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Un padre enferma. Su hija lo acompaña. El padre muere y la hija lo vela y después desaparece del paisaje. Las personas que aman a esa hija se preguntan dónde está y la buscan pero no lo hacen a través de un detective sino a través de sus diarios y de las fotografías que guarda en sus carpetas. Más o menos en eso consiste Otra versión de ti (Destino), la nueva novela de Inés Martín Rodrigo, ganadora del premio Nadal en 2022.
Algunos datos más sobre la novela: el personaje de la hija se llama Candela pero comparte apellidos, profesión y circunstancias con su autora. Otra versión de ti es una novela pero tiende al ensayo y también incluye páginas de divulgación sobre neurociencia, algunos mensajes de X y de Whatsapp y textos periodísticos. Es, también, un texto diferente al de las otras novelas de Inés Martín Rodrigo: más complejo, más radical y más conmovedor. Y no hace falta explicar mucho más antes de que sea la autora la que cuente su libro.

El 'kilómetro cero' de la escritura íntima de Umbral
«Mi padre murió en agosto de 2023, yo tenía 41 años. Fue un mazazo enorme y un cambio radical en mi vida personal y literaria», dice Martín Rodrigo. «Yo ya había perdido a mi madre cuando tenía 14 años. No me despedí de ella. Mi familia decidió protegerme, me aisló de su enfermedad durante tres años. El último año suyo fue muy duro. El último mes, de agonía. No despedirme fue una herida que se me quedó abierta, me he dado cuenta después, gracias a la terapia. Cuando me enfrenté a la muerte de mi padre quise estar con él hasta el final. La última semana fue profundamente dolorosa. Yo estuve con él, le di la mano, le pude llorar... Era la primera persona muerta a la que veía. Eso me cambió, me colocó en otro lugar, el de la orfandad. Fui consciente de mi fragilidad y de la soledad que me espera. Entendí el papel de mis padres, abracé una comprensión de sus vidas, me puse en su lugar de una manera nueva. El duelo es esa cosa con alas, ese era un título de Max Porter. El primer año fue de irrealidad. Se me olvidaba que no iba a llamarme más. Luego llegó la certeza de que la pérdida era definitiva. Voy navegando como puedo».
Y continúa: «Estamos hechos de ausencias. Las ausencias nos construyen y destruyen. Tratamos de paliarlas a través de los recuerdos pero los recuerdos también nos abandonan, los perdemos. El retrato que nos dan de las personas perdidas no es del todo fiel, aunque eso tampoco importa tanto. Es difícil hacer pie. En la vida y en la literatura. A veces parece imposible hacer pie. Pero es importante sentirse rodeada de personas que nos acompañan. Acompañar es un verbo importante en esta novela».
- Si fuera un amigo suyo de la carrera y tuviésemos 21 años, ¿cuánto sabría de la muerte de su madre?
- Podría no saber nada. Su muerte fue tan dolorosa que, durante años, fue un tabú en mi familia. En vez de posibilitar su recuerdo, se congeló todo. No se hablaba de ella, no había fotos suyas en casa... Luego pasó el tiempo y traté de reconciliarme con un recuerdo del que me habían apartado. Se hizo así para protegerme, lo sé, pero es que así no se protege. Apareció la terapia, aparecieron personas que ahora están en mi vida de una manera íntima. Y recuperé a mi madre.
- Con esos 21 años, ¿había días en los que no pensaba en su madre?
- Siempre pensé en ella. Siempre de un modo doloroso. Nunca con dulzura, cuando era una persona alegre. Pero yo no la recordaba riendo. Esta novela es recuperarla desde la alegría.
En Otra versión de ti, como en todos los textos que ha publicado hasta ahora, Inés Martín Rodrigo se muestra como una escritora hiperestésica. ¿Se reconoce en ese adjetivo? «Es mi definición perfecta. Personal y profesional. Para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno porque empatizo y un escritor tiene que ser empático. Y para lo malo por el dolor. El dolor mío y el que provoco. Mire mis dedos despellejados. Todo me duele mucho más».
«Y me reconozco así desde niña», continúa, «pero es que casi no me recuerdo antes de la enfermedad de mi madre, sólo tengo imágenes sueltas, recuerdos vagos. Mi infancia empieza a tener forma cuando mi madre nos dijo que estaba enferma. Que, en realidad, nunca nos lo dijo del todo. Mi hermana y yo no llegamos a saber lo que pasaba.. Yo me convertí entonces en cuidadora, cuidadora de mi madre y mi hermana. De todo el mundo, menos de mí misma. Me descuidé y eso llevó a una enfermedad mental grave que he intentado reducir a través de la terapia. Esa hipersensibilidad y esa hiperresponsabilidad como cuidadora han configurado mi personalidad de una manera hiperlativa. No me imagino de otro modo. Y eso se refleja en mi obra. Cada palabra en este libro tiene una razón».
«Otra versión de ti es una novela distinta a las anteriores mías, es un nuevo camino literario y personal. Algunos temas se repiten: memoria, identidad, familia. La diferencia es la libertad desde la que he escrito. Es una libertad creativa que nunca me había permitido y que me permite llegar a lugares nuevos. Es una novela compleja, pero estoy orgullosa de haber salido ilesa».
- ¿Y si fuera su psicólogo, leería este libro y pensaría: «Aquí está la huida que es un tema obvio en Inés»?
- Más que la huida, hay otro desaparecer que se parece pero no es lo mismo... Le diría que las ausencias de las que estamos hechos me han colocado a veces en un lugar peligroso. Me he acercado al precipicio, no hasta el punto de saltar pero sí de poder resbalar el pie. ¿Eso es una forma de huida? No lo sé. Lo veo como un menosprecio a la propia vida. Y he Ignorado el daño que eso provocaba. A medida que han pasado los años y me he reconocido, he dado pasos atrás.
- ¿Cómo está ahora?
- Bien. Pero sé que nada está garantizado.¿Se prolongará este estado? No lo sé. ¿Usted lo sabe? Nadie lo sabe. Por lo menos, ya no menosprecio esta estabilidad.