Hainan, una isla china del tamaño de Extremadura, lleva tiempo aspirando a dejar de ser un pueblo de pescadores para transformarse en un nuevo centro financiero y tecnológico del sur de Asia que compita con Hong Kong y Singapur. El Gobierno chino está dando forma a estas ambiciones con grandes proyectos como la construcción del puerto de libre comercio más grande del mundo, con un sistema aduanero independiente e impuestos más bajos para atraer a grandes inversores y talentos extranjeros. Pero para que esta isla comenzara a figurar en el mapa, los líderes chinos plantaron aquí una copia regional del Foro de Davos. Lo bautizaron como el Foro de Boao, cogiendo el nombre de una pequeña ciudad turística costera al este de Hainan.
Estos días hay un trasiego constante alrededor del vasto complejo con vistas al mar donde se celebra un foro que arrancó hace más de 20 años para promover la integración económica asiática y que, en los últimos años, ha tratado de convertirse en un cónclave más global invitando a representantes de muchos rincones del planeta, sobre todo de los países del Sur Global, a los que China lleva años seduciendo con grandes inversiones en infraestructuras bajo el paraguas de la nueva Ruta de la Seda.
Hace un par de años, fue Boao el primer suelo chino que pisó el presidente español, Pedro Sánchez, en su primer viaje al gigante asiático. Sánchez regresará a Pekín, por tercera vez en apenas dos años, el próximo 8 de abril. Pero esta semana, con el foco en Boao, en representación de España aparece otro socialista que es un viejo conocido del régimen chino, José Luis Rodríguez Zapatero.
El ex presidente español está participando en un evento que este año ha atraído a alrededor de 2.000 representantes de 60 países. Zapatero se cruzará hasta el viernes en la isla china con políticos, líderes empresariales, académicos y altos funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh). Estos últimos, utilizando habitualmente el sello de algún centro académico o think tank, invitan al país asiático muy menudo a Zapatero, quien mantiene muy buenos contactos sobre todo en el principal órgano asesor de Pekín, Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, donde se encuentran muchos veteranos políticos y diplomáticos que coincidieron con el español durante su etapa en La Moncloa.
"Este acercamiento cobra especial importancia en el panorama actual, con la próxima visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la agenda diplomática, lo que subraya la voluntad de fortalecer la relación bilateral en términos económicos y comerciales", reza una nota publicada en la web en español de la cadena estatal china CGTN.
Por Boao están desfilando también figuras internacionales como el ex secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon o el nobel de la Paz MuhammadYunus. También hay una delegación rusa encabezada por el viceprimer ministro, Alexei Overchuk, y desde Estados Unidos llegó el republicano Carlos M. Gutierrez, ex secretario de Comercio.
En las intervenciones de estos días en el foro abunda la narrativa promovida por Pekín en favor del multilateralismo, las críticas al proteccionismo del presidente estadounidense Donald Trump y a su guerra arancelaria. Los funcionarios chinos promocionan el evento como otra oportunidad más para que su diplomacia llene los huecos dejados por la política caótica de Trump.
Zapatero, que abraza habitualmente el discurso del PCCh cuando participa en las conferencias a las que le invitan en China, lleva tiempo esforzándose en ser un enlace de confianza entre Pekín y Madrid. Es el principal padrino de un think tank, Gate Center, en el que figura como presidente del consejo asesor, que está bien conectado con la superpotencia asiática y sus programas de desarrollo en el Sur Global. Según desvelo El Confidencial, para impulsar este lobby, Zapatero tiró del dinero y la influencia de un empresario chino, Fanyong Du, que habría sido investigado por el CNI por ser un presunto espía de China.
El año pasado, en Madrid, Zapatero estuvo en una recepción que el PSOE celebró en Ferraz a Yin Li, uno de los 24 dirigentes del poderoso Politburó chino, el órgano clave del partido en la toma de decisiones. Eso fue en mayo, el mismo mes en el que también viajó a Pekín para reunirse con el diplomático Liu Jianchao, un pez gordo del PCCh que dirige un importante departamento de política exterior.
Un par de meses después, el español volvió a la capital china para participar en un foro académico y reunirse, entre otros funcionarios, con Ma Hui, ministro adjunto del Departamento de Enlace Internacional del Comité Central, el órgano dirigente del PCCh, y se encontró también de nuevo con Yin Li. Ese mismo verano, regresó al país asiático, donde fue recibido por Liu Qibao, vicepresidente del órgano asesor del Gobierno de Xi Jinping.