Existe una foto histórica que muestra el "suave" traspaso de poderes entre el antiguo y el nuevo régimen. Fue tomada el lunes en el atrio del palacio gubernamental de Damasco. A la izquierda está sentado el primer ministro Mohamed Ghazi al Jalali, aún nombrado por Bashar Asad; en el centro el líder rebelde, Abu Mohamed al Jolani, y a la derecha el nuevo primer ministro, Mohamed al Bashir. El primero es un hombre barbudo y anciano, que viste un elegante traje azul; un perfecto representante de un régimen laico que permitía a sus élites los lujos de Europa. El segundo lleva una larga barba y una especie de túnica militar de color barro. Es la humildad del poder desinteresado por el dinero, virtud que el Islam exige a los gobernantes. El tercero también tiene la barba del suní devoto, aunque no tan larga como la cabeza, sino corta. La vestimenta, en cambio, es un impecable homenaje a las convenciones de Occidente: un traje gris hierro sobre camisa blanca. La imagen de la nueva Siria moderadamente islámica: barba y corbata en corto.
24 horas más tarde, en el mismo atrio de la gobernación, todo mármol y referencias a la arquitectura califal, el primer ministro del Gobierno de Salvación Nacional concede su primera entrevista a un medio de comunicación occidental. Se llama Mohamed al Bashir, tiene 42 años y es el principal tecnócrata del clan de Idlib, el que ha ganado la revolución por el momento.
En la provincia sitiada, plagada de yihadistas, espías y aventureros, Bashir ha conseguido como alcalde que los servicios públicos funcionen con eficacia y mano firme. Por eso, el estratega del Comité para la Liberación del Levante (HTS, en inglés), Al Jolani, le eligió a él y no al coordinador de la oposición que se quedaba tranquilamente en Doha.
Pregunta. Primer ministro Bashir, ¿ha comenzado la transición?
Respuesta. Esta mañana [por ayer], todos los antiguos ministros se presentaron para empezar a trabajar. Sólo faltaban los ministros de Interior y Defensa, por razones obvias, pero lo compensamos con los directores generales. El ambiente era de cooperación. Sabemos que heredamos una administración elefantiásica, plagada de corrupción. Al fin y al cabo, el régimen se comió a sí mismo, pero, mientras tanto, la gente vivía mal.
P. ¿Qué finanzas ha encontrado?
R. En las arcas sólo hay libras sirias que valen poco o nada. Un dólar estadounidense compra 35.000 de nuestras monedas. No tenemos divisas y, en cuanto a préstamos y bonos, aún estamos recopilando datos. Así que, sí, financieramente estamos muy mal.
P. Lleva menos de 24 horas en el cargo.
R. Y sólo estaremos hasta marzo de 2025. La deuda es enorme, el reto ciclópeo, pero tenemos la experiencia de Idlib, donde tuvimos éxito. Por supuesto, una provincia no es el país, pero podemos mejorar Siria. Llevará tiempo, pero lo conseguiremos.
P. El jefe del Comité de Liberación del Levante, Al Jolani, emitió 160 recompensas para criminales de guerra del régimen del presidente Bashar Asad. ¿Con qué criterios fueron seleccionados?
R. Se trata de personas responsables de crímenes antes y durante la revolución siria de 2011. Son individuos que hicieron desaparecer a miles de ciudadanos en las cárceles durante décadas. Un gran número de sirios fueron perseguidos y detenidos durante la revolución. En esa lista están los responsables del baño de sangre: personajes conocidos que torturaron y mataron. En la mayoría de los casos, su responsabilidad está documentada por instituciones internacionales y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. Muchos también son objeto de sanciones por parte de gobiernos occidentales por graves violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra. Serán juzgados conforme a la legislación siria vigente.
P. ¿Sus tres primeros objetivos?
R. El primero es restablecer la seguridad y la estabilidad en todas las ciudades de Siria. La gente está agotada por la injusticia y la tiranía. Hay que restablecer la autoridad del Estado para que la gente pueda volver al trabajo y a la vida normal.
P. ¿Y la segunda?
R. Traer de vuelta a los millones de refugiados sirios que están en el extranjero. Su capital humano y su experiencia permitirán que el país prospere. El mío es un llamamiento a todos los sirios en el extranjero: Siria es ahora un país libre que se ha ganado su orgullo y su dignidad. Volved. Debemos reconstruir, renacer, y para eso, necesitamos la ayuda de todos.
P.¿Y la tercera?
R. Es a nivel de planificación estratégica. Los sirios no pueden vivir con la precariedad de servicios esenciales como la electricidad, el pan o el agua. Somos un gobierno de transición, pero tenemos que empezar a trabajar en ello. Cuando entramos en Alepo, Hama y Damasco, los sirios vivían en una doble oscuridad: la del régimen y la de los cortes de electricidad. Esto es absolutamente inaceptable.
P. El mundo entero se pregunta: tenéis un historial de yihadismo a vuestras espaldas. Muchos de vosotros habéis servido en Al Qaeda o en el Estado Islámico de Al Bagdadi. ¿Queréis construir un nuevo Estado Islámico?
R. El mal comportamiento de algunos grupos islamistas ha llevado a mucha gente, especialmente en Occidente, a asociar a los musulmanes con el terrorismo y al Islam con el extremismo. Esto se debe a un comportamiento erróneo y a la falta de comprensión. Así, se ha tergiversado el significado del Islam, que es la "religión de la justicia". Precisamente porque somos islámicos, garantizaremos los derechos de todas las personas y sectas de Siria.
P. ¿Será "islámica" la nueva Constitución?
R. Si Dios quiere, aclararemos todos estos detalles durante el proceso constituyente.
P. ¿Y la política exterior?
R. Desde el principio de las operaciones militares, nos dirigimos a países como Irak, la República Popular China y muchos otros para explicarles que nuestra revolución tenía como objetivo liberar a los sirios de Bashar Asad. Y fuimos comprendidos. Así que no tenemos ningún problema en que ningún Estado, partido o secta se mantenga alejado del sanguinario régimen de Asad.
P. ¿Entiendo si digo que estáis dispuestos a hacer la paz con Israel y, en cambio, sois hostiles con Irán, Hizbulá y Rusia?
Bashir da las gracias y se marcha.