no, vértigo sí. Pero fueron saliendo cositas para ir tirando, y poco a poco lo conseguí. Donde sí había más presión era en Nueva York, una ciudad en la que había más competencia. Yo he tenido amigos que terminaron trabajando en bares o restaurantes, o que tuvieron que regresar a España.
- Dijo usted una vez que había sido hombre objeto y había notado la brecha salarial, y que nada de eso había afectado a su ego. Desarrolle...
- Es que negar la brecha salarial sería absurdo. Quizá ahora, si me comparas con algunas chicas que están empezando, no se note tanta diferencia. Y claro que he sido un hombre objeto. Si tú ves la campaña que hice con Jennifer Lopez, donde salgo casi sin ropa y ella me maneja a su antojo... Pero yo ya sabía para qué me contrataban y lo que se esperaba de mí. Si no tienes claro a lo que vas, puede ser abrumador.
- Es que es usted modelo y actor. No le vamos a exigir física cuántica. Y vaya por delante que a mí tampoco.
- Pero sí se puede exigir que tengas personalidad para estar con Jennifer Lopez y aguantar el tipo. Sostener una conversación con ella, que esté cómoda, que no diga: «Pues este tipo me cae mal»... Porque entonces el trabajo no sale.
- Una pregunta con su poquito de machista que no le haría a una mujer. Pero me voy a lanzar con usted: ¿mujer e hijos, pa'cuando?
- Es que es una pregunta un poco sensacionalista, y hay gente a la que le puede incomodar que hurguen en su vida privada. Claro que me lo puedes preguntar, sea chico o chica, y yo, depende del día y de cómo me pilles, te puedo contestar: 'Pues vete a saber', 'pues a lo mejor no quiero, o 'no me apetece' o 'no me ha llegado la oportunidad'...
- O que ya tiene a su sobrina y a su perro, como le he leído por ahí en alguna entrevista. Eso sí que es salirse por peteneras.
- Es que después de una charla de media hora con un periodista en la que estoy hablando de moda, de trabajo, de mil cosas... que se queden con ese titular, pues me sabe a poco. Pero sí, tengo una sobrina fabulosa que acaba de cumplir tres años y a la que estoy disfrutando muchísimo.
- Venga, pues hábleme de su último trabajo como actor en Regreso a Las Sabinas.
- Es un formato innovador y arriesgado, pero que va a ser un modelo a seguir. Una serie de 70 capítulos con una factura premium que, por primera vez en la historia de la ficción, se van a emitir a diario en una plataforma, Disney+. Un melodrama clásico con unos giros increíbles que lo va a petar, ya verás.
- Veo que no le gusta mucho sacar a pasear intimidades...
- Es que hablar de uno mismo es muy complejo, y hacerlo de temas que no quieres, también. Lo encuentro demasiado egocéntrico...
- Venga, pues vamos al turrón. ¿Cómo es Madonna?
- Ay, eso sí te interesa.
- Hombre, es Madonna.
- Sí, es cierto. Madonna es super icon. La conocí hace unos años en Londres, en un hotel donde estaba tomando algo con unos amigos, y me encontré con Mert, uno de los fotógrafos de moda más famosos del sector, que me dijo: 'Vente, que estoy con Madonna y te la presento'. Y allí echamos un rato charlando. Fue un momentazo, la verdad.
- Para contarle a sus nietos, si algún día los hubiere. Bueno, o a su sobrina.
- Sí, a mi sobrina.
- Ahora que me ha puesto los dientes largos. ¿Algún chascarrillo más del faranduleo?
- Faranduleo... Qué expresión.... Jajaja
- Hombre, no es usted registrador de la propiedad, precisamente.
- Pues una vez me invitaron al cumpleaños del príncipe de Brunei y allí conocí a Michael Jackson. Era una fiesta en la que había muchísima gente, desde Don Johnson a Roberto Cavalli, y todo el mundo estaba haciendo cola para hacerse una foto con él. Es de las cosas más fuertes que recuerdo.
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