La Revuelta ha acostumbrado al espectador a que cualquier persona puede contar su historia, ya sea en el sillón de invitado, sentado en la bañera de Sergio Bezos o en el bidé del escenario. Cualquiera tiene cabida en el programa de David Broncano. Sólo hace falta tener una historia que contar. Por La Revuelta han pasado criminólogos, cirujanos, científicos, arqueólogos, actores, actrices, cantantes... Para La Revuelta todos son igual de importantes y todos merecen ser escuchados.
En estos meses desde que llegase a La 1, La Revuelta ha descubierto personajes prácticamente desconocidos para el público en general. Personajes que han impactado, impresionado, provocado un interés que nunca hubieran generado interés sin la ventana de La Revuelta. Anoche, eso se volvió a repetir. Primero, en la bañera, con una ex concursante de GH 5, Carla Pinto, que participó en el reality en la edición de Aída Nízar, la cual dejo patitieso a David Broncano recordando cuando Aída Nízar le tiró un vaso de agua y desvelando que tiempo después ella se lo devolvió haciendo lo mismo en la cafetería de Telecinco. Pero no era la historia de Carla Pinto la que realmente impactó y sobrecogió a David Broncano. Fue la historia de Fiona Pinar.
La atleta paraolímpica es de esos personajes que pocos conocen y que La Revuelta les da el altavoz porque tienen una historia que contar, una historia que hay que escuchar. Y ella la tiene. Una historia de superación, de positivismo, de fortaleza, que viene muy bien escuchar y más en estos tiempos.
Fiona Pinar sufrió un grave accidente esquiando que cambió su vida y su cuerpo para siempre. "Fui a esquiar a una pista a la que solía ir, La Molina. Empecé a bajar, intenté frenar por el hielo y me descontrolé. Ya vi como nieve, mucho frío en la cara... Pasó muy rápido y no sé muy bien qué pasó, pero recuerdo que mi pensamiento era de levantarme como ha pasado muchas veces. Me levanté sin la bota de esquí y me vi el pie hacia un lado y la rodilla hacia otro", relató.
"Cuando estaba en pista llamé a mi madre y le dije: 'me van a amputar el pie'. A mí no me lo había dicho nadie, es que veía el pie tan blanco que pensaba que se iba a morir", contó Fiona Pinar.
La atleta tenía el hueso partido por tres y las venas y las arterias cortadas. "Me fui al centro médico y me dijeron que me había roto tibia y peroné. Después, pasé en ambulancia al hospital y me hicieron muchas pruebas y me dijeron que no llegaba el riego sanguíneo y me llevaron en helicóptero a otro hospital en Girona y me hicieron tres operaciones para recuperar la pierna, pero no pudieron y después amputaron". Fiona Pinar tiene 22 años, el día que le amputaron la pierna tenía 18.
Fiona Pinar no tuvo ningún reparo en mostrar la cicatriz de su pierna derecha fruto de la extracción de venas y arterias para colocarlas en la pierna afectada. "El propósito era recuperar la sangre en el pie, pero no pudieron, y después amputaron".
41 días fueron los que pasó Fiona Pinar ingresada. En total, siete operaciones. "Me tuvieron que recolocar el muñón, mover músculos, poner piel de una pierna en la otra... Nunca estuve mal por la pierna. Lloré 10 minutos con mis padres y ya. Supe darle la vuelta", relató.
Sin embargo, no fue el relato de cómo perdió la pierna lo que impactó a David Broncano y al público, sino el normalizar ser una persona amputada. Porque cuando normalizas las cosas es cuando el resto lo hace también. La Revuelta en eso es experto. Normalizar lo que consideramos anormal, lo que hace clic en las cabezas. Fiona Pinar hizo que anoche ese clic desapareciese.
En la UCI ya empezó a soñar, a superarse, a cambiar su vida. Hablaba con su madre sobre los Juegos Paralímpicos. Ella quería competir. "Me dijeron que hiciera natación, pero yo ya había hecho 12 años. No quería volver. Empecé con crossfit, me puse fuerte... y de ahí al atletismo".
Con una prótesis de fibra de carbono empezó a correr. En solo ocho meses desde su primera prótesis, Fiona Pinar se clasificó para París 2024. Fue a los Juego y quedó finalista en los 200 metros. "Fui lesionada. Tenía una vértebra rota y no lo sabía. Me dolía la espalda, pero dije: 'Estoy aquí, voy a competir'".
Pero más allá de su afán de superación, de convertir la tragedia en algo positivo, David Broncano quería saber cómo es vivir día a día con una prótesis. Y aquí es donde Fiona Pinar dio la lección que todos deberíamos escuchar, la que hace que nos replanteamos demasiadas cosas que sin testimonios como el de Fiona Pinar no nos replantearíamos. "Yo perdí la vergüenza, salí del hospital con la mayor autoestima de mi vida. Puse en una balanza lo que era importante en la vida y el físico para mí pasó a ser una mierda, realmente era para mi cero importante", confesó mientras el público del Teatro Gran Vía se rompió en un estruendoso aplauso.
"Me quería mucho. Yo siempre digo que he ganado una pierna, pero he ganado una vida", sentenciaba. Además,"tengo 33% de discapacidad, pero no tengo movilidad reducida. Me falta un pie".
"Ha sido muy rápido todo", continuó ante la expectación de David Broncano, que conoció la historia de Fiona Pinar al leer la noticia sobre su logro en los JJOO. "Siempre digo que si me conocías antes del accidente no sabes nada de mí, nació otra Fiona en ese momento".