Los astronautas están entrenados para hacer frente a cualquier imprevisto, una preparación que ha permitido que Sunita Williams (59 años) y Butch Wilmore (62) hayan afrontado con impecable profesionalidad y buen ánimo la extraordinaria prórroga de su misión espacial tras los fallos detectados en la nave Starliner que el pasado junio les llevó a la Estación Espacial Internacional (ISS). Una odisea que tiene las horas contadas, pues este fin de semana ha llegado por fin la nueva tripulación, la Crew-10, que va a permitir su regreso a partir del próximo miércoles.
Conocidos popularmente como los astronautas varados o atrapados en la ISS, estos dos veteranos miembros de la NASA han visto como la misión de prueba de esta nave de Boeing que les adjudicaron, y que iba a durar poco más de una semana, se ha prolongado más de nueve meses. Pero además, esta accidentada misión se ha convertido en una suerte de culebrón espacial lleno de contratiempos e incluso de controversias políticas.
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha utilizado esta crisis para acusar a la anterior Administración de haberlos abandonado. Unas acusaciones que han terminado salpicando a los dos astronautas, envueltos en una polémica sobre la que se han visto obligados a pronunciarse, y en la que Elon Musk, propietario de SpaceX, la empresa que va a rescatarles, ha sido también uno de los protagonistas.
11 años para fabricar una nave
La crisis comenzó cuando la nave Starliner, una suerte de taxi espacial desarrollado por el Boeing por encargo de la NASA para llevar a astronautas a la ISS, sufrió fallos técnicos durante su primer vuelo de prueba que, tras años de retraso debido a la encadenación de numerosos problemas técnicos y contratiempos, comenzó por fin el 5 de junio.
Sunita Williams y Butch Wilmore llegaron a salvo a la ISS, donde se reunieron con la tripulación que estaba ya allí. Sin embargo, durante ese viaje de idase registraron problemas con el sistema de propulsión, que retrasaron el acoplamiento de la nave Starliner con la plataforma orbital. Además, se detectaron varias fugas de helio en la nave que impidieron que pudieran regresar a la Tierra el 14 de junio, como estaba previsto inicialmente.
Aún así, la NASA confiaba en que Boeing arreglaría las fugas. Sin embargo, tras varios meses de trabajos y discusiones sobre el estado de la nave, la agencia espacial de EEUU no quiso asumir ningún riesgo para sus astronautas y el 24 de agosto anunciaba que el vehículo regresaría vacío a la Tierra. Sus tripulantes se quedarían en la ISS durante un tiempo a la espera de que otra nave fuera a por ellos y los trajera a la Tierra. Los responsables de Boeing no ocultaron su malestar y desacuerdo por esa decisión, que comprometía su imagen. Aunque la nave regresó vacía a la Tierra el 7 de septiembre sin incidentes, el daño reputacional estaba hecho.
Hay que recordar que las empresas privadas Boeing y SpaceX ganaron en 2014 sendos contratos de la NASA para fabricar sendas naves espaciales para que los astronautas viajasen a la ISS, reemplazando la tarea que hacía el shuttle (transbordador), ya jubilado. De ese modo, la agencia espacial podría centrarse en el desarrollo de los vehículos para viajar a la Luna y en el futuro a Marte. Para ello, Boeing recibió una financiación pública de 4.200 millones de dólares mientras que SpaceX obtuvo 2.600 millones. Mientras SpaceX consiguió desarrollar y poner en marcha en 2020 su nave, la Crew Dragon con menos dinero, Boeing no ha sido capaz todavía de tener lista la Starliner. Y la crisis de los dos astronautas varados no ha hecho sino empeorar su imagen.
Ahí no acaban los problemas para Boeing, pues la NASA decidió en agosto que los astronautas volvieran a la Tierra en una nave Crew Dragon impulsada por un cohete Falcon 9, ambos de SpaceX, su gran competidor. Sin embargo, dado el estricto y limitado calendario de misiones a la ISS, ya se dijo entonces que tendrían que esperar hasta febrero para volver a casa dado que no había disponible una nave que pudiera ser lanzada inmediatamente.
Esta prórroga de la misión ha sido aprovechada por la NASA para asignar nuevas tareas a los dos astronautas, con el objetivo de sacar el máximo partido posible a su situación. Según ha detallado la agencia espacial, han dedicado más de 900 horas a la investigación durante las que han acometido más de 150 experimentos.
Además, el pasado febrero, Sunita Williams se convirtió en la mujer que más tiempo ha acumulado en caminatas espaciales (60 horas y 21 minutos). Las actualizaciones sobre su estado por parte de la NASA han sido muy frecuentes y han incluido ruedas de prensa y entrevistas en las que han asegurado repetidamente no estar preocupados ni sentirse abandonados o varados, restando importancia a esta crisis y resaltando lo felices que están por seguir en el espacio. Su mayor motivo de preocupación, admitieron, era la inquietud de sus familiares y no poder decirles cuándo volverían.
