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Ensuciar la Estación Espacial Internacional para proteger la salud de los astronautas

Investigadores culpan a la excesiva esterilización de las enfermedades infecciosas con las que regresan a la Tierra

La astronauta Suni Williams en la Estación Espacial Internacional.
La astronauta Suni Williams en la Estación Espacial Internacional.NASA
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Un viaje al espacio no siempre es una experiencia tan placentera. Al menos como la que cuenta Jesús Calleja. Ni siquiera como la que cuentan la mayoría de los astronautas que han logrado ir más allá de la línea Kármán. Tras la visión exclusiva de nuestro planeta desde el espacio exterior, hay una letra pequeña en el regreso a la Tierra, que incluye disfunción inmunológica, erupciones cutáneas y otras afecciones inflamatorias.

Un estudio que acaba de publicar la revista Cell Press cree que todos estos problemas se deben a la excesiva esterilización de las naves espaciales. El estudio demostró que la Estación Espacial Internacional (ISS) tiene menos microbios que los entornos construidos por humanos en la Tierra. De hecho los pocos que hay están en las especies transportadas por los humanos a la ISS, y por los propios humanos, lo que sugiere que la presencia de más microbios ayudarían a mejorar la salud de los astronautas en la estación espacial.

"Las estaciones espaciales podrían beneficiarse de fomentar intencionalmente comunidades microbianas diversas en lugar de construir de espacios altamente desinfectados", apunta el coautor principal del estudio, Rodolfo Salido, de la Universidad de California, San Diego (UC San Diego).

Para saber más

Los investigadores colaboraron con astronautas que tomaron muestras de 803 superficies diferentes en la ISS, e identificaron qué especies bacterianas y sustancias químicas estaban presentes en cada muestra. Después crearon mapas tridimensionales que ilustraban dónde se encontraba cada una en la ISS.

El equipo descubrió que la piel humana era la principal fuente de microbios. Al mismo tiempo los productos químicos de limpieza y los desinfectantes estaban presentes en todas partes de la estación. También descubrieron que los diferentes módulos o habitaciones dentro de la ISS albergaban diferentes comunidades microbianas. Por ejemplo, las áreas de preparación de alimentos y de comedor contenían más microbios asociados a los alimentos, mientras que el baño espacial contenía más microbios y metabolitos asociados a la orina y las heces.

"Notamos que la abundancia de desinfectante en la superficie de la Estación Espacial Internacional está altamente correlacionada con la diversidad del microbioma en diferentes ubicaciones de la estación espacial", dice la coautora principal Nina Zhao, de la UC San Diego.

Cuando compararon la ISS con diferentes entornos construidos por humanos en la Tierra, los investigadores descubrieron que las comunidades microbianas de la ISS eran menos diversas que la mayoría de las muestras de la Tierra, y eran más similares a las muestras de entornos industrializados y aislados, como hospitales.

En comparación con la mayoría de las muestras de la Tierra, las superficies de la ISS carecían de microbios ambientales de vida libre que suelen encontrarse en el suelo y el agua. Por lo que creen que la incorporación intencional de estos microbios y los sustratos en los que viven en la ISS podría mejorar la salud de los astronautas sin sacrificar la higiene. Los investigadores comparan su sugerencia con los efectos beneficiosos de la jardinería sobre el sistema inmunológico.

"Hay una gran diferencia entre la exposición a un suelo saludable gracias a la jardinería y vivir en nuestra propia inmundicia, que es lo que sucede si estamos en un entorno estrictamente cerrado sin la entrada constante de esas fuentes saludables de microbios del exterior", dice Knight.

En el futuro, los investigadores esperan perfeccionar sus análisis para poder detectar microbios potencialmente patógenos y señales de salud humana a partir de metabolitos ambientales. Dicen que estos métodos también podrían ayudar a mejorar la salud de las personas que viven y trabajan en entornos igualmente estériles en la Tierra.