El conductor de 24 años que causó el atropello mortal de una niña de tres años el pasado domingo en Madrid fue deslumbrado por el sol al atardecer, por lo que no pudo ver a la niña cuando cruzaba por el paso de peatones de la Avenida Gran Vía de Villaverde, según su primera declaración ante los agentes. Además, los testigos señalaron que el siniestro se produjo en el momento fatal en el que la niña, de origen africano, se rezagó de su padre y otros adultos mientras caminaban por el paso de cebra sin semáforos frente al centro de Servicios Sociales y Mayores Eduardo Minguito de Villaverde. El vehículo, un Seat León, impactó contra el cuerpo de la pequeña, que salió despedida varios metros por la calzada. Los médicos del Samur intentaron reanimar a la menor durante 40 minutos hasta certificar su fallecimiento.
Tras el accidente el conductor se detuvo. Fue sometido a las pruebas de alcoholemia y drogas dando resultado negativo. No fue detenido por los agentes de la Policía Municipal de Tráfico, pero sí ha quedado investigado por un presunto delito de homicidio por imprudencia menos grave, al no sobrepasar la velocidad máxima permitida en esa zona (que esta limitada a 50 kilómetros por hora) y al no dar positivo en las pruebas de drogas y de bebidas alcohólicas. Con todo, la Policía Municipal está revisando las cámaras de seguridad de la zona y realizando otras pruebas para confirmar, como apuntan algunos testigos, que el vehículo iba a la velocidad adecuada y que la niña andaba sola por el paso de cebra en el instante del percance.
El propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, confirmó ayer que el conductor dio negativo en los controles y que no pudo ver a la niña en el paso de cebra por el deslumbramiento del sol al atardecer, a tenor de su declaración y la de los testigos de tan fatal suceso en Villaverde. «A partir de ahí serán los servicios de Policía Municipal los que tengan que determinar la velocidad a la que pudo ir el conductor y si pudo cometer alguna infracción», señaló.
Velocidad del conductor
La niña fallecida se encontraba con su padre, otros adultos y varios menores en la zona y se disponían dirigirse a un parque situado junto a la Avenida Gran Vía de Villaverde. Caminaron por la calle de Leonor Góngora y cruzaron por el paso de cebra los adultos junto a los niños. Los testigos señalaron que la pequeña salió corriendo por detrás de sus padres. Un testigo explicó ayer que la pequeña no iba agarrada a su progenitor y que «los padres iban andando delante de la niña». «La menor salió corriendo y el coche por la altura de la nena no la vio», añadió esta persona.
Esta mismo testigo agregó que el coche paró cuando cruzaban su padre y arrancó en el momento que la niña salió corriendo por el paso de cebra. «Realmente no la vio», añadió convencido de su testimonio.
Tras el accidente, una psicóloga tuvo que asistir al padre y amigos de la criatura, y al conductor del turismo. También a la madre, que bajó al lugar tras lo sucedido.
Entre los vecinos de la zona hay también quejas por la excesiva velocidad a la que circulan los vehículos en esta avenida y reclaman medidas disuasorias como badenes reductores en ese punto. «Por aquí pasan muchas personas mayores cruzando y en muchas ocasiones los coches van muy rápido hacia la Avenida de Andalucía y no paran», manifestó un peatón, alertado por el riesgo.