Ella todavía es demasiado pequeña para ser consciente pero en la segunda mañana de Reyes de su vida no estaba pendiente de un juguete. Necesitaba un avión. Uno de verdad. Uno que cuesta 5.000 euros la hora y que para volar necesita el permiso de una ministra.
Su nombre está bajo el manto de protección del sistema sanitario, pero con sólo 13 meses de edad ya ha movilizado a dos gobiernos para salvar su vida.
Es la agónica historia de la bebé que el 6 de enero necesitó al Ejército del Aire para seguir luchando por su futuro, provocando tensión entre dos administraciones públicas de diferente signo político.
Todo empezó en plenas fiestas navideñas. La niña había sido trasladada de urgencia al hospital de Son Espases, el principal centro sanitario de Baleares, un gigante de mil camas y 172.000 metros cuadrados.
La pequeña, procedente de una familia de escasos recursos, había ingresado en estado crítico tras sufrir un fallo cardiorrespiratorio provocado por una infección vírica, una neumonía. Su tratamiento urgente era a vida o muerte.
Fue ingresada de inmediato en la UCI pediátrica, donde debía tener asistencia por la técnica ECMO. Esas son las siglas en inglés para referirse a la oxigenación por vía extracorpórea, la conexión a una máquina que suplanta las funciones del sistema respiratorio. La paciente se conecta a una máquina por la que circula la sangre, oxigenándose artificialmente y volviendo a su cuerpo. Así se puede estabilizar, pero desde ese momento el tiempo es oro.
Como se ha hecho en otras ocasiones, los especialistas de la sanidad balear reclamaron la ayuda del hospital Vall d'Hebron, donde cuentan con un equipo de médicos especializados en el uso de ECMO en niños de tan corta edad.
Baleares cuenta con expertos en ECMO. No obstante, al ser casos infrecuentes en el archipiélago, se tiene activo un acuerdo para que especialistas del hospital barcelonés se hagan cargo de estas urgencias, muy delicadas cuando se trata de un niño que pesa menos de diez kilos.
Un contingente de cinco médicos y enfermeros llegaron a Mallorca desde Cataluña para hacerse cargo de la pequeña. Era el paso previo para que la bebé fuese trasladada a Barcelona en una aeronave medicalizada, como se ha hecho al menos desde el año 2020.
Medios insuficientes
El equipo del Vall d'Hebron llegó a Mallorca y el gobierno balear solicitó formalmente un avión al Ministerio de Defensa el 6 de enero a las 21.24 horas. Lo hizo primero a través de la Delegación del Gobierno en Baleares y luego de forma directa.
Por su propia configuración geográfica, Baleares cuenta con un sistema de transporte aéreo avanzado. Tiene dos aviones y dos helicópteros preparados para traslados de enfermos. De hecho, presta ocasionalmente ayuda a otras regiones peninsulares.
Sin embargo, no tiene todavía un avión preparado para trasladar a bebés que tienen que estar sometidos a la asistencia ECMO. La necesidad de mantener el flujo sanguíneo a una temperatura más alta exige maquinaria suplementaria y, consecuentemente, un avión de mayor potencia eléctrica.
El proyecto para tener a un avión así se encuentra actualmente en fase de tramitación y todavía no está listo. Se podrán adaptar aviones en los próximos meses pero de momento no es posible.
El mismo lunes 6 de enero por la tarde llegan los expertos de Barcelona y el Govern balear que preside Marga Prohens consigue el martes por la mañana una autorización para disponer del avión a través de la Delegación del Gobierno. Parece que está encarrilado pero pasan las horas y no hay noticias del avión. Entre los técnicos empieza a circular la información de que el Ejército está predispuesto a realizar el traslado y que el avión está preparado en la base de Torrejón de Ardoz. Pero sigue sin haber autorización.
La consejera balear de Sanidad, Manuela García, intenta sin éxito hablar con la ministra. Hay dos llamadas entre las 15.45 y las 17.30 pero no se obtiene respuesta afirmativa sobre el traslado. La primera réplica, según señalan desde el Govern, es negativa y llega a las 17.32 horas.
Buscan aviones
Prohens se pone al frente de un gabinete de crisis y se activan otras vías para buscar a la desesperada un avión a través de empresas privadas. En España no hay ninguno disponible. Localizan uno en Francia que puede hacer el traslado por un coste aproximado de 30.000 euros.
A las seis de la tarde el gobierno de Prohens envía un correo al Ministerio y el asunto empieza a aflorar en la prensa local. La tensión crece. Finalmente, a las 19 horas, la ministra de Defensa, Margarita Robles, llama a la consejera balear y se produce una tensa conversación que desatascará el traslado.
La ministra garantiza que autorizará el avión del Ejército. No es la primera vez que un asunto así provoca fricción entre ambos gobiernos: ya tuvieron un intercambio de impresiones hace un tiempo, cuando la ministra pidió al Gobierno balear que buscara soluciones alternativas para no depender del Ejército en casos así.
A las 20.30 horas delegación de Gobierno avisa de que el operativo está en marcha. El avión finalmente aterriza en el aeródromo militar de Son Sant Joan a la 1 de la madrugada.
Es una noche fría y húmeda en la base aérea mallorquina. Desde allí, todavía con la estela de los Reyes Magos en el ambiente, despega la lucha de una niña por su vida.