Es una de las artistas más rebeldes del panorama actual. Vega se dio a conocer en Operación Triunfo, pasó por varias multinacionales hasta que decidió crear su propio sello discográfico La Madriguera. Ahora publica Ignis -fuego en latín- un LP que viene acompañado con una caja de cerillas.
- Ahora que se acerca la Navidad. ¿Eres de las que la odias o de las que la amas?
- Soy una dualidad, siempre la odié hasta que fui madre y no me quedó más narices que encontrarle el punto de alguna manera, porque tenía una niña pequeña ¿y quién soy yo para robarle la ilusión a una niña? Siempre he tenido esa diatriba entre la nostalgia de la tristeza que conlleva la Navidad porque finalmente te hace pensar en todos aquellos que ya no están. Pero también es la ilusión de los niños y de los mayores, porque hay gente a la que realmente le flipa la Navidad y a mí me encantaría flipar como ellos, pero no es el caso.
- ¿Cuál es tu momento favorito de estas fechas?
- La cara de mi hija ese 25 por la mañana. Muchas cosas que no me han llenado en el mundo laboral me las ha llenado el ser madre. Me da mucha felicidad ver crecer a mi hija y verme a mí peleando porque tenga una infancia saludable de cara a la sociedad.
- ¿Eres cocinilla?
- Sí.
- ¿Y tu plato predilecto?
- Muchos. Me encanta cocinar, pero te diría que el cordero lechal.
- ¿Con qué no puedes en la cocina?
- Con el desorden, pero ni en la cocina ni en nada.
- ¿Y en la vida?
- No puedo con los cobardes, los mentirosos, con los depredadores y con todo lo nocivo y tóxico que hay en el mundo.
- Eres la única cantante que pide a sus seguidores que quemen el disco si no les convence.
- Es la primera vez que se hace un formato así. He querido decirles: si te gusta, quémalo y, si no te gusta, también. Si algo he aprendido en 22 años de carrera es que en algún momento para de llover, pero que incendios va a haber uno detrás de otro. Entonces si no te gusta, quémalo porque ya vendrá otro en algún momento.
- Lanzas un LP en el que no hay singles ni ninguna colaboración.
- Hay una pretensión con esto, que no es tanto ir contra la industria, aunque lo parezca, sino de ir a favor de la artista y del público. Y es una autocrítica también. Con los discos anteriores lancé muchos singles y, luego, cuando salió el disco apenas quedaban temas porque ya estaba destripado. Por primera vez en mi carrera, este disco me lo he dedicado para devolverme amor a mí misma, en un ejercicio de recuperar una autoestima a veces dañada. Entonces, el disco lo he hecho como a mí me gustaría recibirlo y yo quería escucharlo de tirón como una obra completa.
- Cantas en un tema "nadie me preguntó si podía seguir siendo yo". ¿Han intentado muchas veces que dejases de ser tú misma?
- Es la canción más personal del disco. Quizás dentro de mi entorno, soy una mujer que siempre ha tirado de los demás y les he acostumbrado a que soy la que tira del carro siempre. Y ha habido momentos en los que ni podía ni quería seguir siendo yo.
- ¿Y qué haces en esas situaciones?
- Eso es algo que tiene mucho de honestidad este disco. Reconocer que todos necesitamos ayuda, echar a la gente tóxica de tu vida y tomar decisiones correctas, aunque sean dolorosas.
- Apuestas por letras profundas y complejas, ahora que son cada vez más infantiles.
- A ver tú dices que son letras infantiles, yo te diría que lo que hay es mucha letra explícita no apta para menores. La música es el único contenido que no está regulado. Hay un negocio detrás de la industria de la música y no hay regulación. Hoy en día estamos viendo letras que son sexualmente muy explícitas y que, a veces, incluso arengan al consumo de drogas.
- Es verdad.
- Y sé que mucha gente se me va a echar encima y me van a decir: "¡Eres una carca, es censura!". La música se acomoda en el mensaje de que todo lo que no sea libertad de expresión es censura. Y yo creo que la regulación existe para proteger a aquellos que no tienen herramientas para protegerse. Los niños y los adolescentes están copiando esos patrones.
- Bueno, el último tema de Karol G ha provocado mucha polémica porque hablaba de una niña de 14 años que entra en una discoteca para emborracharse y engañar a su novio.
