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El actor Colin Farrell (48) -conocido por películas como In Bruges, Almas en pena de Inisherin y la serie El pingüino- abrió su corazón en agosto del pasado año para hablar sobre su hijo James, quien padece el síndrome de Angelman, una enfermedad genética que causa una discapacidad en el desarrollo, provocando problemas cognitivos, del habla y del equilibrio.
"James ha trabajado muy duro durante toda su vida. Estas dos décadas han sido repetición tras repetición y luchar contra su caminar espasmódico. Cuando empezó a comer solo por primera vez, al final, su cara parecía la de un cuadro de Jackson Pollock. Pero hoy consigue comer de maravilla. Y estoy orgulloso de él todos los días, porque creo que lo que hace es mágico", comentó el actor a People, entonces.
Durante la entrevista remarcó, en numerosas ocasiones, que solo se atrevía a hablar sobre su hijo porque "había llegado un momento complicado": James estaba a punto de cumplir 21 años y eso, a ojos de Farrell, hacía que el joven quedará "desamparado". "Al llegar a esa edad, tu niño está prácticamente solo. Todas las medidas de seguridad implementadas, como las clases de educación especial, desaparecen", explicó.
Según Farrell, a partir de septiembre de 2024 James sería visto por el gobierno de Estados Unidos como "un adulto más, que debía integrarse a la sociedad moderna y que, por su estado, iba a tener una tendencia a quedarse atrás". Y fue precisamente esa sensación de desasosiego la que impulsó a la celeb a crear una fundación que peleara por los "derechos y la educación de las personas con discapacidad intelectual".
"He querido, durante años, hacer algo en el ámbito de proporcionar mayores oportunidades a las familias que tienen un niño con necesidades especiales. Quiero que reciban el apoyo que merecen, además de asistencia en todas las áreas de la vida. Chicos como James se han ganado el derecho a tener un mayor grado de individualidad, autonomía y comunidad", afirmó hace ocho meses.
Ahora Farrell ha anunciado que, tras meditar la decisión con su ex esposa Kim Bordenave y madre de James, internará a su hijo en un centro de cuidados a largo plazo. "Es un tema complicado. Algunos padres dirán 'quiero cuidar a mi hijo yo mismo' y yo respeto eso... Pero, para mí, sería un horror si me da un infarto mañana y, que Dios no lo quiera, la madre de James tenga un accidente en coche... Mi hijo estaría solo", ha señalado a la revista Candis.
"Si todo lo que he mencionado ocurriese, James quedaría bajo la tutela del estado. No tendríamos ni voz ni voto. Así que lo mejor es situarlo en un ambiente de bienestar y, mientras aún estamos vivos y con salud, visitarlo y sacarlo cuando podamos. Queremos que encuentre un sitio donde pueda tener una vida plena y se sienta conectado, donde pueda salir todos los días, pueda ir a la playa, visitar museos y ver películas", ha indicado.