Juan Andrés Mendiboure, de 51 años, y Daniel Durán, de 29, son propietarios de empresas de compraventa de coches de alta (o altísima) gama. Se dedican al lujo más extremo. A encontrar «juguetes», como les llaman ellos, de cientos de miles de euros, incluso millones, para los clientes más exclusivos: futbolistas de renombre, dueños de multinacionales, coleccionistas, ricos de todo el mundo que buscan un bólido en concreto. Ya esté en Puerto Banús, por donde ambos se mueven con destreza, Mónaco, Dubái...
En ocasiones, cuando les llegan «caramelos» como el Lamborghini Aventador SV de la foto, Andrés y Daniel se asocian para tratar de darle salida. Ellos lo suelen comprar a su propietario original -que antes pasó la criba que hace la marca-, luego lo acicalan y, más tarde, le buscan comprador en una red mundial que se interconecta por distintos canales de mensajería móvil.
Andrés y Daniel no tienen concesionario ni lugar fijo donde exponerlos. A veces llegan a acuerdos con tiendas del Principado de Mónaco o de Marbella para mostrarlos durante un tiempo. Si no, los mantienen encerrados en garajes con medidas extremas de seguridad y mueven su bicho directamente entre potenciales compradores o mediante otros intermediarios que, en caso de venta, se llevarán su comisión. Andrés y Daniel denuncian que están «muy molestos, como todo el sector», por el «señalamiento» hecho por el Gobierno de Pedro Sánchez hacia los propietarios de Lamborghini. El pasado 4 de septiembre, el jefe del Ejecutivo español anunció que subiría los impuestos «a quienes tienen en el banco el suficiente dinero para vivir cien vidas (...)». Y añadió: «España será un país mejor si tiene más transporte público y menos Lamborghinis».
Ocho días después, el 12 de septiembre, el equipo de comunicación del presidente publicó en sus redes sociales un anuncio del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible en apoyo del transporte público y del vehículo eléctrico, mucho menos contaminante. El protagonista del spot era un joven que cantaba: «Si vas a moverte que sea con clase. Si vas en Lambo quizás te retrases (...) Yo sé que eres inteligente, en transporte público se mueve mi gente». En el anuncio, se asociaba el mero hecho de conducir un Lamborghini con ideas negativas, como la falta de clase o un bajo nivel intelectual.
«¿QUÉ ESTARÁ PENSANDO LA MARCA?»
«No tiene ni idea de lo que está diciendo. Un presidente debería ser más responsable con algo que lo ven millones de personas. ¿Qué estará pensando la marca? Se estarán echando las manos a la cabeza. ¿Y sus potenciales clientes?», afirma Andrés, quien lleva 32 años en el sector del automóvil de lujo. «Cada uno puede comprar lo que pueda, pero no se le debe señalar con campañas como esas», entiende.
Daniel, que en ocasiones colabora con Andrés a la hora de vender un coche, tiene una visión muy similar: «Si hay este tipo de coches en el país significa que la economía va bien. Pedro Sánchez se equivoca. Quien tiene un coche de estos, por mucho que contaminen, también invierte en inmuebles, gasta en tiendas... Todo eso lleva impuestos. Matricular un coche de alta gama tiene un impuesto que ronda el 14%. Eso, en un coche de medio millón de euros, como es el que conduzco yo ahora mismo, es mucho dinero que llega a Hacienda. A eso súmale el 21% de IVA cada vez que se llena el tanque, que son 200 euros, por ejemplo. Creo que un gobierno, sea del signo político que sea, nunca debería señalar a una empresa de esa forma. La situación es casi cómica, porque Lamborghini es del grupo Wolswagen, que seguro que Pedro Sánchez lo asocia con otro tipo de cliente, más preocupado con el medio ambiente. De verdad, se mire por donde se mire no tiene sentido».
A FAVOR DEL TRANSPORTE PÚBLICO... PERO HACIENDO CAJA CON LOS IMPUESTOS
Lamborghini sólo tiene dos concesionarios oficiales en España. Están en Madrid y en Barcelona. Según el portal Statista, que reúne estadísticas de fuentes oficiales, entre 2011 y 2023 se matricularon en el país 264 Lamborghinis. Se da la circunstancia de que el año pasado fue el que más matriculaciones registró (46). Si cualquier persona quiere adquirir uno, la marca hace un estudio exhaustivo sobre su potencial comprador. Si no encaja en su perfil, adiós. Si lo hace, entra en su selecta lista de espera. No todo el mundo cabe en ella. Por eso funciona la compraventa de segunda mano.
En lo que va de 2024 (contabilizando los meses completos, de enero a agosto), en España se han matriculado ya 34 vehículos de la marca Lamborghini, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Mientras, otras marcas llevan ventas similares o incluso menores: Ferrari, 59; Aston Martin, 41; Bentley, 48; McLaren, 3, y Rolls-Royce, 2. El coche más vendido de la firma de Sant'Agata Bolognese en 2024 es el Lamborghini Urus, con 17 unidades matriculadas durante los primeros ocho meses del año. Su precio no baja de los 240.000 euros.
Mientras el Gobierno hace campaña en favor del transporte público, el Ministerio de Hacienda sigue haciendo caja con el sector de la automoción y, más en concreto, con el impuesto de matriculación, cuyo montante total aumentó en 2023 un 11,5% con respecto al año anterior. En el acumulado de 2023, el Estado ingresó más de 724 millones de euros sólo con este gravamen. El importe medio a ingresar fue de 735 euros, que se aplicó sobre un total de 985.688 vehículos.
Pero el importe medio en los coches de alta gama y gran cilindrada se situó el año pasado en los 5.945 euros. Son vehículos cuyas emisiones oficiales de CO2 son iguales o superiores a 200 g/km. Les corresponde un tipo aplicable del 14,75% -un 13,75% en Canarias-).
Andrés Mendigoure y su socio, Daniel Durán, aseguran que en muchas ocasiones a los conductores de este tipo de coches «se les vincula con cosas ilegales o con ser hijos de papá». Pero ellos rebaten ese lugar común: «Muchos de nuestros clientes son grandes empresarios. Campañas como estas demuestran la cultura que hay en este país a la hora de prejuzgar a la gente», dice Daniel. Andrés coincide: «¿Alguien vería normal que Pedro Sánchez atacara a Amancio Ortega o a quien compra su ropa? No, ¿verdad? Pues no entendemos a qué viene ese eslogan fácil de "más transporte público y menos Lamborghinis", cuando no son incompatibles».