- Interior Marlaska saca pecho en la cumbre europea contra el crimen organizado en Cádiz: Los narcos están "acorralados"
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La ligereza con la que Fernando Grande-Marlaska aborda el problema de narcotráfico en el Campo de Gibraltar alcanzó su máxima expresión este viernes cuando concluyó sobre el terreno que los narcotraficantes están "acorralados".
Ante sus socios de la Coalición de Países Europeos contra el Crimen Organizado, el ministro del Interior se reivindicó y presumió de los resultados del Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar a pesar de que los agentes de la lucha contra el narcotráfico en la zona no dejan de alertar de que la situación se les complica día a día y de que los grandes clanes de la droga les comen terreno.
Un día después de las conclusiones del ministro, EL MUNDO accede a un vídeo de un alijo de hachís en la ría de Huelva, frente al Muelle de las Carabelas, a plena luz del día. Los narcotraficantes descargaban los fardos desde embarcaciones recreativas, protegidos por individuos armados con fusiles de asalto, con kalashnikov. Estas imágenes respaldan la advertencia que vienen haciendo estos agentes de que las grandes familias de la droga "han subido el nivel" y la peligrosidad.
En el vídeo, se aprecia no sólo a tres personas armadas con AK-47 sino que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado resaltan que los tienen empuñados, activos para disparar en caso de ser descubiertos. "Esto nos inquieta y mucho. Casi tanto como que el ministro diga que los tenemos acorralados. Le invitamos a pasar una semana patrullando con nosotros a ver si hace las mismas conclusiones".
Esta "alarmante" situación se ha instalado en Huelva, en Sevilla -donde las narcolanchas llegan "sin encontrar la resistencia adecuada", y en Cádiz, costa en la que los narcotraficantes campan por los puertos.
Agustín Domínguez, secretario provincial de Jucil en Cádiz, tachó de "vergüenza inaceptable", dijo, "que se pongan sobre la mesa cifras de actuaciones policiales que no reflejan la realidad", en referencia a las decalraciones del ministro.
"Quienes estamos en primera línea seguimos con los mismos problemas de siempre: falta de medios, precariedad en los recursos y una sensación de abandono total por parte de las administraciones Mientras el narcotráfico sigue extendiendo su poder en la provincia".
En esta línea, lamenta que, pese a la gravedad de la situación, el Gobierno pretenda "sacar pecho" por su gestión en la lucha contra el narcotráfico
"Grande-Marlaska no puede seguir obviando lo que está ocurriendo en Andalucía ni presumir de eficacia cuando la realidad es que las intervenciones exitosas son fruto del compromiso y la dedicación de los miembros de la Guardia Civil, la Policía Nacional y los servicios aduaneros, y no del respaldo político ni de los medios proporcionados por el gobierno", reivindican desde Jusapol, Jupol y Jucil.
"Instamos a los gobernantes andaluces a que alcen la voz de manera contundente frente a este problema que afecta a todos los andaluces y a los ciudadanos que nos visitan. La seguridad es un pilar fundamental para el sostenimiento de Andalucía y su economía, y no podemos permitir que el narcotráfico siga poniendo en peligro a nuestras comunidades y a quienes trabajan para protegernos".
Las apreciaciones de Fernando Grande-Marlaska -"si se incauta droga es porque hay medios personales, medios materiales y operaciones"- colisionan con los hechos. El pasado 7 de febrero, otra persecución con resultado de muerte evidenció que problema persiste.
Un hombre que transportaba grandes cantidades de hachís en una embarcación de recreo falleció tras impactar con una lancha de la Guardia Civil que intentaba interceptar el barco para que no llegara a la costa de Barbate.
Otro hombre que acompañaba al fallecido resultó herido. El suceso se registró cuando la lancha hizo una maniobra brusca para intentar burlar a los agentes del Instituto Armado.
Los fardos de hachís iban en una zodiac de goma que partió desde el norte de Marruecos. A escasas millas de la costa, la droga fue transportada a la embarcación de recreo en la que estaba el fallecido y su acompañante, cuya misión era introducir la droga en la costa de Cádiz.
