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EEUU

Donald Trump difunde la propaganda rusa sobre el frente de batalla mientras alaba las "buenas y productivas discusiones" con Moscú

"Pide encarecidamente a Putin" que perdone la vida de los soldados ucranianos que supuestamente tiene rodeados y éste exige la "rendición del enemigo" en Kursk

Donald Trump habla con miembros de su administración en la Casa Blanca.
Donald Trump habla con miembros de su administración en la Casa Blanca.EFE
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Ucrania quiere que su invasor se retire y una paz duradera. Estados Unidos quiere la paz porque quiere que la guerra termine ya para no gastar un dólar más, y empieza a quedar claro que no le importa demasiado en qué condiciones quede su hasta ahora aliado. Y Rusia no quiere una paz, sino "la rendición completa" de su adversario, quedarse el territorio ocupado, conseguir que quede por escrito que Kiev no se unirá a la OTAN y, puestos a pedir, que Volodimir Zelenski sea sustituido por alguien más dócil o menos hostil.

A lo largo de esta semana las posiciones, que en el caso de los dos ejércitos que luchan siempre estuvieron claras, han seguido perfilándose. El jueves, Donald Trump dijo que Ucrania ya estaba lista para sentarse en la mesa y que estaban de hecho abordando con ellos qué territorios iba a perder y cuáles conservar, si se quedarían el control de la central nuclear de Zaporiya o sería un botín para Moscú. Y si bien instó a Putin a aceptar un alto el fuego, no usó en absoluto el mismo tono apremiante y agresivo que usa constantemente con Kiev. Este viernes, sin embargo, las cosas han ido todavía a peor para los intereses ucranianos y europeos.

En un mensaje en su red social, el presidente de Estados Unidos ha descolocado, una vez más, a todos los actores implicados, incluyendo a sus socios de la OTAN. Bueno, a todos salvo al Kremlin. "Ayer tuvimos conversaciones muy buenas y productivas con el presidente ruso, Vladimir Putin, y hay muchas posibilidades de que esta horrible y sangrienta guerra finalmente llegue a su fin", ha indicado en referencia a las conversaciones que su enviado especial para los conflictos, Steve Witkoff, tuvo con Vladimir Putin en Moscú.

"PERO, EN ESTE MOMENTO, MILES DE TROPAS UCRANIANAS ESTÁN COMPLETAMENTE RODEADAS POR EL EJÉRCITO RUSO Y EN UNA SITUACIÓN MALÍSIMA Y VULNERABLE. He solicitado encarecidamente al presidente Putin que se les perdone la vida. Esta sería una masacre horrible, como no se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial. ¡Que Dios los bendiga a todos!", ha concluido su sorprendente mensaje.

No es un tuit más, no es otra salida de tono sin más. Donald Trump, ignorando lo que pasa sobre el terreno, los informes de inteligencia de su país, los datos del Pentágono, lo que le dicen los ucranianos y todos los aliados, ha comprado de pe a pa toda la narrativa de Putin, lo que probablemente le dijo a Witkoff, un empresario inmobiliario que se ha convertido en la mano derecha geopolítica de Trump, un tipo con experiencia cerrando contratos, pero que no tiene la menor experiencia en diplomacia, geopolítica o asuntos militares.

No hay miles de tropas ucranianas rodeadas. No están a merced de Putin y a punto de ser masacradas. Y sin embargo, el presidente de EEUU lo cree, o por lo menos lo dice, que puede ser lo mismo en términos prácticos si en función de esa información toma decisiones. "El mundo está viendo cómo Rusia está imponiendo deliberadamente condiciones que solo complican y prolongan el proceso", ha denunciado Zelenski en sus redes sociales. "Rusia es la única parte que quiere que la guerra continúe y que la diplomacia se derrumbe", ha añadido.

El alto mando ucraniano corrigió inmediatamente a Trump, explicando que no hay ningún embolsamiento, que es una mentira fabricada por los rusos. "Los informes sobre el supuesto cerco de unidades ucranianas por parte del enemigo en la región de Kursk son falsos y fueron inventados por Rusia con fines de manipulación política y para ejercer presión sobre Ucrania y sus socios. La situación se ha mantenido prácticamente sin cambios durante el último día. Las operaciones de combate dentro de la zona operativa del grupo de fuerzas "Kursk" continúan. Las unidades de las Fuerzas de Defensa de Ucrania se han reagrupado con éxito, se han retirado a posiciones defensivas más ventajosas y están cumpliendo sus misiones asignadas en la región de Kursk", ha explicado el mando en un mensaje en Telegram, reiterando que si bien "se han producido 13 enfrentamientos de combate en la dirección de Kursk, no existe amenaza de cerco para nuestras unidades".

