Cuando a Ana Requena, CEO de Randstad en España, se le pide que identifique cuáles son los sectores afectados por la crisis de talento que atraviesa el mercado laboral patrio, responde de inmediato y con contundencia: "Todos". Esta afirmación, en boca de la máxima responsable de una de las grandes agencias de colocación de nuestro país, conduce directamente a la siguiente cuestión: ¿Y qué está haciendo su compañía para ayudar a los distintos sectores? Su papel de intermediaria entre trabajadores y empresas es conocido y reconocido, pero su labor va mas allá: centros de formación, uso de sistemas de predicción de demanda e incluso generación de necesidades de contratación de mano de obra en sus clientes vía ofrecimiento de perfiles. Todo esto, unido al giro obligatorio que han tenido que dar al negocio en los últimos años para adaptarse a una reforma legislativa que, de inicio, atacaba directamente a su razón de ser -la contratación temporal- convierte a esta organización en un termómetro de alta precisión del mercado.
Recibe a Actualidad Económica en el hub de innovación social de la Fundación Randstad, de la que es presidenta desde el 1 de enero de este año. Primero se sitúa: "Estamos en un espacio 100% accesible para personas con discapacidad, por donde sólo el año pasado pasaron más de 6.000 empresas". Aquí buscan sensibilizar a compañías de todos los tamaños sobre la necesidad de integrar a las personas con discapacidad en el mundo laboral. No en vano, la tasa de desempleo de este colectivo duplica a la de la población general. "Sus oportunidades son muy reducidas, hay que ayudarles", defiende.
Toca poner el termómetro al mercado laboral. "Es cierto que las cifras de paro no están tan mal como en otros momentos, pero hay un gran desajuste entre las capacidades de los desempleados y de una parte muy importante de la población activa y lo que buscan las empresas", diagnostica. Ante esta paradoja, su intervención como partner de talento -ya no se identifican con el concepto de ETT- es crucial. "Nunca hemos tenido tantos problemas para encontrar camareros como después de la pandemia, porque muchos se pasaron al sector logístico, con mejores condiciones", ejemplifica. Pero hay más. Faltan todo tipo de perfiles de todo nivel de cualificaciones: médicos, enfermeros, personal de atención primaria y geriatría, ingenieros de energías verdes... incluso empiezan a detectar escasez de mano de obra en picos de actividad en logística, uno de los grandes sectores empleadores del momento.
Según los datos que maneja Randstad Research, el servicio de estudios de la compañía, en el año 2030 van a faltar dos millones de profesionales en España. ¿Qué solución proponen? Aquí Requena plantea una doble vía: por un lado, fomentar el mantenimiento del talento sénior en el mercado laboral, particularmente en el caso de trabajadores "en plenas facultades", para ayudar a paliar la escasez de mano de obra, aprovechando el trasvase de conocimiento a las nuevas generaciones; y, por otro lado, atajar el paro juvenil "desde abajo".
¿Desde abajo? "Sí, empezando por la formación en el entorno familiar y en la educación primaria, introduciendo conceptos sobre la importancia de la empleabilidad para generar inquietudes y ambiciones en los jóvenes", explica. En paralelo, apuesta por el desarrollo de escuelas de formación y destreza, tanto para jóvenes nacionales como para los inmigrantes que necesariamente van a nutrir el mercado de trabajo en los próximos años, como, de hecho, ya lo están haciendo. Y aquí la colaboración público-privada es tan necesaria como ausente. "Es una asignatura pendiente", afirma la CEO de Randstad, que considera que las autoridades deberían gestionar "mejor" los recursos disponibles para formación y cualificación de los trabajadores, como subvenciones del SEPE o los fondos europeos Next Generation. "Una empresa privada sola no lo puede hacer", incide. -¿No hay interlocución con el Ministerio de Trabajo sobre estos temas?- preguntamos. "La hemos tenido en algún momento de la historia de la compañía, pero ahora mismo, no", responde. "Hay agentes del mercado que nos llaman y nos piden nuestra opinión, porque tenemos nuestro centro de estudios, que es bastante reputado y súper objetivo... también hay grupos parlamentarios que se han dirigido a nosotros, pero si me preguntas directamente por el Gobierno, con nosotros no hay interlocución", zanja.