Cuando fueron interceptados por la Guardia Civil, el conductor hizo un giro brusco e impactó con la patrullera de los agentes. Un tripulante de la narcolancha ha muerto en el acto y el otro ha quedado herido.
Era el segundo caso, con resultado de muerte, que registra la zona en tres meses y los dos asuntos tienen los mismos contornos: grandes familias de la droga del Estrecho tratando de imponerse a la cada vez más exigua plantilla del Instituto Armado. El otro caso con resultado de muerte se produjo el pasado mes de noviembre cuando la persecución a una zodiac que transportaba hachís con la intención de dejar un alijo en la desembocadura del río Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) terminó con un tripulante muerto y dos guardias civiles heridos.
La presencia de embarcaciones de los clanes del narcotráfico son una constante en la zona y la petición de efectivos al Ministerio del Interior para reforzar la presión y control sobre ellas está sobre la mesa de Fernando Grande-Marlaska desde hace años.
Sin embargo, fue el 9 de febrero de 2024 cuando en la opinión pública se percibió la profundidad del problema con la muerte, prácticamente en directo, de dos guardias civiles en el puerto de Barbate tras embestirlos una narcolancha.
La petición de mejoras en el Campo de Gibraltar ampliamente denunciada ante su departamento se ha repetido a lo largo de estos seis años, pero nunca antes la institucionalización del narcotráfico en la zona -está fuertemente azotada por el abandono escolar y el paro- había inflamado tanto a la Guardia Civil y a la Policía Nacional como tras el crimen de los agentes.
Fue en ese momento, en el que se le pidieron cuentas al ministro. Grande-Marlaska había desmantelado hacía 16 meses (ahora ya son dos años) el Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) Sur, la unidad de élite para frenar a los clanes del Estrecho, creada en 2018 y que tan buenos resultados había cosechado desde su puesta en marcha.
Interior decidió prescindir del grupo antinarco -integrada por 130 agentes especializados en la lucha contra el tráfico de drogas y actividades ligadas a ella como el blanqueo de capitales, el crimen organizado y la corrupción-, a pesar de haber pulverizado las estadísticas en detenciones e incautaciones de alijos desde su creación.
Zona de Especial Singularidad
Era una unidad en comisión de servicio disponible las 24 horas y los siete días de la semana que, recuerda uno de los mandos del Campo de Gibraltar, «mantuvo tan a raya al narcotráfico que las cosas cambiaron». Los clanes de la droga de la zona lo temían, le hacían vigilancias y cuando, contra todo pronóstico, se desmanteló celebraron su marcha.
También es una reivindicación crónica la declaración urgente del Campo de Gibraltar como Zona de Especial Singularidad (ZES). La denominación conlleva la aplicación de fórmulas de incentivos laborales y económicos similares a los que perciben los agentes destinados en el País Vasco o en Navarra. Cataluña también está en este proceso. Se trata, en definitiva, de un plus por la aspereza del destino. Nunca se ha tenido en cuenta en la zona de Cádiz.
Toda esta casuística hace que la batalla contra el narcotráfico en el Estrecho haya retrocedido. Las grandes familias de la droga vuelven a estar cómodas, activas y el dinamismo de su negocio no deja de avanzar, tal como advierten agentes que combaten las drogas en Andalucía.
Aportan un dato: el abaratamiento de las sustancias estupefacientes, el mejor termómetro -dicen- para medir el nivel de actividad de los traficantes. La cocaína es el ejemplo más ilustrativo. Ahora, un kilo oscila entre 16.000 y los 18.000 euros. Hace dos años, se compraba entre los 28.000 y los 32.000.
Los agentes de la lucha contra el narcotráfico dibujan un panorama desolador en Andalucía. No sólo ponen sobre la mesa el significativo dato de que la droga sea más barata y que la cocaína entre con más facilidad sino que profundizan en el resto de aristas relacionadas con las organizaciones criminales: «La inseguridad va en aumento» y también la peligrosidad de los clanes, tal como se aprecia en el vídeo al que ha tenido acceso este periódico.
«Hay más secuestros entre delincuentes y también hay más guarderías de droga», relatan. Hace diez días, detallan las mismas fuentes, se produjo un tiroteo en la provincia de Cádiz entre familias rivales.