El plan era que regresaran en la nave de la misión Crew-9, que despegaría con dos asientos libres (las astronautas Zena Cardman y Stephanie Wilson se quedaron fuera para que Suni Williams y Butch Wilmore pudieran ocuparlos durante el viaje de regreso). En vez de lanzarse en agosto, la misión Crew-9 comenzó el 28 de septiembre con solo dos ocupantes, Nick Hague y Aleksanr Gorbunov, en la nave Crew apodada Freedom, que llevaba dos trajes adicionales para los astronautas varados, pues los de Boeing no son compatibles con las naves de SpaceX.
Este plan para traerlos en febrero junto a la tripulación de la Crew-9 dependía que la Crew-10 se lanzara en fecha para permitir la rotación de los tripulantes. Y el 17 de diciembre, la NASA anunció que no podría lanzarse hasta "finales de marzo" de 2025, lo que implicaba que los astronautas varados no podrían regresar hasta entonces.
Acusaciones de Trump y Musk
Pasaron las navidades en gravedad cero y aunque el último aplazamiento se había debido cuestiones vinculadas a las naves Dragon de SpaceX, en enero Elon Musk publicaba en X un sorprendente mensaje. El magnate aseguraba que el presidente de EEUU había pedido a SpaceX que trajera a casa a los dos astronautas varados lo antes posible: "Lo haremos. Es terrible que el Gobierno de Biden los haya dejado allí durante tanto tiempo", escribía Musk.
Poco después, Trump confirmaba que había pedido a Musk que fueran a buscar "a los dos valientes astronautas que habían sido prácticamente abandonados en el espacio" por su predecesor. Pese a que la decisión de que ambos tripulantes volvieran a la Tierra con SpaceX se tomó en agosto, meses después de que Trump ganara las elecciones, Elon Musk asegura que Biden rechazó una propuesta de su empresa para traerlos antes debido "a razones políticas". Sin embargo, el magnate, ahora asesor presidencial, no ha detallado cuándo y a quién hizo esa propuesta.
La NASA ha reiterado que la extensión de la misión se ha debido a razones técnicas y no políticas. Además, durante una rueda de prensa a finales de agosto de 2024, el jefe del programa de vuelos comerciales de la NASA, Steve Stich, aseguró que la NASA no se planteaba fletar una nave de SpaceX destinada exclusivamente a traer a sus dos astronautas de vuelta.
Preguntados sobre esta cuestión, Wilmore respaldó la versión de Musk a principios de marzo: "Solo puedo decir que lo que dice el Sr. Musk es absolutamente cierto", afirmó Willmore, que añadió. "Respecto a lo que se ofreció, lo que no se ofreció, a quién se ofreció, cómo se desarrolló el proceso... simplemente no tenemos esa información".
Ese vuelo de regreso previsto para finales de marzo, se ha podido adelantar un par de semanas al cambiar la cápsula que iba a usarse. Cuando por fin esta semana estaba todo listo para el despegue desde el Centro Espacial Kennedy de de la misión a la ISS que permitiría su regreso, un fallo en el sistema hidráulico de un componente de sujeción, obligó a aplazar el lanzamiento de la misión Crew-10, fijado para el miércoles 12 de marzo. Aunque se pospuso al día siguiente, los fuertes vientos y lluvias previstas llevaron a establecer el intento de lanzamiento al viernes 14 a las 19.03 en Florida (medianoche del sábado en España), que en esta ocasión sí despegó puntual.
El sábado llegaron a la ISS Anne McClain y Nichole Ayers, el japonés Takuya Onishi, y el ruso Kirill Peskov, que son los componentes de la misión Crew-10 y los que relevarán a la actual tripulación. Como es habitual, los astronautas y cosmonautas se fundieron en abrazos de bienvenida, aunque sin duda esta misión de relevo ha acaparado más atención dado que permitirá el regreso de Suni Williams y Butch Wilmore.
Con este nuevo calendario, los astronautas varados no han podido volver a la Tierra el domingo 16 de marzo, como se había previsto a principios de semana, pero si no surgen nuevos contratiempos, regresarán junto a Nick Hague y Aleksandr Gorbuno el martes 18 de marzo, tal y como ha anunciado la NASA el domingo por la noche. Aunque habían señalado que no sería antes del miércoles 19, la predicción meteorológica favorable en la costa de Florida, donde caerá la nave, van a hacer que se intente ese día. Terminara así una de las crisis espaciales más mediáticas.