Randstad, en todo caso, pertenece a la Asociación de Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal (Asempleo), que a su vez está asociada a la CEOE, desde donde defiende los intereses comunes del sector en las mesas de negociación abiertas con el Gobierno. En los últimos tiempos han participado en conversaciones de reformas de calado para el negocio de las agencias de colocación. Sin ir más lejos, la reforma laboral que salió adelante con el apoyo de la patronal pese a que, de entrada, atacaba directamente al corazón del negocio de las ETT: la contratación temporal de trabajadores.
De la reforma laboral a la jornada
"Inicialmente, cuando la recibí y la leí me pareció que estaba reduciendo las medidas de flexibilidad del mercado laboral. Y eso no es bueno para las empresas porque necesitan flexibilidad por la estacionalidad que implica la propia composición del PIB, con un gran peso de la agricultura, la hostelería...", introduce respecto a su primera impresión sobre la reforma laboral de Yolanda Díaz. Tres años después del despliegue de la norma, las empresas del sector se han adaptado con éxito. No sin esfuerzo. El nuevo marco generalizó la figura del contrato fijo-discontinuo, que en un principio generó un mar de dudas e incertidumbre. "Tuvimos que cambiar nuestros sistemas informáticos para adaptarnos a la nueva modalidad de contratación e incorporar los algoritmos necesarios para hacer los llamamientos", explica Requena. Tras un primer momento de "descontrol", la compañía adaptó sus procesos a la reforma. "El fijo-discontinuo es un contrato en la forma fijo, en el fondo temporal, pero bien gestionado puede ser una herramienta de flexibilidad fantástica", asevera.
La CEO de Randstad afirma que "esta modalidad ha sustituido al contrato de obra, que era el contrato por excelencia en España, pero sigue habiendo contratos temporales, aunque con más limitaciones". En este sentido, cuando se le pregunta si el mercado laboral español está condenado a la temporalidad, insiste en que el propio PIB tiene "un componente enorme del sector servicios, que funciona con una estacionalidad que obliga a la temporalidad". Defiende, en todo caso, que su "objetivo" como compañía también es "reducir la temporalidad de los trabajadores". "Trabajamos para nuestros clientes empresas, pero el candidato y el trabajador también son importantes, y más en un mundo de escasez donde tenemos que diferenciarnos del resto para que prefieran trabajar con nosotros", indica.
Superado el primer impacto de la reforma laboral, ahora el sector analiza los efectos de otra modificación legislativa en ciernes: la reducción de la jornada máxima legal a 37 horas y media. Y aquí Requena expone una primera valoración alineada con los argumentos que vienen esgrimiendo las patronales de los sectores más afectados por el recorte del tiempo de trabajo sin merma salarial: "Hay un porcentaje muy alto de nuestros clientes a los que les va a perjudicar, porque supone un encarecimiento del coste laboral y España no es el país más productivo de la Unión Europea". Se posiciona del lado de toda iniciativa que mejore las condiciones laborales de los trabajadores, pero "siempre que no genere un problema en el tejido empresarial, en la productividad y en las posibilidades de contratación". Ve, en definitiva, "luces y sombras" en la aplicación de una medida que todavía tiene que terminar de definirse en la tramitación parlamentaria.
Se coloca también a favor de las subidas del salario mínimo, "siempre que no sean vertiginosas". Aunque admite que las empresas han sido capaces de asimilar un incremento del SMI del 61% desde 2019, insiste en la necesidad de que las actualizaciones se establezcan "de la mano de patronales y sindicatos". "Este tipo de medidas deberían contar con el consenso de las tres partes", sentencia.
En un mercado creciente, Randstad España mejoró sus ingresos un 5% en 2024. En un contexto complejo, la compañía se expandió gracias a su estrategia de partner for talent y a la especialización en Recruitment Process Outsourcing, o lo que es lo mismo, la externalización del proceso de reclutamiento que permite a las empresas aprovechar los servicios de Randstad para cubrir sus necesidades y capear la crisis de talento. "Es un negocio de menos volumen, pero que aporta un gran valor añadido y mejora la rentabilidad", concluye Requena. n