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Corinna Larsen: la nueva discreción de la 'enemiga' entrañable

Rechazó el consejo de ser discreta tras el regalo de 65 millones de euros hecho por Don Juan Carlos. Trece años después, el Emérito intenta conseguir su dinero de vuelta

Corinna Larsen, en una foto reciente.
Corinna Larsen, en una foto reciente.GTRES
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Las puestas de sol de áfrica y sus noches estrelladas alumbraban el futuro de Corinna Larsen y el Rey Juan Carlos hace 13 años, cuando el todavía Jefe del Estado de España y la ex princesa de origen danés compartían un safari cinegético en Botsuana. Era abril de 2012; según la versión de la comisionista, el viaje era un regalo a su hijo por su décimo cumpleaños y también el último intento de Don Juan Carlos para conquistarla. Pero el sueño tornó en pesadilla y el futuro se volvió incierto cuando en la madrugada del 13 de abril el Rey se levantó al baño, se rompió la cadera y también el idilio que aún mantenía con los españoles.

Según aseguró la propia ex princesa hace tres años en el podcast Corinna y el Rey, semanas después de aquello se puso en contacto con ella el abogado suizo Dante Canonica. Le explicó la manera de montar una estructura financiera fuera para hacerle una donación de 65 millones de euros. Un dinero que provenía del rey de Arabia Saudí y que iba a parar a la fortuna de la comisionista. Según ella, era una suerte de "acuerdo de divorcio" y esa cantidad era la compensación. Para el Emérito, se trataba de un dinero con el que empezar su vida juntos fuera de España llegado el momento de la abdicación. Han pasado 13 años desde aquel safari y esa donación y Don Juan Carlos ha emprendido esta semana su última acción para recuperar un dinero que cree suyo y para intentar abrir una causa por fraude contra la mujer con la que tuvo una relación de años.

"Cuando recibió el dinero, a Corinna le aconsejaron que lo aceptara y desapareciera", explica una persona que vivió aquellos años con los que el legado histórico de lo que hizo Don Juan Carlos por España pasó a un segundo plano. Sin embargo, Corinna, una mujer descrita por su ex marido en 2014 como una "sociópata narcisista", hizo caso omiso a aquel consejo y lejos de desaparecer con un dinero que habría asegurado el camino de muchos, continuó siendo "un problema".

En marzo de 2013, once meses después de la caída en Botsuana, Corinna protagonizó la portada de la revista ¡Hola! después de dar una entrevista exclusiva en EL MUNDO. Lo hizo tras fijar su residencia en Mónaco, donde trabajó como asesora de Alberto II y la princesa Charlene. Tras su paso por el Principado movió contactos para trabajar en Moscú, donde desde 2019 asesoraba a Alexei Kudrin, entonces presidente de la Cámara de Cuentas rusa.

Más allá de lo laboral, Corinna se preparó para restaurar su imagen, pues había quedado como la amante de un rey. Así que contrató a una firma londinense especializada en relaciones públicas y comunicación institucional para llevar sus asuntos, que al menos desde 2017 gestionan. También se encargó de buscar a un grupo de abogados para asesorarse. Ambos equipos trabajan de manera coordinada cada vez que sale algo de Corinna, para ver si hay un resquicio legal desde el que poder trabajar para demandar o enviar algún comunicado.

Así lo hicieron en 2022, cuando se decidió interponer una demanda por acoso al Rey Juan Carlos. Corinna pedía 146 millones de euros de indemnización porque habría destrozado su imagen y le habría dañado por las actuaciones que, según ella, llevaron a cabo en su contra, como registrar su apartamento en Mónaco o, supuestamente, seguirla por sitios tan variopintos como Río deJaneiro cuando iba a conocer el Cristo Redentor.

Corinna no sólo no atendió a aquel consejo de mantenerse en un segundo plano, sino que junto a la batalla judicial, participó en un podcast de ocho capítulos donde quiso desgranar su vida junto a Don Juan Carlos y el daño que habría sufrido. La Corte de Londres archivó la demanda porque no se consideraron competentes para poder juzgarlo. Corinna entonces se mostró "profundamente decepcionada" por la decisión de la juez, que también concluye que "de haber tenido capacidad para juzgar este caso, lo habría desestimado por varios motivos", entre ellos, alude a la "inconsistencia" de sus argumentos y a los numerosos cambios de versión. Para Corinna, era "desalentador ver que las víctimas de acoso a menudo luchan por encontrar justicia". Según ella, "el acoso tiene un impacto profundo y duradero en las personas y es crucial que nuestros procesos legales proporcionen recursos adecuados a quienes lo hayan sufrido".

Año y medio después de la derrota de Corinna en los tribunales de Londres, y cuando todos los amigos de Juan Carlos temían una ofensiva de la empresaria, que ahora tiene 61 años, el Emérito sorprende a sus amigos lanzando él la nueva ofensiva judicial. El padre de Felipe VI quiere los 65 millones que regaló a Corinna, un dinero que ella invirtió en activos inmobiliarios, como en Chyknell Hall, la casa que adquirió por en torno a seis millones de euros a las afueras de Londres. Una vivienda en la que supuestamente quería iniciar un futuro tras la donación. La residencia está ahora a la venta tras haber sido reformada.

Corinna continúa viviendo en Londres, aunque viaja con frecuencia a Nueva York. Trata de reinventarse como filántropa y aparecer en actos relacionados con hacer el bien común, pero sigue siendo una alargada sombra en la vida de Don Juan Carlos, con la que apenas compartió una década. Según el periodista Eduardo Inda, afronta "tranquila" la nueva batalla con el Emérito.