ESPAÑA
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A la Rosa Nostra se le caen los pétalos

"Entre acudir al Congreso para escuchar a Pedro Sánchez o acudir a la Cope para asistir a la entrevista de Carlos Herrera con Víctor de Aldama, elegí a aquel que me merece mayor credibilidad"

Entrevista de Carlos Herrera a Víctor de Aldama en COPE.
Entrevista de Carlos Herrera a Víctor de Aldama en COPE.E.M.
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Entre acudir al Congreso, un miércoles más, para escuchar a Pedro Sánchez o acudir a la Cope para asistir a la entrevista de Carlos Herrera con Víctor de Aldama, elegí a aquel que me merece mayor credibilidad. Pasadas las ocho en punto de la mañana aparecía el conseguidor por la puerta del estudio central de la emisora en Madrid. Es allí donde se realiza Tiempo de Juego. Aldama ha venido a jugar.

El hombre que puede tumbar al Gobierno es un tipo alto, tan alto como el propio Herrera. Viste camisa blanca sin corbata y americana azul oscura, gemelos de plata y pañuelo en el bolsillo. La gomina pugna por restaurar el porte de empresario de provincias que la cárcel le ha arrebatado.

La luz tenue del estudio, casi en penumbra como le gusta a Herrera, contribuye a serenar los nervios iniciales del entrevistado. Enseguida se asienta, gana confianza, se descubre cómodo frente al micrófono. Va respondiendo preguntas con la mano izquierda apoyada en el muslo y con la derecha extendida sobre la mesa, y el dedo índice golpea inconscientemente el tablero para subrayar cada una de sus afirmaciones. "Tengo miedo, pero eso no me va a impedir hacer lo que tengo que hacer". "Sánchez lo sabía todo. Si no llamaba seis o siete veces a Ábalos para consultarle cada cosa, no le llamaba ninguna". "Los que mienten son ellos. La foto de EL MUNDO es una evidencia. Lo que va a salir en los próximos días también son evidencias". "Sin pruebas no me meto este tiro en el pie". Aldama se remite una y otra vez a las pruebas que ha depositado y seguirá depositando en Fiscalía. Se disculpa con Herrera cuando no puede ir más allá, porque ha hecho un pacto y se debe a él. Pero su relato confirma punto por punto la declaración en la Audiencia Nacional: la gratitud de Pedro en el reservado del teatro, el viaje de Delcy planificado por Marlaska y Ábalos con el asentimiento del presidente, los cobros de Ábalos en metálico y en especie, las cuatro reuniones con Teresa Ribera para un programa de ayuda a la España vacía.

También añade jugosos detalles hasta ahora desconocidos. La íntima escena de terraza con Javier Hidalgo y Begoña Gómez en aquel hotel de San Petersburgo, cuando ella manda salir a los escoltas. El día que descubrió el Falcon estacionado en el aeropuerto de Dominicana sin constancia en el registro oficial. El informe del CNI sobre conductas privadas de Ábalos en el que Sánchez se basó para cargarse a su mano derecha en 2021. No explica por qué lo recuperó en las listas de 2023 -todos sospechamos que el Uno trataba de comprar el silencio del Dos-, pero afirma que José Luis le fue leal a Pedro hasta el final. Lo que nos preguntamos ahora es si seguirá siéndolo una vez purgado y una vez sentadito ante un juez del Supremo que puede mandarlo a villa candado, tan lejos de Cádiz y de aquel soleado chalé con piano. La omertá sanchista hoy parece El diario de Patricia. Cantan los miembros de la banda porque el líder ya no da miedo sino pena. Canta Aldama aparatosamente. Canta Lobato en defensa propia. La descomposición de toda banda empieza por dentro, con una irrechazable oferta de la Justicia. Por eso a la Rosa Nostra se le están cayendo los pétalos.

La entrevista transcurre sin alardes, y es así como Aldama logra reforzar la credibilidad de su testimonio. Indudablemente hay que ser hortera para pasearse por Zamora -fascinante sede del románico- en un ferrari, y en eso nuestro conseguidor no es distinto a cuantos nexos corruptores han nutrido las tramas del bipartidismo. Pero Aldama es también un hombre herido, y eso es peligroso.

Da la sensación de que Pedro Sánchez -horma de su zapato- ha cabreado al macarra equivocado. La rabia con la que el empresario cita al presidente y al coro de ministros que ayer le peloteaban y hoy se mofan de él resulta elocuente: uno comprende al verle y al oírle que Aldama ha jurado venganza. Ha probado el inolvidable sabor a hierro de la cárcel, y hará lo que sea por reducir su estancia de regreso tras el juicio. Lo que sea.

Mientras Aldama respondía en Cope, las pantallas subtitulaban a Pedro en el Congreso presumiendo de gestión de la DANA. Si creyera una sola palabra de lo que dice ya habría regresado a Paiporta a hacerse fotos, que es su único talento y su más acreditada debilidad. Pero en Paiporta y en casi cualquier calle de este país la credibilidad de Pedro ya no resiste la comparación con la de Víctor. Y de esa derrota moral no se vuelve. "Me llama delincuente un señor que tiene a su mujer imputada, a su hermano imputado, a su segundo del Gobierno imputado, a su asesor imputado, y no dimite. Que venga Dios y lo vea", ha dicho Aldama.

El evangélico lema de Cope recuerda que la verdad nos hace libres, y por tanto que la mentira crea esclavos. Por eso unos colaboran con la Fiscalía o van al notario y otros financian la propaganda o purgan a los herejes. Este finde Sevilla regresa al auto de fe. Sobre este Pedro edificaron su secta.