«El problema en Cabo Verde es que el dinero no te lo puedes traer [a España]. Viviendo allí eres el rey, el capitán general, un marajá con cuatro negras que te la chupen tres veces al día». Hay varias escenas descritas en las diligencias del caso Mediador que demuestran el apetito voraz por el dinero y el sexo del general retirado de la Guardia Civil Francisco Javier Espinosa Navas. Fue quien pronunció esas palabras y quien ahora se encuentra preso. El día que los investigadores registraron su casa en Madrid, le encontraron varias cajas de zapatos con más de 50.000 euros en efectivo en su interior.
Cuando se enteraron en su pueblo natal, Guillena (Sevilla), más de un vecino se llevó las manos a la cabeza. No se podían creer que Paquito, un «cerebrito» desde crío, un «santo», duerma ahora sobre el camastro de una celda. Pero lo cierto es que sobre él pesan acusaciones de cohecho y organización criminal. Una jueza sospecha que cobró miles de euros en comisiones por, entre otros motivos, el supuesto amaño de cuatro contratos públicos financiados con fondos europeos a través de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), un organismo presidido por la ministra Nadia Calviño. Uno de esos contratos es por la venta de drones en África.
El gran caso de corrupción que afecta a diputados socialistas desde Canarias al Congreso. Y el papel en la trama del general de la Guardia Civil que más mandó en el Sahel
El 10 de noviembre de 2021, Marco Antonio Navarro Tacoronte, el garganta profunda de esta causa judicial que ha alcanzado a un diputado socialista en el Congreso y que puede manchar a unos cuantos más, se reunió con el empresario madrileño Antonio Bautista, que quería aterrizar comercialmente en las Islas Canarias con su compañía de instalación de placas solares. Aquel día, ambos hablaron sobre el general Espinosa Navas, condecorado varias veces durante su dilatada carrera y que había sido, entre otros muchos cargos, jefe de la comandancia de Las Palmas de Gran Canaria.
- El tema del general quería hablarlo contigo a solas- le dice Navarro Tacoronte al citado empresario, a quien le plantea las condiciones que pone Espinosa Navas para abrirle puertas, a través de sus contactos, en las islas.
- Él me ha pedido a mí una carta para ir a Canarias, una orden de misión...- le responde el empresario madrileño. Se refiere a facilitarle una excusa al general con la que poder presentarse ante su mujer y explicarle que ha de viajar solo en avión desde Madrid, donde reside.
- Sí, para irse a Canarias a follarse al churumbel [Navarro Tacoronte se refiere a su amante, familia del dueño del club de fútbol Unión Deportiva Las Palmas; en otros pasajes le llaman «chocho volador»].
- Vale, yo le he dicho: "Miro el billete" (...) Cuando se cierran, las cosas tienen un valor.
- Bueno, vale, pero él pide contratarla. 3.000 euros en nómina -continúa Navarro Tacoronte, quien suele llamar papá al general-. Quiere tener garantizado ese tema. Le dije: "Pero antes de que se firme el contrato laboral, el estadio de Las Palmas firmado" [Antonio Bautista quería instalar placas solares allí]. Me dijo: "Sin problema. Lo tenemos claro". Todo ha sido hoy, por derecho, él y yo, cara a cara.
Para aparentar «seriedad» ante los empresarios peninsulares captados, les organizaban visitas al Congreso de los Diputados y a la sede de la Guardia Civil en Madrid
La conversación continúa durante un rato largo. Marco Antonio Navarro Tacoronte y Antonio Bautista también charlan sobre posibles subvenciones que le pueden llover al empresario madrileño una vez instale su compañía en Canarias y sobre dos operaciones millonarias que quieren hacer en África gracias a la intermediación de papá general. Allí, Espinosa Navas conoce a altos mandatarios políticos y militares puesto que fue jefe del proyecto GAR-SI Sahel (2017-2020), un plan liderado por España, con la Guardia Civil como estandarte, para «garantizar la estabilidad y la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado» en Mauritania, Mali, Níger, Burkina Faso, Senegal y Chad. Si ambos proyectos prosperaban, el general Espinosa Navas ya pensaba en retirarse con lo que se iba a llevar al bolsillo. Habló de llevarse el dinero a Cabo Verde, a vivir como «un marajá», rodeado de prostitutas.
