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El faraón, la pirámide y el tesoro

Florentino abraza a Mbappé.
Florentino abraza a Mbappé.Andrea ComasAP
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La obra está completa. El faraón está completo. El faraón es Florentino Pérez, faraón de esta civilización que es el Real Madrid. Bajo la cúpula del nuevo Bernabéu que es como la pirámide con la que el presidente pasará a la posteridad, con sus siete Champions a la espalda, una más que Santiago Bernabéu, entre las 15 conquistadas, Florentino abre en vida el tesoro del futuro, Kylian Mbappé, el icono que necesita la nueva era, pero sin cerrar el sarcófago de los atepasados, junto a Pirri y Zidane, pasado, presente y futuro.

En un día que parecía marcado por el destino, con un castellano preparado durante tiempo por Mbappé y el número 9 reservado por el club, el francés cumple algo más que el sueño del niño que se fotografío años atrás con Cristiano. La realidad es que Mbappé necesita al Madrid en la misma medida que lo hace el club. Ello ha permitido superar los resquemores de las partes, después de negociaciones, mentiras y desplantes durante estos años. Frente a Florentino, lloraba la madre, Fayza Lamari, una de las mas duras negociadoras a las que el dirigente se ha enfrentado. «Han pasado cosas», dijo simplemente Mbappé para referirse a lo acontecido en un mundo donde se gana o se pierde, pero difícilmente se olvida. El rencor en el fútbol es sistémico.

Las 15 Champions que el Madrid subió al escenario son las 15 razones por las que Mbappé ansiaba esta llegada. Es campeón del mundo, pero necesita serlo en el entorno europeo, en la mejor competición de clubes, a la espera de si algún día la Superliga de Florentino dice lo contrario. Zidane sabe bien qué siginifica. El camino hacia el Balón de Oro pasa cada año por la Champions.

El Madrid, en cambio, no tenía la misma dependencia en lo deportivo. Al desengaño de hace dos años, cuando el «no» de Mbappé fue interpretado como una traición, respondió el club con la Decimocuarta en la ciudad del futbolista. Este año ha levantado la Decimoquinta. Sin embargo, el sentido estratégico de Florentino, al que los clubes-estado habían dejado en una difícil situación, reclamaba «cebar la bomba» desde la marcha de Cristiano, y para eso era necesario uno de los grandes actores de esta industria. Ninguno como Mbappé.

El jugador ya ha ganado todo lo que se puede ganar y más. Que se lo pregunten a su madre. Ahora es momento de ganar la gloria. Llega después de un doble fracaso, por la caída del PSG en la Champions y de Francia en la Eurocopa, precisamente ante la España de Lamine Yamal. Es el duelo que viene para bien del clásico, de la Liga, del fútbol español y de los sueños, también los del faraón.