MADRID
Mutilación genital

La consulta pionera donde sanan las 157 mujeres más dañadas y valientes: "Llevan sufriendo toda la vida, infertilidad, abortos, relaciones sin placer sexual..."

El Hospital 12 de Octubre lanzó en 2019 la unidad única en Madrid para víctimas de mutilación genital, la mayoría del África subsahariana / "No es sólo una cirugía", destaca la doctora Gutiérrez

La doctora Carmen Gutiérrez, en el Hospital 12 de Octubre.
La doctora Carmen Gutiérrez, en el Hospital 12 de Octubre.ALBERTO DI LOLLI
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Lo explica con la sobriedad clínica de una profesional sanitaria, pero la primera respuesta de la doctora Carmen Gutiérrez ya es demoledora: «Algunas lo saben, pero muchas no saben que son víctimas de mutilación genital femenina». Es decir, hay mujeres que sobreviven «con infertilidad; inflamación del útero y los ovarios; abortos de repetición; por supuesto VIH y hepatitis; infecciones vaginales y de orina recurrentes; dolor pélvico crónico por las cicatrices; problemas al orinar, de estreñimiento, con la menstruación, con las relaciones sexuales...», enumera el rosario de secuelas. Y pese a tanto, no son conscientes de la causa. Creen que es lo habitual. «Cuando has convivido con ello desde que eres pequeña, igual que el resto de las mujeres de tu grupo», con esos síntomas arrastrados por una ablación de clítoris o la extirpación total o parcial de los genitales externos, «muchas veces no lo asocias, ese es el problema, y por eso la práctica también se perpetúa», sentencia.

El asunto puede sonar remoto en España, pero la consulta pionera y única en Madrid que dirige esta especialista en el Hospital Universitario 12 de Octubre se puso en marcha, en 2019, porque cada vez se topaban con más mujeres con lesiones así. Seis años después, esta ginecóloga ha sido premiada por la Comunidad de Madrid el pasado 8-M. «Empezamos entonces, aunque ya antes se habían visto pacientes. En Urgencias, en el paritorio, porque tienen unas características muy particulares».

Desde entonces, ya ha atendido a 157 afectadas, según los últimos datos de 2024. Junto al doctor Eloy Muñoz Gálligo, la labor de administración de María Eugenia Tavira y la mediación intercultural de Hodan Sulaman, de Médicos del Mundo Madrid. Porque no sólo realizan reconstrucciones quirúrgicas completas. «Esa es la cúspide de la pirámide. Sólo hemos hecho 2 o 3», aclara en la visita de GRAN MADRID la especialista en cirugía y en el tratamientos de las lesiones de mutilación genital femenina (MGF). Y advierte: «Notamos que vienen más. Pero no sé si porque llegan más a España o porque nos conocen más».

El mismo Parlament abordó este jueves «el preocupante incremento de casos de mutilación genital femenina en Cataluña en los últimos tiempos», según expresó Alejandro Fernández, líder de los populares, ante los 141 detectados en menores de edad en ese región desde hace una década. Barcelona, con su Hospital Universitari Dexeus desde 2007 y 225 mujeres tratadas, y Valencia, con su Hospital Universitario Doctor Peset desde 2016 y 169 pacientes, son las otras dos unidades del país donde encaran las consecuencias de esta práctica tradicional inhumana. Prevalente en África subsahariana, pero también en Asia, Medio Oriente y América Latina, en España está penada y perseguida por ley, como sucede en los países firmantes del Convenio del Consejo de Europa, que lo tipifica como delito desde 2023.

«La mayoría de las mujeres lleva poco tiempo aquí y llega por tráfico marítimo o por avión, después de un proceso migratorio largo, y contacta con una ACNUR, Cruz Roja... o centros de acogida donde se les sugiere si creen haber sufrido MGF», relata Carmen Gutiérrez sobre quienes se presentan en el 12 de Octubre. «También las tenemos más establecidas, que ya identifican haberla padecido; mujeres jóvenes que suelen venir por el control de embarazo». Ambos perfiles, últimamente con «un flujo muy alto desde Somalia», son derivadas a esta particular consulta de tarde, donde se les ofrece «un espacio más íntimo, más acogedor» para que puedan hablar, antes de proponerles una primera exploración ginecológica. «Lleva un tiempo que confíen en el sistema sanitario. Para ellas, ponerlas en una mesa de exploración o que las atienda un varón ya es un drama».

De hecho, algunas sólo han recibido esa atención en toda su vida tras sufrir una agresión sexual, pues las supervivientes de MGF también suelen serlo de otras violencias machistas. «Son víctimas de matrimonios forzosos: las casan con uno, las casan con otros, tiene muchos hijos, fruto de violaciones, y a uno lo mataron, otro desapareció... Entonces, su esfera sexual es de una concepción distinta a lo esperado». Aporta otro dato atroz: «No entienden lo que es una relación sexual consentida, libre y que, además, pueda ser placentera. Son mujeres que llevan sufriendo toda la vida».

EL SEGUIMIENTO A LAS NIÑAS

Por ello, en los quirófanos no sólo realizan desinfibulaciones -apertura de los genitales que fueron cosidos y cerrados-, con las que «mejoran la calidad de vida de la paciente», y reconstrucciones -posicionar en su lugar anatómico lo lesionado, por lo general, el clítoris o su capuchón-. También buscan que «recuperen su funcionalidad y que puedan tener una relación sexual plena».

Pero necesitan tratamiento psicológico y sexológico previo y posterior a la intervención. Pues desconocen cómo son los genitales externos sin lesión o una correcta higiene íntima -«se lavan de continuo»-, cuáles son los métodos anticonceptivos o deben superar estrés postraumático u otras complicaciones. «Antes de plantearnos la cirugía, debemos estar muy seguros de que esa paciente está lista y que lo va a aceptar. También nuestra forma de ver la sexualidad». Porque quizá regresen a su país de origen durante el estío o Madrid sea el tránsito hacia otros destinos.

Así, «es fundamental que la mujer esté preparada psicológicamente y que siga unos controles posteriores. Los postoperatorios pueden tardar semanas o, incluso, meses, con una herida abierta que hay que cuidar y, muchas veces, con la ayuda de un sexólogo para recuperar la sensibilidad. No es una cirugía sólo para decir 'yo tengo esto en su sitio'». Pero esta asistencia, que va más allá de lo quirúrgico, es aún una carencia en la sanidad pública. La tarea recae sobre las ONG. «Nos haría falta un apoyo psicológico para estas mujeres. En otros países, como Francia, tienen una matrona o una enfermera especializada que hace un acompañamiento o presta otros servicios con una atención más integral y social».

Aunque sí que alcanzan al seguimiento, coordinado con Atención Primaria y Trabajo Social, de las recién nacidas en España, susceptibles de repetir la misma senda en un viaje vacacional. Los progenitores deben firmar el compromiso de que las niñas sean exploradas a la vuelta. «Cuando les informas, suelen posicionarse en contra de que se lo hagan a sus hijas. Pero lo ideal es que el mensaje, de que esos mitos familiares de la MGF son falsos, llegue a sus comunidades. Cuando actuamos los sanitarios, es porque hemos llegado tarde», lamenta. Aunque deja un aliento: «Pero, en el fondo, si buscan ayuda, con un choque cultural muy bestia, es porque estas mujeres son valientes».