- Lo del general de África puede dar fuelle, dice el empresario Antonio Bautista a Navarro Tacoronte.
- ¿Qué te ha contado de eso?
- Hay dos cosas, una en Cabo Verde y otra en ... [se supone que es en Mozambique].
- ¿Cuánto dinero?
- Cabo Verde no me ha dicho, el otro sí me ha dicho.
- ¿Tú puedes hacer eso?
- Sí, sí, claro que sí.
- Oye, que te damos 37 kilos. Se va a llevar un 10 por ciento. No te preocupes, que ya se encargará.
- ¡Y se jubila!, responde el empresario que iba a salir beneficiado con el proyecto, que finalmente no salió adelante.
El caso Mediador ha destapado una trama de corrupción y mordidas con dos ramificaciones: la empresarial, donde el general Espinosa Navas tenía un papel preponderante y a quien se le investiga una cuenta en Bélgica y el rastro de su posible patrimonio inmobiliario en varios países de África -una fuente apunta a que son cinco países-, y otra, la política, donde los protagonistas eran dos dirigentes de enjundia del PSOE canario, el hasta hace unos días diputado en el Congreso Juan Bernardo Fuentes Curbelo, al que se le conoce como tito Berni, y su sobrino, Taishet Fuentes, ex director general de Ganadería del Gobierno insular y quien relevó a su tío en dicho cargo. Su partido los ha suspendido de militancia.
Marco Antonio Navarro Tacoronte grabó decenas de horas de conversaciones entre los implicados y fue guardando durante meses mensajes de teléfono y fotografías de las reuniones en restaurantes y en clubes
El mediador y papá general se conocieron en Valencia, según cuenta el propio Marco Antonio Navarro Tacoronte a EL MUNDO durante una entrevista concedida el pasado miércoles. Fue hace tres años, «en plena pandemia». Allí comenzaron a hilarse los vínculos personales de la trama. «Fui a visitar a unos amigos. Cenamos en una marisquería muy famosa. Salgo a fumar y escucho a alguien decir: "Muyayo, los canarios vienen aquí". Yo me enfadé. Se levanta él con un puro. "¿Tú eres canario? (...) ¡Ah, coño, vamos!" Y seguimos de copas. Al final, nos dieron las cinco en plena pandemia, liándola parda. Nos pasamos los teléfonos. Hay un montón de fotos nuestras en pantalón corto. Al día siguiente, nos hablamos. Empecé a hablarle militarmente. "Mi general, tengo que ir a Madrid, por si desea algo". "Tráeme unos puros", me decía. Y yo le llevo la caja de puros a la Dirección General [de la Guardia Civil, desde donde pilotaba el proyecto GAR-SI Sahel, pese a que solía viajar a África]. Me vuelvo a marchar y se va creando ese vínculo. Yo entiendo que me puede favorecer en ciertos negocios de Canarias. Una llamada del general... "Dios, que me ha llamado el de arriba"».
el 'peaje' de 5.000 euros
Los tres (el general y sus compinches los Fuentes) más el empresario canario Marco Antonio Navarro Tacoronte son los cabecillas de una presunta «organización criminal» en la que hay 12 investigados. Navarro Tacoronte ejercía de intermediario entre las dos ramas de esta mafia que buscaba captar, por un lado, a empresarios peninsulares que quisieran instalarse en las Islas Canarias, y, por otro, a dueños de empresas isleñas ya en funcionamiento que buscaban recibir subvenciones o evitar inspecciones y sanciones de la administración autonómica.
Para comenzar a «trabajar con ellos», papá general, tito Berni y el resto exigían un primer pago de 5.000 euros. La Fiscalía habla de «peaje». El ingreso lo tenían que hacer a la cuenta de la Asociación Deportiva Vega de Tetir, un club de fútbol para niños que tito Berni fundó cuando se construyó el primer campo de hierba en Fuerteventura. Al frente estaba su propio hijo.
