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Lourdes Treviño, la arquitecta del lujo que hace casas sin calefacción ni aire acondicionado (no los necesitan)

Iba para bailarina, pero eligió la arquitectura. Hoy, Lourdes Treviño es una autoridad en la creación de viviendas de alta gama PassivHaus, un sistema de construcción que garantiza un drástico ahorro de energía. Las que ella crea, además, no sacrifican el diseño. La casa de tus sueños sin necesidad de calefacción ni aire acondicionado. Ahí es nada.

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Lourdes Treviño, junto a su estudio, en el barrio madrileño de Valdebebas.
Lourdes Treviño, junto a su estudio, en el barrio madrileño de Valdebebas.FOTO: ÁNGEL NAVARRETE

El 99,9%. Este porcentaje tremebundo, que no se piensa ni dos segundos, te lanza Lourdes Treviño (Ciudad de México, 1977), fundadora de Freehand Arquitectura, como respuesta a la primera pregunta de nuestra entrevista, la de qué proporción de casas españolas pierden energía tontamente por defectos constructivos. Entre puertas, ventanas, cajas de persiana, rejillas de ventilación, paredes y techos mal aislados, un hogar medio desperdiciaría al año unos 1.200 euros en energía. Pero no sólo eso. Casi la mitad de nuestra factura de la luz se va en calefacción y refrigeración, dos gastos que parecen irrenunciables en zonas especialmente ariscas con las temperaturas invernales y/o veraniegas.

Y escribo 'parecen' con premeditación y alevosía, porque sí existe una forma de construir casas que presume de quitarse de encima, de un plumazo, el gasto en frío y calor artificiales. Entre ellas, las que edifica el estudio de Lourdes Treviño, que no necesitan calefacción ni aire acondicionado porque se construyen bajo los estándares PassivHaus, forma de edificación que empieza a hacerse notar en España, pero cuyos cimientos llevan ahí desde la segunda mitad de los 70.

¿Y ese adiós a la calefacción y el aire acondicionado cómo se consigue?
Es pura física de la construcción. Aunque el estándar PassivHaus se implantó en 1988, en realidad esto hunde su raíz en técnicas ancestrales, cuando los seres humanos no tenían forma de calentar o enfriar sus hogares más allá de usar la física de la ventilación y los materiales disponibles en su entorno. Al final, el efecto de una casa pasiva es el de una cueva, que se mantiene a temperatura estable todo el año.

El idilio de Lourdes Treviño con las casas pasivas tuvo de primera celestina a su hermano, también arquitecto: "Siempre estaba muy preocupado por el tema de la ecología y la sostenibilidad, mucho antes de que todo el mundo lo tuviese en la boca". Ella por su parte empezó la carrera en la Universidad Anáhuac de México, siguió en el Southern California Institute of Architecture (SCI-Arc) y la acabó en la Politécnica de Madrid. Y aquí se quedó. Aunque en realidad ni vino ni se quedó por la arquitectura. Sino por el ballet (que todavía practica, por cierto).

¿Hubo duelo entre danza y arquitectura?
Yo no era una virtuosa del ballet. Me encanta y no se me daba mal, pero nunca pensé que pudiera llegar a dedicarme a ello. Así que cuando recibí una invitación del (extinto) Ballet Clásico de Madrid para unirme a la compañía, convencí a mis padres de que aquella era una oportunidad única y de que me dejaran hacerlo. Y lo hicieron. Fue una experiencia increíble. Hicimos gira, bailamos por todas partes en España... Nunca me pagaron. A los seis meses mis padres me dijeron «vuelve». Pero no, no volví. En vez de eso, me busqué un trabajo de arquitecta.

La oportunidad que llegó de la crisis

Treviño montó su estudio, que es cien por cien femenino, en 2004, y empezó haciendo oficinas, restaurantes y comercios. Pero llegó la crisis de 2007 «y todo eso se paró. Tuvimos que buscarnos un nicho, y nos colamos en el mundo del lujo». Al principio, cuenta, no eran casas pasivas, pero ella fue interesándose más y más por el tema, por una cuestión, dice, de pura responsabilidad social. «Así que me puse a estudiar y obtuve la certificación PassivHaus Designer. Entonces empecé a proponer a mis clientes aplicar estos conceptos y les resultó interesantísimo», entre otras cosas, porque podía revalorizar las viviendas.

Y así llegó su primera casa pasiva, en Torrelodones y «para una señora que tenía mucha conciencia, pero también mucha prisa, así que tuvimos que usar un sistema prefabricado de madera, que se hace en Talavera».

La 'Casa Toblerone', en Torrelodones (Madrid), una casa pasiva con el salón semiexcavado en la montaña.
La 'Casa Toblerone', en Torrelodones (Madrid), una casa pasiva con el salón semiexcavado en la montaña.FREEHAND ARQUITECTURA

Freehand no es el único estudio que construye Passivhaus en España. Pero sí el más atrevido, el que lo aplica a casas de diseño libre, a la carta, fuera de los estrictos módulos que suelen caracterizar al resto de oferta. «Ahora mismo estamos haciendo la que probablemente sea la casa pasiva más compleja construida en España, una vivienda de 1.000 metros cuadrados en La Moraleja (Madrid). Su complejidad estriba en su geometría, porque uno de los principios de nuestro estándar es lograr algo compacto, un paralelepípedo por ejemplo, una forma que no tenga muchos salientes, porque eso complica mucho lograr la eficiencia energética. Pues bien, resulta que en este proyecto partimos de una parcela llena de encinas. No las puedes cortar, porque en La Moraleja las encinas están protegidas; las puedes trasplantar, pero hacerlo cuesta 7.000 euros por árbol y además es muy probable que acabe muriendo. Así que lo que hicimos fue una casa donde la geometría y la planta están en función de esas encinas. Mucho más rica en diseño, aunque nos haya complicado la vida».

