Delegaciones de Estados Unidos y Rusia retomaron este lunes conversaciones en Arabia Saudí con el objetivo de preparar el terreno para un acuerdo de alto el fuego generalizado en Ucrania, en medio de las acusaciones entre Moscú y Kiev de ataques a infraestructuras energéticas. El encuentro estuvo precedido por una reunión aparte entre funcionarios estadounidenses y ucranianos el domingo en Arabia Saudí, para tratar las condiciones de Kiev en el marco de negociaciones que buscan poner fin a tres años de guerra. Tras la jornada de negociaciones, no trascendieron detalles de las discusiones.
Washington buscaba aprovechar el encuentro para cerrar un acuerdo separado de alto el fuego en el mar Negro que permita retomar el flujo de mercancías en esta ruta marítima, según señaló la Casa Blanca. El Kremlin también certificó en declaraciones previas su disposición a negociar el tratado. Si bien el enviado especial de EEUU, Steve Witkoff, señaló el domingo que habían notado "progreso" en la cuestión, Moscú se mostró más escéptica. "En general, por supuesto, hay muchísimos aspectos del acuerdo por resolver", declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. Ambas partes aluden a la Iniciativa del Grano en el mar Negro negociada con la mediación de Turquía en 2022, que permitió la exportación segura de cerca de 33 millones de toneladas de grano ucraniano a pesar de la guerra. Moscú se retiró del pacto en 2023, argumentando que el acuerdo ponía trabas a la exportación de sus productos -alimentos y fertilizantes- y no se pudo recuperar la iniciativa a pesar de los esfuerzos internacionales.
Por el momento sí se ha llegado a un acuerdo de suspensión de los ataques a infraestructuras energéticas, logrado con la mediación del presidente estadounidense, Donald Trump, que habló con los líderes de ambos países. Sin embargo, existen grandes diferencias sobre qué objetivos y zonas están fuera del alcance de los ataques. Washington aseguró que cubre "energía e infraestructuras", mientras que Moscú restringió los términos a "infraestructura energética". El pacto no ha estado exento de acusaciones mutuas de violación a la moratoria. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que Ucrania bombardeó una estación de medición de gas en Sudzha, en Kursk, al sureste de Rusia; una información que Kiev calificó de "absurda" y achacó a una operación de bandera falsa. "Por el momento, no tenemos órdenes del presidente", señaló Peskov, sobre si tienen intención de mantener la suspensión. Mientras, las tropas rusas lanzaron una tanda de cerca de 90 drones en Ucrania, de los cuáles 57 fueron derribados en todo el país, aunque el resto no causaron daños.
El encuentro del lunes estuvo encabezado por Andrew Peek, director del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca; y Michael Anton, alto funcionario del Departamento de Estado. Mientras que la delegación rusa contó con Grigory Karasin, ex diplomático que preside actualmente la Comisión de Exteriores del Parlamento ruso; y Sergei Beseda, asesor del director del Servicio Federal de Seguridad.
Tras la reunión con Rusia, la delegación estadounidense se encontró de nuevo con la parte ucraniana en Riad, para tratar lo discutido. "Nuestro equipo está trabajando de forma totalmente constructiva, el debate es muy útil. El trabajo de las delegaciones continúa", declaró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. "Por el momento estamos esperando los resultados de la reunión Estados Unidos-Rusia", señaló por su parte un funcionario ucraniano a la agencia de noticias AFP.
En torno a las conversaciones para poner fin a la guerra existe escepticismo entre los países europeos sobre si el presidente ruso, Vladimir Putin, está dispuesto a hacer concesiones significativas para alcanzar un alto el fuego permanente. "Simplemente no veo que quiera apoderarse de toda Europa. Esta es una situación muy diferente a la de la Segunda Guerra Mundial", aseguró el enviado especial de EEUU, Steve Witkoff, en una entrevista con la emisora CBS. Putin ha reiterado su disposición para alcanzar un acuerdo de paz, pero con una serie de condiciones, que pasan por suspender la ayuda militar extranjera, reducir el tamaño de sus fuerzas armadas, retirar las tropas de las cuatro regiones que reclama y abandonar sus ambiciones de unirse a la OTAN.