Luego, para aparentar «seriedad» ante los empresarios peninsulares captados, les organizaban visitas al Congreso de los Diputados y a la sede de la Guardia Civil en Madrid. El general abría su despacho y permitía que se fotografiaran allí. Según la documentación a la que Crónica ha tenido acceso, esas jornadas en la capital de España solían acabar en «grandes fiestas». Primero, almorzaban o cenaban en restaurantes de postín de la capital de España. Luego, seguían de juerga con prostitutas, en clubes y hoteles. Gastaban, de media, unos 3.000 euros por jornada.
Pero hubo alguna de esas fiestas en las que el presupuesto se desorbitó. Despilfarraron miles de euros más. En una de ellas participaron, entre otros, Taishet Fuentes, el general Espinosa Navas, el mediador Navarro Tacoronte y varios empresarios interesados en obtener adjudicaciones en las Islas Canarias. Se celebró en el hotel NH Imperial Playa de Gran Canaria. Fue el 24 de febrero de 2021. Costó 11.000 euros. La costeó uno de los empresarios que aspiraba a conseguir un trato de favor con la ayuda de los políticos y el guardia civil de la trama. En otra visitaron el club de alterne Sombras, en Madrid, a la espalda del Santiago Bernabéu. Casi nunca faltaban las prostitutas, la cocaína y las viagras.
En dos de las numerosas imágenes aportadas a la causa se ve a Taishet Fuentes, el sobrino de tito Berni. En una aparece esnifando coca sobre una mesita de noche y en otra, abrazado a una mujer -ambos, semidesnudos- en la habitación de un hotel. En otra foto se observa a su tío, el ya ex diputado socialista, bailando con una prostituta en un club o con otra sobre sus rodillas.
el "catálago" para el diputado socialista
Normalmente, costeaba las fiestas el mediador, Marco Antonio Navarro Tacoronte, con las mordidas que sacaban a los empresarios. A uno le dijo: «Las subvenciones: que sí, están garantizadas, ¿vale? Yo llevo pagándole putas a Juan Bernardo [Fuentes Curbelo, que dejó su escaño en el Congreso el pasado 14 de febrero] cada vez que viene a Madrid, todos los días. Mil euros, mil euros, mil euros». El socialista, previamente, solía pedirle «el catálogo» para hacer la elección. «Ya me dirás cómo van a venir esas muchachas».
Este pasado lunes, Juan Bernardo Fuentes Curbelo fue detenido. Dos días después, pasó a disposición judicial y se presentó ante la jueza que dirige la investigación, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife. La jueza decidió dejarlo en libertad con cargos. Se le investiga por la presunta comisión de los delitos de cohecho, falsedad, blanqueo, tráfico de influencias y pertenencia a grupo organizado. Al salir del juzgado, sonriente, el socialista dijo ante la prensa que tiene «la conciencia tranquila». Una situación similar vivió días antes, cuando trató de aferrarse a su escaño en la Cámara Baja. Tuvo que acudir el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, para decirle: «No sales de esta sala hasta que entregues el acta».
Durante la vista celebrada, la Fiscalía no solicitó prisión para Juan Bernardo Fuentes. Descartó la existencia de riesgo de fuga y consideró que el ex diputado tampoco puede destruir pruebas. Sin embargo, la jueza instructora, enojada con la posición del fiscal, dejó señalado en el auto que, pese a tener que dejar en libertad a tito Berni porque el ministerio público no había pedido lo contrario, ese riesgo «sí existe (...) dada su posición en las islas y este entorno desde 1994, sus distintos cargos políticos y sus amplias relaciones». A juicio de la magistrada, se aconsejaba el ingreso en prisión del dirigente socialista ya que podría verse «frustrada» la investigación.
Si se conocen gran parte de las fechorías de papá general, tito Berni y compañía es por Marco Antonio Navarro Tacoronte, integrante confeso de la trama. Sin que ellos lo supieran, grabó decenas de horas de conversaciones entre los implicados y fue guardando durante meses mensajes de teléfono y fotografías de las reuniones en restaurantes y en clubes. Tras ser denunciado, decidió entregar todo el material a la justicia. Si al ex diputado socialista y a su sobrino le pagaba prostitutas, al general le entregaba dinero en efectivo, le hacía llegar botellas de vodka, quesos o cajas de puros que le mandaban empresarios interesados en obtener beneficios de los dos políticos y del guardia civil jubilado.
