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Estos son los riesgos que corren las personas sanas que se pinchan Ozempic para adelgazar rápidamente antes de Navidad

Los especialistas advierten, una vez más, de que el fármaco está indicado para pacientes con diabetes 2 y alertan sobre los riesgos de administrarlo 'a la ligera'

Estos son los riesgos que corren las personas sanas que se pinchan Ozempic para adelgazar rápidamente antes de Navidad
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"Todo lo que quiero por Navidad es Ozempic". Esta es la cantinela 'desesperada' que llevan escuchando desde hace semanas los endocrinos de boca de pacientes que ni son diabéticos y que, en muchos casos, ni siquiera necesitan adelgazar, pero que quieren llegar a los banquetes navideños lo más delgados posible para lucir bien el modelazo de turno y/o comer como si no hubiera un mañana.

Así están las cosas. "Este fármaco, cuyo principio activo es la semaglutida, fue diseñado para controlar los niveles de glucosa en sangre en pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, su efecto sobre la pérdida de peso ha generado un fenómeno realmente preocupante, porque cada vez son más personas las que lo usan sin indicación médica, por meros fines estéticos, buscando adelgazar en momentos puntuales, especialmente, en Semana Santa, verano o, ahora, cuando se acerca la Navidad", relata la endocrina María Amaro.

Detrás de esta tendencia, subyace esa brutal presión social por 'encajar'. "La Navidad es una época de reuniones familiares, eventos sociales y la exposición en las redes sociales se dispara, intensificando la presión por adaptarse a ese estándar de delgadez como sinónimo de belleza, éxito y salud que, durante décadas, han promovido la industria de la moda, los medios de comunicación, etc".

A todo esto habría que añadirle "el bombardeo constante con imágenes de los milagrosos adelgazamientos de cantantes, modelos y actores a los que nos someten los medios de comunicación y el testimonio de 'influencers' que comparten sus 'casos de éxito' en diferentes canales, narrando la espectacular pérdida de peso que han experimentado pinchándoselo, pero sin explicar, en la mayoría de los casos, qué indicación médica tiene este fármaco o qué efectos secundarios puede producir".

Todo este cóctel puede resultar tan abrumador que muchas personas caen en la la trampa de recurrir a una solución rápida. "Ahí es donde entra en juego el Ozempic, que, mediante una inyección semanal, nos ayuda a perder peso sin necesidad de comprometernos a mantener una dieta estricta o a un plan de ejercicio constante. Es decir, adelgaza rápido y sin esfuerzo".

Si se junta esta apabullante demanda del Ozempic con ese fácil acceso al fármaco de personas para las que no está indicado su uso está provocando, en fechas como estas, un desabastecimiento que perjudica seriamente la salud de los pacientes que verdaderamente lo necesitan: los diabéticos.

En opinión de esta especialista, "la popularidad que ha adquirido Ozempic refleja un grave problema de desinformación y de falsa percepción de su seguridad, porque muchos recurren a él para perder peso de forma rápida (incluso sin necesitarlo), pasando por alto que el fármaco está aprobado para tratar la diabetes y que sus efectos secundarios pueden llegar a ser muy severos si se administra sin una supervisión médica. Este último aspecto, el de la supervisión, también es clave, porque saltarse los controles para adquirir este fármaco está resultando mucho más sencillo de lo que debería".

Amaro advierte sobre los efectos secundarios que puede provocar su administración. "Entre los efectos secundarios más comunes, nos encontramos con que este medicamento, al estar indicado para la regulación de los niveles de glucosa en diabéticos, puede desencadenar hipoglucemias en personas sanas, provocando sudoración, temblores, mareos, palpitaciones y, en casos más graves, hasta pérdida de conciencia. También, problemas gastrointestinales y náuseas que podrían ser muy intensas y recurrentes, especialmente, durante las primeras semanas de tratamiento. Puede alterar el tránsito intestinal, haciendo que se alternen episodios de estreñimiento con diarrea persistente que puede ocasionar deshidratación y pérdida de nutrientes importantes. Incluso, puede originar una parálisis intestinal. En episodios extremos, puede llegar a desencadenar una pancreatitis, una enfermedad muy grave que, incluso, puede poner en riesgo la vida del paciente".

A todo lo expuesto anteriormente, habría que añadir que "esa reducción drástica del apetito a la que induce da como resultado una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales, como vitaminas minerales y ácidos grasos, que puede impactar de forma muy negativa tanto en nuestra función inmunológica como nuestra salud en general".

Y, como no, el temido 'efecto rebote', "esto se debe a que el cuerpo tiende a recuperar el peso perdido cuando retoma una dieta habitual, especialmente, si ese medicamento no lo hemos acompañado de unos hábitos de vida saludables, asentados en una dieta sana y una actividad física adecuada", concluye Amaro.