Pero si Washington lo toma como cierto puede condicionar completamente las negociaciones. Horas después, en un discurso en el Departamento de Justicia, Trump ha dicho que las conversaciones están siendo "muy duras" pero ha reiterado su optimismo. "Ahora buscamos un alto el fuego con Rusia, y hemos tenido conversaciones muy positivas al respecto. Hemos recibido muy buenas respuestas. Puedo asegurarles que no habría habido guerra si yo fuera presidente. Yo hablaba mucho con el presidente Putin sobre esto. Le decía: 'No lo haga, no lo haga'. No les diré cuáles fueron las consecuencias (...) Teníamos una buena relación, una relación profesional, y él tiene respeto por nuestro país, y creo que hemos tenido muy buenos resultados. No quería decirlo hasta justo antes de venir aquí, pero me han dado muy buenas noticias, pero tendremos que ver qué pasa", ha señalado crípticamente.

Porque hasta la fecha, Zelenski ya está claro lo que tiene que ceder, a falta de los detalles o de las garantías de seguridad que exige para el día después, para estar tranquilos de que no habrá otra invasión en cualquier otro momento. Pero Putin no se ha comprometido absolutamente a nada. Al revés. Y si su gran concesión es perdonar la vida de quienes no tiene rodeados o prisioneros será difícil que Ucrania acepte nada. Lo que volverá a ser excusa para que Washington apriete la soga mientras únicamente habla de unas vagas sanciones económicas, como han repetido hoy también los miembros del G7.

Su comunicado, publicado tras una reunión en Canadá, dice que se ha discutido la imposición de nuevas sanciones si el Kremlin no implementaba plenamente el alto el fuego, pero el secretario de estado de EEUU, Marco Rubio, admitió que no tiene muy claro si Putin simplemente gana tiempo para recuperar aún más terreno conquistado mientras Kiev pelea con una mano atada a la espalda. "La pregunta es: ¿estamos realmente avanzando hacia un alto el fuego o es una táctica dilatoria? No voy a responder a eso porque no puedo definirlo ahora mismo", admitió Rubio.

En una larga intervención este viernes, Putin ha dado más pistas, exigiendo que para un alto el fuego, o una negociación de paz, los soldados ucranianos "se tienen que rendir" a sus tropas, a cambio de lo cual promete, con la confianza que da la palabra de quien ha masacrado a civiles y cometido crímenes de guerra, de que "perdonará sus vidas y los tratará con humanidad". Así, ambos mandatarios sostienen una versión sobre lo que ocurre en Kursk, una zona que las tropas de Kiev recuperaron parcialmente el verano pasado. A pesar del grito en el cielo de analistas y el ejército ucraniano.

En público hoy Putin ha dicho lo que le dijo en privado ayer al enviado Witkoff, insistiendo en que para una tregua de cualquier tipo Zelenski debe ordenar a sus unidades que depongan las armas, ni siquiera que se retiren aun más, ya que en las últimas semanas Rusia ha logrado una clara ventaja. En no poca medida gracias a la decisión de la Casa Blanca de suspender la ayuda militar estadounidense y el intercambio de inteligencia a Ucrania. Esta misma mañana, "los ataques aéreos, como planeadores y drones, se han intensificado en las zonas fronterizas", ha admitido en Facebook Volodimir Artiukhin, jefe de la Administración Militar Regional de Sumy, ordenando la evacuación obligatoria de ocho pequeños pueblos.

Lo que se preguntan los europeos ahora mismo es si ayer Putin y Trump llegaron a hablar directamente, con la cobertura del viaje de su enviado, o todo ha sido a través de él. El portavoz del Kremlin ha señalado este viernes que en su reunión con Witkoff el presidente ruso "transmitió información y señales adicionales al presidente Trump", pero sin detallar a qué se refería. Y ha añadido que para ellos es vital que los dos líderes traten el asunto directamente. "Después de que el señor Witkoff transmita toda la información recibida a su jefe de Estado, determinaremos el momento de la conversación. Ambas partes entienden que dicha conversación es necesaria", ha dicho el portavoz en su comparecencia diaria.

"Por supuesto que Putin teme decirle directamente al presidente Trump que quiere continuar esta guerra y seguir matando ucranianos. Putin lo hace a menudo: no dice que no rotundamente, pero alarga las cosas e imposibilita las soluciones razonables", ha concluido Zelenski, desesperado por el rumbo que van cogiendo las conversaciones en las que las dos grandes potencias están pareciendo decidir su futuro sin su opinión.