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Cassandra Clare: "Vender mucho puede ir en tu contra... Costó 40 años reconocer a Stephen King"

La autora de la saga juvenil 'Cazadores de sombras' lleva su universo al terreno de la novela de fantasía para adultos en la recién publicada 'El guardián de espadas'

La autora Cassandra Clare
La autora Cassandra ClareTony Luong
Actualizado

La sala del Hotel Rosewood Villamagna donde nos recibe Cassandra Clare (Irán, 1973) bien podría formar parte de una de sus historias de fantasía. Hay algo legendario, casi épico, en el ambiente. Varios sillones de madera forrados en terciopelo rojo y verde rodean a una de las escritoras juveniles más destacadas del siglo. Algunos tapices y cuadros de antiguos -y desconocidos- regentes decoran las paredes. Un ventanal amplio con vistas al jardín no consigue iluminar la mitad de la estancia, aquella en la que se aloja una barra donde se sirven cócteles. A su alrededor podrían concentrarse brujos, hombres lobo y vampiros al caer la noche.

Pero estamos en Madrid, a mediodía y con 33 grados a la sombra.

La misma sombra a la que hacen frente los protagonistas de la saga que le ha brindado fama mundial durante exactamente dos décadas. Cazadores de sombras es un éxito entre el público adolescente, con 50 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y traducciones a 35 idiomas. "No puedo despegarme de ese universo, son mis niños. No me canso de ellos ni se me agotan las ideas. Ni siquiera recuerdo cómo era mi vida antes de escribir Ciudad de Hueso", confiesa, locuaz, ante nuestra pregunta de si el fantasma de autora superventas le impide acometer otros proyectos sin presiones o expectativas desmesuradas. "Es verdad que llegó un momento en el que necesitaba escribir algo que acompañase a esos lectores que comenzaron a leer mis historias con 15 años y ahora tienen treintaitantos. Ya están creciditos. Quería ofrecerles algo distinto, con lo que seguir enganchándoles, ya sabes".

Para saber más

De esa necesidad surgió El guardián de espadas (Crossbooks), novela inspirada en la Francia del Renacimiento que abre la tetralogía Crónicas de Castelana y del que ya se ha firmado la adaptación como serie de televisión, a fin de repetir el éxito de ABC con Shadowhunters, disponible en el catálogo de Netflix en España.

"Empecé a darme cuenta mientras escribía sobre Lin, que es médico, sobre Conor, que es un príncipe que tiene que casarse, y sobre Kel, su guardaespaldas, de que no eran personajes adolescentes, sino que enfrentaban los problemas que tendrían los adultos. Hablan de matrimonio y de trabajo y de hijos. De ninguna manera podría imaginar cómo funcionaría la historia si fueran mucho más jóvenes. Así que llamé a mi agente y le dije: 'Creo que este es un libro para adultos'", cuenta.

Clare no se prodiga demasiado de gira fuera de Estados Unidos, donde reside con su pareja. A Judith Rumelt -la mujer detrás del pseudónimo literario inspirado en una novela corta de Jane Austen- le resulta agotador viajar, ya que pasó sus primeros años de vida dando vueltas por el mundo con su familia y con varios baúles repletos de libros de fantasía, entre los que se contaban Las crónicas de Narnia.

Por eso no es de extrañar que lleve más de 15 años sin pisar España. Lo hizo cuando sólo se habían publicado los tres primeros volúmenes de una saga que roza ya la treintena de títulos, entre trilogías precuela, libros de relatos y ediciones especiales que exploran la genealogía de los cazadores de sombras. El coronavirus le impidió visitarnos en 2020, pero Clare estaba decidida a volver.

"La primera vez que vine yo me esperaba 15 o 20 personas en las presentaciones y había colas larguísimas. La firma era en la Feria del Libro de Madrid y la gente golpeaba la caseta como hinchas de fútbol. A mi marido le impactó muchísimo", recuerda. Ahora, Clare viene a presentar El guardián de espadas en pleno verano, primero en la capital con dos fechas de firmas en el Espacio Fundación Telefónica y la Casa del Libro de Gran Vía -con aforo completo en cuestión de minutos-, y luego en el Festival Celsius que se celebra cada año en Avilés (Asturias).

Las redes sociales empujan a la viralidad: todos los libros parecen ser el libro del año, el que nadie puede perderse si quiere estar al tanto de la conversación en TikTok. "El FOMO [Miedo a Perderse Algo] ha hecho mucho daño, es verdad. Es más difícil que las historias perduren como lo hacían hace una década. Cambiamos de opinión todo el rato, y es un mundo mucho más competitivo que cuando empecé", reconoce la escritora.

¿Se está prostituyendo el término bestseller? ¿Importa más la etiqueta promocional del nuevo Harry Potter que la calidad de la obra? "Creo que la calidad literaria sigue siendo algo relevante. Y creo que ser muy exitoso juega también en nuestra contra, porque los críticos, cuando ven que algo es superventas, piensan: 'Oh, no debe ser tan bueno'. Recuerdo que Stephen King tuvo que esperar casi 40 años para que le diesen un premio porque era tan popular y escribía terror y fantasía, que este mundillo era muy reacio a reconocer que era un autor increíble".

Cassandra Clare sostiene que, pese a los juicios de valor sobre la "cultura de usar y tirar", los lectores de hoy en día son muy exigentes. Extremadamente exigentes, de hecho: "Que la gente espere más diversidad ahora creo que es algo muy positivo. En Los instrumentos mortales me desalentaron tajantemente cuando hablaba de incluir parejas como Magnus y Alec en mis libros porque no tendrían cabida en las bibliotecas o en las escuelas. Y creo que las nuevas generaciones esperan ver personajes de diferentes razas y etnias, nacionalidades y orientación sexual, no que sea algo excepcional".

Entonces, ¿hay en El guardián de espadas representación LGTBI como en Cazadores de sombras? "Es un mundo donde ser queer está muy normalizado, la bisexualidad se integra de manera muy natural en la historia. A Conor le obligan a decidir con quien casarse entre una serie de candidatos. Lo importante es que contraiga matrimonio, da igual si es con una mujer o con un hombre".

En sus novelas, Clare entreteje universos de creación propia con referencias formales a clásicos como Historia de dos ciudades, de Charles Dickens. Hacerlo no resulta sencillo, sobre todo al tratarse de sagas cuya gestación se prolonga durante décadas. "Soy una escritora muy metódica. Paso meses leyendo e investigando, y luego me organizo con fichas y esquemas de 200 o 300 páginas para que todo encaje perfectamente, como en un puzle", explica. Por si algún fan albergaba dudas, la autora promete que su incursión en la literatura para adultos no supone abandonar a los personajes que la han llevado a lo mas alto: "Mis lectores no tienen de qué preocuparse. Estoy escribiendo varios libros a la vez, y no planeo alejarme de los cazadores de sombras, por el momento".