Valdis Dombrovskis (Riga, 1971) es el comisario europeo de Economía, en las dos legislaturas anteriores fue vicepresidente de la Comisión Europea y es uno de los políticos europeos con más experiencia y conocimiento de Bruselas. El pasado miércoles presentó uno de los proyectos económicos clave del Ejecutivo comunitario: la simplificación de los procesos administrativos que las empresas deben cumplir en el marco de la descarbonización, medida con la que Europa espera que las compañías, especialmente las pymes, obtengan un ahorro de hasta "6.300 millones de euros" y puedan ganar en competitividad. Es lo que en la capital comunitaria se ha llamado la "flexibilización" de la transición verde.
Apenas unas horas después de dar a conocer la actuación, Dombrovskis recibe a EL MUNDO, junto a otros cuatro medios europeos, en una entrevista en la que tras la introducción sobre el proceso de simplificación se desatan las preguntas acerca del gasto en Defensa, las herramientas que los países van a tener para invertir más y el esfuerzo que cada Gobierno va a tener que hacer. "Todos los Estados miembros reconocen ampliamente que la Unión Europea tiene que gastar más en Defensa, y vamos a proporcionar flexibilidad fiscal adicional a los Estados miembros para que lo hagan", responde inicialmente al ser cuestionado por las reticencias de España a acelerar el desembolso militar.
Y al ser preguntado de nuevo por este punto y por cuál sería el gasto inmediato que los países que, como España, están por debajo del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en gasto militar, la respuesta es ya mucho más directa. "Está claro que necesitaremos gastar en Defensa sustancialmente más que el objetivo actual del 2% porque la situación geopolítica y de seguridad es completamente diferente. Nos enfrentamos a una situación en la que un país agresor ha invadido abiertamente Ucrania y amenaza abiertamente con invadir también otros países europeos", expone en referencia a la cifra que hasta ahora apuntaba la OTAN pero que, con toda seguridad, será revisada al alza en la cumbre que se celebre en La Haya en junio.
El desembolso español apenas alcanza el 1,29% del PIB y el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene que no llegará al 2% antes de 2029, datos que se han quedado totalmente obsoletos y por los que el Ejecutivo ya está recibiendo numerosas presiones para que haga mucho más dentro de sus propios Presupuestos. Que destine más fondos, y para ello la Comisión quiere aportar la apuntada flexibilidad fiscal a través la cláusula de escape nacional. De este modo, la inversión en esta materia no se computará en términos de déficit excesivo.
"Ya no estamos en la situación en la que podíamos beneficiarnos del llamado dividendo de la paz que existió después del final de la Guerra Fría, cuando efectivamente podíamos gastar menos en Defensa porque la situación geopolítica y de seguridad no era alarmante. Ahora estamos en una situación muy diferente", incide Dombrovskis.
Para ese mayor gasto también se está trabajando en un "instrumento europeo", como adelantó esta misma semana la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. En la capital comunitaria todavía nadie quiere especificar cómo se articulará en concreto, aunque cada vez suena con más fuerza la opción de emitir eurobonos de Defensa que se conjugarían con el mencionado gasto nacional y las cláusulas de escape, así como el posible papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Las próximas semanas serán claves, ya que Bruselas está acelerando en la toma de decisiones, de un modo que pocas veces se ha visto, y ya a mediados del mes de marzo se publicará el denominado white paper de Defensa, una suerte de hoja de ruta europea con las actuaciones inmediatas que se tomarán en el ámbito militar.
Aranceles y menor crecimiento
La entrevista con el comisario de Economía se produce también apenas unas horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volviese a amenazar con imponer un 25% de aranceles a los vehículos europeos además de afirmar que la Unión Europea fue creada para "joder" a EEUU. La Comisión ha adoptado la posición de no reaccionar ni salir al paso de cada comentario y amenaza comercial del magnate, y esperará a que se materialicen para tomar "contramedidas firmes y proporcionadas".
"Tomamos nota y lamentamos la declaración del presidente Trump sobre su intención de introducir aranceles contra la Unión Europea. Pero ahora mismo no hay detalles al respecto. Desde el lado de la UE, consideramos que esos aranceles son injustificados e injustificables. Además, serían problemáticos para el crecimiento económico tanto en la UE como de Estados Unidos", señala Dombrovskis, que prosigue con su análisis de cuál puede llegar a ser el impacto de la guerra comercial que se avecina.
"Existe un riesgo real de fragmentación económica global con la imposición de aranceles. Según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, si esta fragmentación económica se materializa y el comercio se concentra principalmente dentro de ciertos bloques económicos, el PIB global podría reducirse en un 7% a medio plazo. Esto equivaldría a eliminar del mapa económico mundial el PIB combinado de Alemania y Francia", advierte.
Es más, las políticas proteccionistas, los diferentes conflictos armados y, en definitiva, la inestabilidad geopolítica ya se están dejando notar en las economías de la UE, adelanta el comisario. "No estamos realizando la previsión económica de invierno, volviendo así a las dos previsiones por año. Pero hemos hecho algunas evaluaciones y vemos una desaceleración en comparación con nuestra previsión de otoño. Creo que es bastante evidente que la situación geopolítica y los riesgos de seguridad están teniendo implicaciones tanto en la confianza de los inversores como en la de los consumidores, especialmente en los Estados miembros", apunta el ex primer ministro letón.
"Además, las interrupciones en la cadena de valor vinculadas a la agresión de Rusia contra Ucrania continúan y los anuncios de aranceles por parte de la administración Trump, aunque en gran medida aún no se han materializado, están aumentando la incertidumbre comercial. Es evidente que la situación geopolítica actual está teniendo un impacto negativo en el crecimiento económico. Y esto nos devuelve a nuestras dos principales prioridades políticas establecidas por esta Comisión Europea: fortalecer nuestra seguridad y reforzar nuestra competitividad", finaliza.