- A mí lo que me preocupa es que haya una artista femenina que diga fourteen y lo asocie con un empoderamiento prematuro. Desde luego, no creo que con 14 años entrar a una discoteca y emborracharse sea un mensaje positivo para ninguna niña. Hay que pensar en todas esas niñas que copian el modelo de su ídolo y lo intentan llevar a su vida cotidiana y se encuentran con problemas porque no están en los mismos lugares. Tú me has puesto este ejemplo, pero te diría que hay miles de ejemplos de letras cantadas por chicos que también son terribles. ¿No podemos pensar que la música también se puede rebelar ante algo que está siendo nocivo para la sociedad, aunque venga de la propia música? Entonces, no es censura. Yo alzo la mano en rebelarme musicalmente ante cosas que creo que están perjudicando a la infancia y a la juventud.
- El mensaje de muchas de estas canciones de reguetón es sal, emborráchate, engaña a tu novio y, si puedes, fóllate al novio de otra.
- Para mí lo terrible de todo esto es que se normalice. Hay muchas cosas con contenidos que son para 18, que pueden ser divertidísimos para un adulto y otros mensajes que hay que pensarlos, porque están llegando a gente muy pequeña. Sobre todo, es que les estamos adelantando y robando la infancia a muchos niños. Les estamos robando el hecho de descubrir qué es la vida y de qué va porque se lo estamos dando todo mascado como si tuvieran ya veintitantos años y estuvieran de vuelta. Estas prisas para todo, este engullir todo tan rápido, me da miedo y me espanta.
- En la cuenta de Instagram de la periodista Cristina Fallarás se han denunciado muchos casos de abusos sexuales, algunos de ellos referidos a músicos de grupos conocidos. ¿Te ha tocado vivir algo así?
- Yo vengo tiempo denunciando que esos testimonios tienen que ser ciertos porque darse se dan. Lo que pasa con mi vida personal nunca voy a entrar ahí, pero se dan.
- Pero todavía no ha salido ningún nombre en el mundo de la música.
- ¡Buf! Es que estamos hablando de una industria machista aunque hay hombres maravillosos que realmente creen en la igualdad y luchan por ello. Ahora, la industria está llena de depredadores y de cobardes que no van a decir nunca que han presenciado determinadas cosas. Entonces, nos queda a las mujeres tener que denunciar y, cuando tienes que denunciar, no puedes revictimizar a quien denuncia. Y pasa una cosa: si revictimizamos a quien denuncia, si ya de por sí una mujer tiene las puertas cerradas dentro de la industria musical, imagínate si señala a alguien.
- Has relatado que este disco no tiene un algoritmo que te imponga las canciones favoritas. ¿Manda mucho el algoritmo sobre los gustos de la gente?
- El algoritmo está diseñado para ofrecer esa variedad. Una de las ventajas del streaming es que ha democratizado la música, en el sentido de que, a priori, cualquiera puede subir una canción a spotify. Cuando lanzas un single haces un trabajo que se llama un pitch, donde tú apuestas frente a los editores de listas para que esa canción suene. Entonces, ¿por qué un algoritmo o yo misma al elegir un single voy a decirte a ti cuál es tu canción favorita? La puedes elegir tú directamente escuchando el disco entero. Yo ya hice el trabajo que tenía que hacer, he hecho un disco bonito y no voy a cortarle las alas. El público es soberano para elegir la canción que más le gusta.
- ¿El algoritmo es machista?
- No le queda otra, porque estamos en una sociedad un poco machista. El algoritmo es lo que es. Pero si tienes 100 hombres y diez mujeres, va a ser machista por porcentaje de cuotas. Pero también hay que programar al algoritmo.
- ¿Cómo vives ese ritmo frenético de la industria musical donde casi tienes que sacar un tema nuevo cada mes? ¿Es muy difícil no ser engullida por la maquinaria?
- Bueno, hay muchos artistas que se ven engullidos por esta maquinaria. Yo me he plantado un poco en ese sentido. Yo misma estoy agotada y, a veces, tienes la sensación como artista de que no te da tiempo ni siquiera a pensar si te gusta o no un tema y que ya no diferencias de quién es la canción cuando es una colaboración. De repente, me gustaría volver a esa sensación que yo tenía cuando compraba un disco y lo escuchaba por primera vez. Quien llega a mi disco lo va a hacer de una forma calmada. Yo hago obras completas, no singles.
