"La presente comunicación establece una brújula que guiará el trabajo en los próximos cinco años, y enumera las acciones prioritarias para reavivar el dinamismo económico en Europa". Esta frase figura en los primeros párrafos del documento sobre Competitividad en la UE que este miércoles ha presentado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y es muy acertada porque el texto es justamente eso: una guía que enumera las medidas a tomar.
Pero ya no es sólo que se trate de un clásico documento de intenciones de Europa. Es que además, se produce en un momento en el que China y Estados Unidos aceleran en la carrera por dominar la Inteligencia Artificial y que, precisamente por eso, nace obsoleto. Habla del mañana cuando en realidad es hoy. Ya, ahora. Y no deja de ser paradójico que su propia publicación se haya retrasado cerca de medio mes debido a la grave neumonía que sufrió Von der Leyen y que incluso obligó a sus hospitalización.
"Europa tiene que estar a la vanguardia de la innovación en sectores tecnológicos que serán importantes en la economía del mañana, como la inteligencia artificial, los materiales avanzados, las biotecnologías, las tecnologías de energías limpias, la robótica, las tecnologías espaciales y otros", señala en las conclusiones. Sin duda, contrasta con las políticas de Xi Jinping y, también, del recién elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Por esto último, por la irrupción de Trump, el texto hoy presentado en la capital comunitaria se esperaba con cierta expectación. Debía ser, en cierta medida, la respuesta al torbellino de medidas que ya está aplicando el magnate. Y salvo a algunas referencias que se podrían entender como una preferencia al 'Made in Europe' y que responderían al 'America first' de Trump, poco más.
Uno de los puntos más concretos es que se anuncia una "simplificación regulatoria sin precedentes", que evitará las "excesivas exigencias de información" y que incluirá una nueva definición de las pequeñas y medianas empresas. "Con la creación de esta nueva categoría de empresas, más grandes que las PYME pero más pequeñas que las grandes empresas, hasta 31.000 empresas de la UE se beneficiarán de una simplificación normativa adaptada con el mismo espíritu que las PYME". Eso sí, no será propondrá hasta el mes que viene y, después, habrá que ponerlo en marcha.
¿Marcha atrás en el Pacto Verde?
Y esa misma "simplificación regulatoria" está también generando ciertas suspicacias en Bruselas ya que se está interpretando como un posible paso atrás en los objetivos medioambientales de la UE. El Partido Popular Europeo y países como Francia y Alemania han presionado para que la descarbonización no suponga una nueva losa para la ya debilitada economía europea, y no perder así todavía más terreno respecto a Estados Unidos y China. Y la primera respuesta de Von der Leyen sería la mencionada "simplificación": menos papeleo medioambiental y más tiempo para la innovación.
Sin embargo, en la rueda de prensa de presentación del documento, la presidenta ha negado este punto. "Estamos comprometidos con la transición y el pacto verde", ha remarcado, tratando así de rechazar los rumores e incluso las publicaciones que ya circulan en Bruselas.
Von der Leyen también ha recordado que el documento bebe especialmente del informe Draghi y, también, del documento que elaboró el ex primer ministro de Italia, Enrico Letta. Textos, en ambos casos, que se publicaron hace ya meses. Y una última declaración de intenciones, ha señalado que es "momento de acelerar". "El mundo no está esperando por nosotros", ha añadido para cerrar su intervención. Desde luego que no.