Joson Stainhauser dijo a Suanzes que el scroll infinito -ese que le permite seguir hasta abajo en esta página o en cualquier hilo de publicaciones en redes sociales- es el mayor invento de nuestro tiempo. "Es muy diferente de un libro, una revista o un periódico, que, por cierto, tampoco te espía ni te vigila. Obviamente, eso tiene enormes consecuencias para el tiempo y la atención de las personas. También tiene grandes repercusiones en sus capacidades cognitivas y enormes implicaciones para la política".
Explica que nos hemos hecho adictos al baile de Trump y al meme, pero sobre todo al zasca, que se resume en la respuesta a un debate en el que nos da pereza profundizar.
El zasca es una denominación muy fea de lo que siempre ha sido un corte.
-Mamá, en el cole esa niña me ha dicho que estoy gorda y que tengo granos.
-Pues respóndele que los granos se quitan y que se puede adelgazar, pero que lo fea y gilipollas que es ella no se arregla con los años.
Y, normalmente, nadie decía eso a la abusona porque... ¿para qué ibas a hacer crecer la bola?
Meter un corte, por lo general, era el último recurso (porque no ibas a dar un sopapo). Un corte, en efecto, cerraba el debate. El zasca solo hace que cambien de hilo y se olvide a los pocos minutos, aunque, para algunos —los cafeteros—, el zasca es una carta ganadora que se repite en clips que se mandan por WhatsApp.
En la política de reality y scroll infinito de Trump y Vance hay memes, clips, vídeos cortos. La izquierda feminista hablaba de machirulos (¿que qué son?), pero lo que nos llega son los machungos, los que dan el zasca al débil; los tiernos con las espuelas y los duros con el trigo, como vimos en la reunión con Zelenski. El machunguismo no es solo una cuestión de machismo, sino de descortesía y falta de educación. ¡Viva el zasca y muera la diplomacia! No es el que te abre la puerta si eres fémina, sino el que agarra por el pussy.
En cualquier caso, que Europa se ha buscado lo que tiene ya se ha dicho muchas veces. Al final, todas estas reuniones europeas por Ucrania nos hacen temer lo peor. Harán grandes declaraciones, tendrán grandes gestos, hasta zascas, y nos subirán mucho, mucho, mucho los impuestos. Pero no harán nada. Todo se irá a la protección del pony de Von der Leyen.
Ojo, que lo cortés no quita lo valiente.