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"No podemos hacer nada para impedir que los cristianos se vayan", señala un sacerdote iraquí en un estudio de la asociación de cuestiones cristianas ICC. "Pero podemos darles razones para que se queden", añade sobre el creciente número de correligionarios que abandonan el país.
Oriente Próximo es la cuna de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, pero experimenta un rápido declive de población de sus creyentes autóctonos. Desde los maronitas del Líbano, los asirios del sur de Turquía o los coptos en Egipto, estas comunidades han desempeñado un papel crucial en la diversidad cultural y religiosa de la región durante siglos. Sin embargo, en las últimas décadas miles y miles de familias han abandonado la región, expulsadas por conflictos armados, persecución por su confesión o falta de perspectivas económicas, provocando la desaparición de una parte esencial de la identidad de Oriente Próximo.
A principios del siglo XX, los cristianos representaban aproximadamente el 13,6% de la población de estas tierras, una cifra que ha caído al 4,2%, según el estudio elaborado por ICC. La misma proyección apunta que el número de cristianos seguirá disminuyendo, hasta alcanzar el 3,6% en el año 2050.
La investigación destaca tres factores que impulsan la persecución de cristianos: el fracaso político que fomenta la división y extremismo religioso, el conservadurismo creciente en países como Argelia o Irak, y una cada vez mayor debilidad institucional que no persigue los ataques contra minorías. "Cuando hay una ley débil, o no se respetan tus derechos, emigras al extranjero en cuanto ves una oportunidad", señaló el padre Sabah en el sur de Irak, en declaraciones al medio kurdo Rudaw. A ello se le suma el ascenso hace una década del grupo terrorista Estado Islámico, que ha perpetrado ataques sistemáticos contra cristianos en Siria e Irak. Las acciones del grupo yihadista han tenido un gran impacto en ambos países, con ataques contra la minoría religiosa y sus templos, especialmente en Irak. En los últimos 20 años, la población cristiana se ha diezmado, con una caída de los 1,5 millones a 250.000 en la actualidad. Más de la mitad de las iglesias del país árabe están inutilizadas, debido a que sus creyentes emigraron y la capacidad organizativa de los templos fue menguando hasta su cierre. "Se han producido amenazas contra los cristianos, pero gran parte de la emigración es por falta de oportunidades económicas. Si surge algo fuera, no lo desaprovechan y se van", señala el padre Sabah.
La pérdida de población cristiana en Irak se hace más evidente en el sur, en Basora, donde el asesinato de un comerciante cristiano en 2016 creó alarma entre sus correligionarios. De las 17 iglesias de la provincia, nueve han sido clausuradas y otras dos incendiadas en la última década. El territorio albergaba más de 7.000 familias cristianas y hoy sólo quedan unas 350, según el Consejo de Iglesias de Basora. "Ahora la situación es un poco más tranquila, pero hace unos años algunas familias huyeron, otras se trasladaron a otras ciudades al notar que la comunidad se había perdido. Tenían miedo", explica a EL MUNDO Rayan Rahim, un cristiano iraquí que vive en Dubai.
Siria. por su parte, inicia una nueva etapa tras la caída del régimen de Bashar Asad. 13 años de guerra civil también han mermado la población cristiana del país árabe, especialmente en la ciudad de Alepo, donde la comunidad cristiana ha caído de 300.000 a 14.000 creyentes. La sociedad asume un proceso de transición y búsqueda de miles de desaparecidos del régimen y la guerra, entre ellos varios sacerdotes y arzobispos, que fueron secuestrados por el Estado Islámico o desaparecieron sin dejar rastro. Los cristianos sirios celebran su primera Navidad post Asad.
Este martes, se produjeron varias manifestaciones en los barrios cristianos de Damasco en protesta por la quema de un árbol de Navidad en una localidad del centro de Siria, según informa AFP. "Exigimos los derechos de los cristianos", coreaban los manifestantes mientras marchaban por las calles de Damasco hacia la sede del Patriarcado Ortodoxo de Antioquía, la mayor confesión cristiana del país, en el barrio de Bab Charqi.
Segunda Navidad de total horror en Gaza
La ofensiva israelí en la Franja de Gaza ha destruido por completo la sociedad palestina, afectando también a la comunidad de 1.200 cristianos que albergaba el enclave. Según datos de la oficina del Gobierno palestino, cerca del 5% de la población cristiana de la Franja ha muerto desde el 7 de octubre debido a los constantes ataques del ejército israelí.
Las iglesias que se mantienen en pie sirven de albergue para cristianos y musulmanes ante la falta de lugares seguros donde resguardarse. Las llamadas al alto el fuego por parte de grupos cristianos no han surtido efecto y el enclave vive una segunda Navidad en guerra, con más de 40.000 muertos y un millón de personas en situación de hambruna.