PREMIOS GOYA 2025
Premios Goya 2025

Arantxa Echevarría y Marcel Barrena, Goya a la Mejor película: "La ventaja de compartir el premio es que La infiltrada y El 47 ya son inolvidables"

La directora de 'La infiltrada' y el director de 'El 47' discuten sobre la relevancia de unos Premios Goya históricos que se resolvieron por primera vez con un empate

Marcel Barrena y Arantxa Echevarría sobre el escenario en el momento de la entrega del Goya a mejor película.
Marcel Barrena y Arantxa Echevarría sobre el escenario en el momento de la entrega del Goya a mejor película.
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Fue un premio ex aequo, es decir, a los dos por igual. Pero también ex aequo et bono, es decir, tan equitativo como, en efecto, bueno. La directora de La infiltrada y el director de El 47 reflexionan un día después del gran ex aequo de los Premios Goya sobre el sentido de un premio partido en dos; del significado de su logro para ellos mismos, para su vanidad y para su carrera y, ya puestos, para el cine español en su conjunto, que también es ya un poco de su propiedad. Arantxa Echevarría consigue con este Goya el segundo de su carrera. El primero le llegó en calidad de directora novel por Carmen y Lola en 2018. Marcel Barrena es la segunda vez que lo intenta. Ya estuvo nominado por Mediterráneo en 2022. Ahora, juntos, son los directores de las mejores películas del año a decir de los más de 2.000 académicos del cine español.

La directora Arantxa Echevarría.
La directora Arantxa Echevarría.Alberto Di LolliMUNDO

PREGUNTA: ¿Coincide el placer real de ganar el Goya con el deseo de lograrlo? De otro modo, ¿qué se siente?

A.E. Jamás he pensado en lograr un Goya. De hecho, empiezas a pensarlo cuando te nominan. Cuando hace seis años gané el premio de dirección novel fue como un empujón. Pero solo ahora, que te ves en la liga de los mayores al lado de Almodóvar, es cuando te lo crees. Por lo demás, el síndrome del impostor no me lo voy a quitar en la vida. Yo siempre tengo una deuda pendiente conmigo misma.

M.B. Lo quieras o no, cuando te dedicas a esto, el gusanillo está ahí. El vértigo, la ilusión, la adrenalina de lograr el reconocimiento forma parte del trabajo. La nuestra es una profesión insegura y, desde luego, un premio como éste te coloca en una zona algo más estable. Digamos que aplaca el síndrome del impostor. Es un caramelo para el ego, pura terapia.

P. Ni en un caso ni en otro, el Goya a mejor película estaba cantado y, apurando, visto cómo habían ido las nominaciones y el reparto de premios en la gala, se diría que era hasta improbable...

A.E. Yo lo había descartado completamente. Iban pasando los premios y veía que nada. Lo que más temía era protagonizar el titular ése que dice que te vas de vacío. Y, de hecho, me alegré más con el premio de Carolina Yuste que con el de la mejor película. Fue como un gran alivio. Y luego pensaba en Alcarràs, de Carla Simón. Ese fue el año en que se habló tanto de la irrupción de la mujer en el cine español y, al final, lo de siempre, nada, todo para el hombre, para As bestas. Anoche me veía reflejada. Categoría tras categoría, todo eran hombres. Y sentía esa responsabilidad de ser la única mujer con opciones y volver a quedarme, y quedarnos, sin nada. Otra vez.

M.B. Sinceramente, nosotros donde pensábamos que éramos fuertes era en el Goya a mejor película. Teníamos 14 nominaciones, pero muchas de ellas sin opción real. Lo de Salva Reina como mejor actor de reparto fue una auténtica sorpresa. Pero, por la trayectoria, por haber ganado en los Forqué y en los Gaudí, pensábamos que nuestra carta era el premio mayor. Nos mirábamos en Campeones, de Javier Fesser, que ganó el año en el que todo parecía destinado a El reino, de Sorogoyen. Teníamos claro que nuestra rival era La infiltrada.

P. ¿Cómo vivisteis el momento del caos cuando, y tras dar el Goya a El 47, Belén Rueda desde el estrado empezó a gritar "La infiltrada"? ¿Pensabais que se repetía lo de La la land en los Oscar, que alguien se había equivocado?

A.E. Como digo, lo daba todo por perdido. Cuando escuché El 47 como mejor película no me costó mucho que no se me notara el disgusto, porque ya daba por descontado la derrota. Habitualmente se me nota todo. No sé disimular. Y, de repente, Belén, a la que quiero muchísimo, se puso a gritar el nombre de la película. No sé por qué pensé rápidamente en lo del 'ex aequo'. Me dije: "Hostia, los dos". No tengo tan claro que Marcel pensara lo mismo. Del resto no recuerdo nada porque me puse a bailar como una loca en el escenario.

M.B. Tras recibir el Goya, lo primero que escuché fue ex aequo, con lo cual estaba tranquilo. No llegué a pensar que me lo iban a quitar. De verdad. Vi que sufría más el entregador que yo. Tamar Novas no entendía muy bien lo que pasaba.

El director Marcel Barrena.
El director Marcel Barrena.Alberto Di LolliMUNDO

P. ¿Qué crees que significarán en el futuro vuestras películas? De otro modo, ¿cómo os gustaría que se las recordara?

A.E. Me gusta que el premio doble rime tan bien. Dos películas sobre la memoria histórica, una en castellano y otra en catalán, una dirigida por un chico y otra por una chica... Vamos a ser para siempre el año de las dos películas. Por otro lado, creo que esta película va a romper un techo de cristal por así decirlo. Ha quedado claro que una mujer puede dirigir un thriller intenso de seis millones, que las mujeres no solo pueden rodar dramas íntimos, y que si quieren rodar dramas íntimos lo pueden hacer con el presupuesto que merecen.

M.B. Independientemente del Goya, la grandeza de El 47 es que ya ha cambiado algo en la realidad. Ha cambiado el barrio de Torre Baró en Barcelona. Eso es un logro tangible. En el barrio no hay ni un bar y ayer se reunieron todos para ver los Goya. Es un cambio que ha trascendido Cataluña y llega a toda España. Pero, por otro lado, El 47, como Casa en llamas, va a cambiar el paradigma de cómo se produce en España. Ahora cualquiera puede ir donde sea, a un productor o una plataforma, y proponer rodar una película en gallego, catalán o euskera. Ya no te pueden decir que no porque no va a funcionar. Funciona. Y además, la ventaja de compartir es que nuestras películas ya son inolvidables. Somos las película del ex aequo.