Lourdes Treviño parece, no obstante, bastante satisfecha con la complicación. «La mayoría de la gente piensa que con PassivHaus solo se pueden hacer casas modulares, prefabricadas, donde no se puede ni abrir las ventanas». Ella desafía todo lo anterior: "Obviamente, desde el punto de vista del estándar es mucho más eficiente tener ventanas pequeñas, como los aviones, con una gran hermeticidad. Pero imagínate que yo estoy empeñada en poner un gran ventanal, porque tengo unas vistas maravillosas al norte (una orientación que, además, no me conviene nada desde el punto de vista energético). Solución: habrá que compensar lo que perdemos a golpe de matemáticas. Al final se trata de una ecuación cuyo resultado debe ser cero. Tendré que meter más aislamiento térmico en la cubierta o meterle un vidrio mejor a ese gran ventanal con vistas al Cantábrico".

Porque, además, resulta dudoso que un millonario acepte una casa llena de ventanucos, fijo que todos apuestan por los ventanales.
Ahí viene nuestro ingenio, el de hacer que esos deseos se puedan trasladar a un sistema eficiente. Porque hay mucha gente que se gasta un dineral en casas de lujo y luego nunca está cómoda en ellas.
Así que los ricos también lloran... de frío.
Lo pasivo es un lujo no porque sea más caro, sino porque es un lujo vivir en una casa donde no se te cuela el aire, donde la temperatura es constante en toda la vivienda, donde no te mueres de calor en la buhardilla...
'La Favorita' (Madrid), una reforma realizada con criterios bioclimáticos.
'La Favorita' (Madrid), una reforma realizada con criterios bioclimáticos.FREEHAND ARQUITECTURA

Aun así, cuenta la arquitecta, hay clientes que no acaban de creérselo y acaban pidiendo climatización. «Pero realmente, si tú cumples la certificación estás garantizando 21º mínimo en invierno y 25º máximo en verano. Que no son ni mucho menos los 21 en una casa tradicional, con los que al final pasas frío».

La siguiente pregunta que pide el cuerpo es qué podemos hacer los que no tenemos una casa pasiva (vamos, prácticamente todos). ¿Se puede convertir en eficiente una casa que no lo es?
Se puede, sí. De hecho, estamos negociando ahora mismo con una empresa de catering que quiere hacer pasiva toda su nave industrial y oficinas. Eso sí: tienes muchos más hándicaps que en una construcción nueva, ya que en esta se empieza a aislar desde la misma cimentación.

Como puede verse, no sólo de casas vive el PassivHaus. Bajo su batuta se pueden construir oficinas, fábricas, universidades, colegios (en Madrid, el Brains de La Moraleja lo es). «Imagínate una escuela donde tus aulas tienen la ventilación perfecta. Los niños no se te duermen en clase y no hace falta abrir las ventanas, como sucedía con el covid, para poder airear bien.

Y llega la pregunta que todos se están haciendo a estas alturas: ¿cuánto encarece la obra hacerla PassivHaus?
Es que puede no encarecerse, porque estás ahorrando mucho dinero en las instalaciones. El PassivHaus es para todos. Se puede aplicar a la reforma de un loft o en un apartamento y siempre ganas en confort y calidad del aire, no pagas electricidad por la temperatura ambiente... Y si además puedes poner paneles solares, hasta puedes conseguir una casa positiva, es decir, que produzca más energía de la que consume.
O sea, que no todo son casoplones...
Tenemos ahora una casita de 150 metros cuadrados en Chinchón, en una parcela pequeña con unas vistas divinas. La hemos hecho para una amiga mía, bailarina y aparejadora, con un presupuesto bajísimo. No le va a costar más que una casa convencional.
En el propio sector, ¿hay resistencia? Porque supongo que no debe de faltar quien lo vea como una limitación al diseño o como una amenaza, ¿no?
Ah, sí, sí... Aunque lo que sobre todo hay es mucho desconocimiento. Lo que yo tengo claro es que hay que dar a conocer este sistema porque es muy bondadoso, se puede hacer en cualquier parte del mundo. Imagínate los Emiratos Árabes..., el día que lo descubran todo el mundo va a querer una casa pasiva.

Ese día seguro que Lourdes Treviño anda por ahí. De momento anda liada con media docena de proyectos, y además ultima la edición de un libro fotográfico. En él se despliega Houses Can Dance, el proyecto que abordó en 2020 cuando acabó el confinamiento por el covid y donde fundió -adivinen- sus dos pasiones, danza y arquitectura. Un no parar.

'Saians' (Vigo), un proyecto que integró arquitectura, interiorismo y paisaje.
'Saians' (Vigo), un proyecto que integró arquitectura, interiorismo y paisaje.FREEHAND ARQUITECTURA