INTERNACIONAL
Unión Europea

Emmanuel Macron, el 'comandante en jefe' del rearme europeo

El presidente francés ha decidido dar un definitivo impulso a su proyecto de defensa europea

El presidente francés, Emmanuel Macron.
El presidente francés, Emmanuel Macron.EFE
Actualizado

Lo lleva diciendo desde el 2018: "Europa no puede estar protegida sin un auténtico ejército europeo". Emmanuel Macron aprovechó una visita al frente de Verdún, donde se libró la mayor batalla de la Primera Guerra Mundial, para lanzar prematuramente al aire su idea, recogida sin excesiva convicción al vuelo por la entonces canciller Angela Merkel.

Donald Trump acababa de anunciar su retirada del acuerdo nuclear (INF) firmado en 1987 por Reagan y Gorbachov que puso el punto final a la guerra fría. Vladimir Putin se había anexionado ya Crimea y jugaba con fuego en el este de Ucrania. Y Macron reconocía así su preocupación por todo lo que se avecinaba: "¿Quién es la principal víctima? Europa y su seguridad".

Siete años después, con el presidente republicano marcando las distancias con Europa y el presidente ruso en una renovada posición de fuerza, Macron ha decidido dar un definitivo impulso a su proyecto de defensa europea (y enterrar de paso bajo las alfombras del Elíseo la crisis política de los últimos meses, con un Parlamento totalmente polarizado y prácticamente inoperante).

Macron invoca estos días el espíritu de Charles De Gaulle, aun a riesgo de que le comparen con Napoleón. Su guerra dialéctica con Vladimir Putin, tras su famoso discurso del 5 de marzo sobre "la amenaza rusa", sirvió para realzar su perfil como 'comandante en jefe' del rearme europeo. Con su apelación al "esfuerzo de guerra", su intervención televisada tuvo algo de calculada arenga "churchilliana", ensalzada y criticada a partes iguales por su alarmismo.

"Nuestra seguridad está amenazada", "nuestra inocencia ha llegado a su fin", "entramos en una nueva era"... Macron asumió su nuevo papel como nunca antes y no lo pudo decir más claro: "El futuro de Europa no debe decidirse en Washington ni en Moscú".

Y de paso hizo méritos para convertirse en la némesis europea de Vladimir Putin, a quien acusó de "violar nuestras fronteras para asesinar a su oponentes", de "manipular las elecciones", de "poner a prueba nuestros límites por el mar, el aire, en el espacio y detrás de nuestras pantallas" y de destinar más del 40% de su presupuesto a gastos militares. Como contrapunto, Macron recordó el papel central de Francia en la seguridad europea y reconoció que está dispuesto a considerar la extensión del paraguas nuclear francés a los aliados.

"El discurso de Macron fue una alerta y al mismo tiempo una continuación de los esfuerzos que lleva haciendo desde el 2017", advierte Michael Benhamou, director del Europes War Institute (OPEWI). "Francia se ha convertido en el centro de la defensa europea. Los líderes europeos se han encontrado ya en París, y después en Londres, y de nuevo en París".

La cumbre de líderes europeos en el Elíseo el 17 de febrero fue el anticipo. El 11 de marzo, Macron celebró un cónclave inaudito con una treintena de jefes de Estado Mayor de países europeos (más Japón, Australia y Canadá). Con intervalos en Londres, y con el "premier" Keir Starmer convertido en indispensable aliado pese al Brexit, París volvió a ser el 27 de marzo el epicentro con la reunión de la "coalición de voluntarios" (para una hipotética misión de paz en Ucrania).

Entre unos y otros eventos, Macron no ha escatimado esfuerzos para realzar su perfil militar. La semana pasada, rodeado de decenas de soldados y de cazas Mirage, escenificó su nuevo rol en la base militar de Luxeuil-Saint-Sauveur para anunciar el refuerzo de la disuasión nuclear con dos nuevos escuadrone del caza Rafale: "Nuestro país y nuestro continente tendrán que seguir defendiéndose y preparándose si queremos evitar una guerra".

Un día después convocó en el Elíseo a los grandes fabricantes de armas (Safran, Thales, Naval Group, Dassault, KNDS) y a representantes de 4.000 pequeñas y medianas empresas del sector con un claro objetivo: evaluar si la industria puede aumentar su producción y evaluar a qué ritmo.

Entre tanto ha impartido instrucciones al primer ministro François Bayrou para hacer los ajustes presupuestarios necesarios para incrementar los gastos de Defensa y pasar del 2,1% del PIN , al 3 o el 3,5%. Su meta es llegar a 90.000 millones de euros anuales, un aumento de más de 30.000 millones previstos en el actual ejercicio. Los "ajustes" se realizarán previsiblemente en dos meses.

Francia es hoy por hoy la séptima fuerza militar del mundo y la primera dentro de la Unión Europea, según el ranking de Global Firepower. El país dispone de 290 ojivas nucleares como parte de su estrategia disuasoria. Francia cuenta con un portaaviones nuclear, cuatro submarinos nucleares equipados con misiles balísticos y 197 cazas. El ejército dispone de 200.000 soldados en activo y 44.000 reservistas. El talón de Aquiles, según los analistas, es la escasez de municiones convencionales.

En su "proyecto" para el rearme de Europa, Macron ha encontrado un estrecho aliado: el líder democristiano alemán y virtual canciller Friedrich Merz, a quien invitó a cenar el Elíseo tres días después de su victoria electoral, y empeñado como él en impulsar los gastos de Defensa. Macron planea también apoyarse de una manera especial en el primer ministro polaco, Donald Tusk, que también ha dado un impulso espectacular la que ya es el tercer mayor ejército de la OTAN, con 216.000 efectivos, que aspiran a duplicarse de aquí al 2030 y a completarse con el adiestramiento militar de la población, siguiendo el ejemplo de Ucrania.