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Las casualidades no existen, y en comunicación política menos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, escenificaron este lunes sintonía y proximidad durante la entrega de los premios Talento que el Ejecutivo andaluz otorga en la capital. Un acto habitual por estas fechas desde hace años pero que en esta ocasión estuvo cargado de simbolismo como prueba del cierre de filas que existe en el seno del Partido Popular frente a la cada vez más notable debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez.
Como viene contando este diario la premisa fijada por Alberto Núñez Feijóo es la de estar preparados y en guardia ante un Sánchez «finiquitado» por sus propias alianzas parlamentarias. La unidad en torno a esta idea dentro de la formación es constatable y se aprecia en los dos territorios de mayor peso para los populares en estos momentos: Madrid y Andalucía. Dos baronías conocidas por sus diferencias, por acoger las dos almas que componen hoy el PP y con sus líderes siempre en las quinielas para un hipotético recambio a Feijóo.
Pero nada de eso preocupa ahora en los despachos de Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno Bonilla, que lejos de los dardos lanzados meses atrás -el andaluz insinuó que la «crispación» nacional también afecta a Madrid, y la madrileña se mostró frontalmente en contra de dialogar con Junts, como él sí defendía- ven ahora cómo las prioridades autonómicas obligan al PP a establecer un frente común contra las cesiones de Sánchez a sus socios y los nuevos desequilibrios entre regiones.
«Somos las grandes perjudicadas», expresan fuentes del Ejecutivo madrileño para situar como prioridad en la agenda tanto de Ayuso como de Moreno la quita de deuda y la distribución de menores migrantes no acompañados.
Dos asuntos que preocupan profundamente en la Puerta del Sol y en el Palacio de San Telmo y cuya importancia en estos momentos multiplica las ya numerosas sinergias entre ambas administraciones. «Coincidimos en intereses», detallan estas voces. Y cada vez son más: «Impuestos [Andalucía ha seguido la senda de Madrid en materia fiscal, con importantes rebajas en Patrimonio o sucesiones, por ejemplo], empresa, turismo, cultura [Madrid es la capital mundial del flamenco, con el mayo número de tablaos], campo, tauromaquia...».
Unas preferencias que han engrasado las relaciones entre Madrid y Andalucía en los últimos tiempos. Los equipos, aseveran desde la sala de máquinas de Sol, trabajan con «muy buena coordinación», y los contactos entre consejeros, al igual que entre presidentes, son «muy fluidos».
De ahí que la visita de este lunes de Moreno a la capital fuera exprés y nada extraordinaria. Aún así, Ayuso y Moreno pudieron conversar sobre sus inquietudes, como ya hicieron en la Conferencia de Presidentes de diciembre en Santander o en las sucesivas cumbres populares, con Feijóo a los mandos, en Génova.
Que la unión hace la fuerza ya lo comprobaron ambos dirigentes en anteriores periodos electorales. En la campaña andaluza Ayuso participó en mítines en Algeciras y Jerez, dos de los grandes éxitos para el PP en aquellas urnas. En la última campaña madrileña, por su parte, Moreno Bonilla pidió el voto para Ayuso en Fuenlabrada, principal bastión socialista en la Comunidad.
Además, este lunes Ayuso entró al choque directo contra la vicepresidenta María Jesús Montero, futura rival electoral de Moreno en las andaluzas: «Sus declaraciones amenazando y denigrando las universidades privadas son inaceptables y rayan en la ilegalidad», dijo sobre la guerra declarada por Moncloa a la creación de estos centros privados.
«Andalucía y Madrid hoy se consolidan como los grandes motores empresariales de España», celebró Ayuso este lunes durante su intervención en la entrega de premios ante Moreno. «Somos gobiernos que apostamos por la libertad y la vida. Nuestros pilares son la seguridad jurídica y en las calles, el respeto a la Constitución y las instituciones».