- El ritmo de producción pasa factura. Quevedo hace poco se tuvo que retirar y hasta Rosalía se ha quejado de la rapidez que exige la producción actual.
- Al final, todos los artistas acabaremos diciendo lo mismo. ¿Quién aguanta ese ritmo? Hay algunos que no lo aguantan económicamente y es el caso de muchos artistas emergentes e independientes. Y, al final, todos nos cansaremos porque tú lo que no puedes hacer es imponerle un tiempo a la creatividad, a la imaginación y al arte. Las canciones surgen porque hay una inspiración y un trabajo detrás. Si tú llevas un ritmo frenético, sin duda, va a empeorar la calidad del producto. Todo lo que se fabrica rápido y en grandes cantidades suele ir en detrimento de la calidad.
- Tú estuviste en una gran discográfica hasta que montaste tu sello independiente La Madriguera. Y te quejaste de que en las grandes compañías se intentaba desvirtuar el mensaje de tus canciones.
- Ya lo tengo lejano porque llevo 11 años con La Madriguera. Yo he estado básicamente con tres discográficas. A la primera discográfica la compró la segunda; la segunda no la quiero ver ni en pintura y la tercera fue Sony. Con Sony estuve a gusto, lo que pasa es que me di cuenta de que la forma en la que yo quería hacer mi música casaba mal con las burocracias de las multinacionales. Yo quería decidir qué cantar y qué mostrar de mí. No es tanto los mensajes de las canciones, sino en la elección de qué canción. Es eso de entregar hasta satisfacer los gustos de otras personas y no el mío. Y la artista soy yo, el disco lo hago yo y quiero que me satisfaga a mí porque soy la que voy a tener que salir a defenderlo. Y por supuesto, el público. Hay veces que te preparan una carrera para ti, que tú decides si la quieres llevar o no, y yo decidí que ésa no era la carrera que podía llevar.
- En otro de tus temas hablas de que te niegas a ser parte de ese circo de necios. ¿Quiénes son esos necios?
- Por favor, la vida está llena de necios. Yo probablemente habré sido necia en algún momento. Estamos hablando de la canción de Crisantemos y, cuando hablo de los necios, me refiero a la gente que no tiene el valor de alzar la voz cuando ve algo que no es correcto. Necesitamos en esta sociedad voces que se alcen para decir que esto no está bien.
- Los cobardes, ¿no?
- Hay un gran número de cobardes.
- También cantas haber vencido al leviatán. ¿Quién es tu leviatán?
- Para mí es todas las versiones que te puedes imaginar del leviatán. Todas esas cosas: desde la gente tóxica a los necios, a la sociedad, a esa parte que no está caminando y que no cumple con lo que los ciudadanos necesitan. El leviatán son también los demonios internos de cada uno, esas cosas que te pesan, que te tiran para abajo y que no te dejan respirar y que muchas veces necesitas ayuda para levantarte de esas situaciones.
- Sostiene Beyoncé que el poder no te lo dan, sino que tienes que cogerlo.
- Bueno, yo ya hace hace dos discos, en La Reina Pez, dije que me coronaba en reina de mi propia vida porque nadie me va a iba a coronar. Por ejemplo, en los créditos de Ignis me propuse hacer un disco con algunas líneas rojas: que fuese un álbum completo, sin singles y sin colaboraciones. No sé si te respondo a la pregunta.
- Hiciste la carrera inversa. Tuviste mucha fama en los comienzos en Operación Triunfo y ahora estás en un lugar más íntimo. ¿Cómo fue esa transición?
- Es un camino que no es fácil. Pero no en la parte emocional, ni en la parte del ego. Muchas veces hablo con tanta seguridad de lo que quiero, que, a veces, piensan que soy prepotente o soberbia. No, simplemente es que estoy segura de lo que quiero. He trabajado mucho para saber lo que quiero y poder hacerlo. Ha sido un camino difícil porque cargas con unas mochilas que pesan mucho. Cargas con la mochila de dónde vienes, de ser mujer y de que no eres lo suficientemente mainstream ni lo suficientemente indie. Entonces estás ahí en tierra de nadie. Son muchas mochilas que pesan mucho. Prefiero ser de una inmensa minoría y ser quién soy con mis valores y principios. Para mí eso es el éxito.