Lo primero que responden en las Islas Canarias cuando Crónica pregunta por los Fuentes, tío y sobrino, es que son una especie de caciques de Fuerteventura, de donde proceden. Los lugareños se refieren a que la isla es un lugar muy politizado, en el que las relaciones son endogámicas, de tal modo que hasta los cargos menos enjundiosos, las subvenciones y cualquier otro tipo de intereses son repartidos entre los allegados, amigos y familiares de los políticos que logran el poder.
Los padres del ex diputado Fuentes eran personas humildes. El padre regentaba un pequeño kiosko, ni siquiera un bar, en el que se servían cafés, dulces, paquetes de patatas fritas. Logró sacar adelante a dos hijos con carreras que luego fueron ocupando diferentes cargos de responsabilidad. Uno, el tan denostado hoy tito Berni. El otro, su hermano Domingo, que fue vicepresidente del Cabildo local y diputado regional, además de escritor. Y a tres hijas, que son trabajadoras municipales. En las últimas elecciones generales, Fuentes Curbelo consiguió establecerse como el cuarto en la lista del PSOE por Las Palmas. Una carambola, el nombramiento como ministra de Carolina Darías, le impulsó al Congreso de los Diputados. Dejó su cargo en la dirección general de Ganadería del gobierno canario en manos de su sobrino Taishet.
El ex diputado Fuentes Curbelo, con tres hijos, montó junto a su mujer una explotación ganadera con cuatrocientas cabras y una fábrica de quesos artesanales. Tiene el 30% de la participación en Quesos Tetir y el 50% en la ganadería. Son empresas que, principalmente, gestiona ella, y que han innovado hasta poner a la venta el licor o las gominolas de leche de cabra. Desde 2014 han recibido 67.244,25 euros en subvenciones, tanto del Cabildo de Fuenteventura como del Gobierno de Canarias.
Pese a todo, el día que Fuentes Curbelo dejó el acta de diputado, envió un mensaje al resto de compañeros socialistas en el Congreso. «Gracias por los buenos momentos. Ya saben que me tienen en Fuerteventura para cualquier cosa que necesiten. Un abrazo enorme». Firmado: el presidente de la Asociación de Amigos del Carnaval de Día de Tetir, conocido en el lugar como La Fiesta de los Polvos.
La relación entre tito Berni y Marco Antonio Navarro Tacoronte, cuyas grabaciones y vídeos lo han hecho saltar todo por los aires, se remonta a su adolescencia, casi a la niñez. «Ellos eran de una familia conocida en Fuenteventura y yo me relacionaba con ellos», esbozó Navarro Tacoronte el pasado miércoles. Según éste, cuando el recién elegido diputado se fue al Congreso, él y su sobrino trataron de resolverle el problema a una quesería a la que habían puesto 72.000 euros de multa. Le pidieron a su dueño eliminar la la sanción a cambio de una mordida. Y así fue creciendo la trama.
De nuevo ante el empresario que destapó el caso, preguntamos: ¿Quién es el líder de esto, el diputado o el general? «Buf, son dos piezas... El diputado va por un camino y el general va por otro. Son dos líneas diferentes que nunca se cruzaron. Creo que no se conocen». ¿Cuánto ha ganado con esto? «Una décima parte de lo que hayan ganado los demás. Mejor, cuánto gasté. Unos 100.000 euros largos en prostitución, drogas, todo eso».
Hay una incógnita que no está resuelta por el momento. Sale a relucir en un mensaje que el mediador mandó al todavía diputado socialista canario mientras su vida transcurría entre clubes de alterne y corruptelas. «Ya está todo preparado y cerrado. A las nueve en el [restaurante] Ramsés. Mesa para 15 personas. Sólo personas del Partido Socialista. No pueden entrar los de VOX ni Podemos ni arrastrados catalanes». ¿Quiénes fueron?
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