Tras salir completamente "decepcionado" de la pasada Conferencia de Presidentes celebrada en Santander, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha comparecido ante el parlamento autonómico para alzar la voz en contra de la condonación de la deuda a Cataluña, que "se trata de una subrogación de la deuda, en la que pretenden que el resto de España pague por la mala gestión de sus administradores". Por ello, considera que, de producirse, "le estaríamos haciendo un flaco favor a la igualdad de la ciudadanía y al resto de Ejecutivos que sí han cumplido con sus responsabilidades", únicamente por cumplir "intereses puramente partidistas".
En adición, Azcón ha querido achacar "la ausencia de encuentros preparatorios y de reuniones previas" a que no se alcanzase ningún acuerdo durante este cónclave, que " todavía no se habría celebrado de no ser porque varios presidentes autonómicos elevamos nuestras peticiones al Tribunal Supremo".
También ha criticado a Pedro Sánchez su "falta de interés" por escuchar las injusticias que vive Aragón, como, por ejemplo, los 87 millones de euros que perderá en su financiación por sus problemas de despoblación. "Nosotros tenemos experiencia en este tipo de reuniones y sabemos que dos no pactan si uno no quiere, y Sánchez no ha querido pactar con nosotros", ha señalado.
En cuanto a las otras materias tratadas en el encuentro presidencial, Azcón ha destacado que expuso que considera "un error" que 100 inmigrantes puedan llegar a vivir a un pueblo de 1.500 habitantes sin previo aviso, que criticó la falta de sanitarios y que demandó que el Estado cediese a Aragón varios suelos para construir un total de 1.800 viviendas, "antes que organizar una empresa estatal de vivienda que creo que no va a hacer mucho caso a los pueblos pequeños". De todas estas quejas y propuestas, el presidente de Aragón ha puesto en común que "no hubo ningún tipo de respuesta".
Por ello, el barón zaragozano evalúa que el resultado de la Conferencia de Presidentes fue "decepcionante en el fondo y un teatrillo en la forma", aunque eso "no significa que desde Aragón no vayamos a seguir trabajando por impulsar medidas y ser escuchados".