Aunque, a veces se nos pueda olvidar, el frío y los cambios bruscos de temperatura también afectan a nuestros perros y nuestros gatos, incrementando la incidencia de ciertas patologías que pueden complicarse si no se abordan de una manera adecuada.
"El frío y la humedad son dos factores que pueden predisponer a los animales a sufrir problemas respiratorios, especialmente, si se trata perros y gatos con sistemas inmunitarios debilitados o de edades avanzadas. Por eso, es muy importante estar atentos a cualquier signo de malestar para, de este modo, poder actuar de forma preventiva", explica Nuria Gómez Constanzo, experta veterinaria de Clinicanimal, la red de centros veterinarios de Tiendanimal.
Consejos de prevención frente al frío
Entre las enfermedades respiratorias más comunes en esta época del año destaca, en el caso de los perros, la traqueobronquitis infecciosa canina. Más conocida como 'tos de las perreras', es una enfermedad similar a la gripe, causada por varios microorganismos (Bordetella bronchiseptica, virus del moquillo, CAV-1, CAV-2 y el virus de la parainfluenza canina). Estos virus se propagan por el ambiente, a través de aerosoles (estornudos o tos) o por contacto con algún utensilio que pueda estar infectado, como puede ser un comedero o un bebedero.
¿Qué síntomas provoca la 'tos de las perreras'? Los perros presentan una tos persistente que suele empeorar por las noches y, en ocasiones, también pueden tener fiebre. El cuadro puede durar una, dos o, incluso, tres semanas. El tratamiento principal se basa en el uso de antibióticos, como son la Doxiciclina y la Amoxicilina-Ác.Clavulánico, siempre bajo prescripción veterinaria. Además, se puede poner remedio a la tos con la Hidrocodona o la Codeína.
En los gatos, las afección más común es la rinotraqueitis viral felina, también llamada gripe felina, una infección de las vías respiratorias causada por el virus del herpes felino tipo I.
El frío y la exposición a ambientes húmedos o cambios bruscos de temperatura aumentan las posibilidades de contagio de esta enfermedades, especialmente, en animales muy jóvenes, mayores o con sistemas inmunes comprometidos. Para reducir el riesgo, es aconsejable evitar la exposición prolongada a bajas temperaturas, asegurarse de que el perro o gato cuente con un espacio cálido, limpio y sin humedad, y mantener sus vacunaciones y desparasitaciones al día.
Además, hay que tener en cuenta las patologías articulares, como la artrosis, que tienden a agravarse durante los meses fríos. En este sentido, conviene tener en cuenta que, en perros y gatos de avanzada edad, pueden intensificarse los síntomas de dolor y rigidez, viéndose reducida tanto su movilidad como su calidad de vida. Para intentar aliviar estos cuadros, los especialistas de Tiendanimal aconsejan que nuestros animales tengan camas cálidas y cómodas, evitar los cambios bruscos de temperatura y considerar la toma de suplementos que puedan ayudar a fortalecer las articulaciones, siempre bajo supervisión veterinaria.
Desparasitación, una prioridad también en invierno
Aunque en invierno se preste más atención a los resfriados y problemas articulares, la desparasitación sigue siendo crucial cuando aprieta el frío, porque es ahora cuando algunos parásitos pueden persistir en el ambiente o, incluso, multiplicarse en zonas de nuestras casa especialmente cálidas debido a la calefacción. "No debemos olvidar que, tanto los parásitos internos como los externos pueden, afectar a perros y gatos en cualquier estación del año y, mantener un calendario de desparasitación constante, es esencial para evitar infecciones y enfermedades", añade la veterinaria Gómez Constanzo.
Para asegurar una buena salud en invierno, se recomienda revisar el calendario de vacunaciones y de desparasitación, proporcionar una dieta equilibrada y adaptada a las necesidades específicas de cada animal y realizar chequeos veterinarios periódicos. Estos cuidados básicos, junto con un entorno cálido y protegido, permiten a perros y gatos disfrutar del invierno sin poner en riesgo su bienestar