El diplomático Álvaro Albacete será elegido este martes en el Consejo de Ministros como nuevo embajador de España en Venezuela. Su nombramiento llega en un momento de tensas relaciones bilaterales con Venezuela y apenas un mes antes de que se deba producir el traspaso de poderes, el próximo 10 de enero.
El cambio de representante en Caracas, adelantado por El País y confirmada por EL MUNDO, se debe a una cuestión de edad. El actual embajador, el experimentado Ramón Santos, cumple 70 años el próximo verano, la edad máxima de jubilación en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Es por ello que este martes se ha decidido su relevo.
El elegido, Álvaro Albacete, proviene del Ministerio de Cultura, donde ha sido el jefe de Gabinete del ministro Urtasun, también diplomático de carrera como él. Además, ha sido embajador en misión especial para las relaciones con la comunidad judía, director de la Casa Sefarad-Israel, secretario general adjunto del Kaicid (Centro Internacional de Diálogo Interreligioso y Cultural), secretario general adjunto de la Unión por el Mediterráneo, y jefe de Gabinete del ministro de Cultura.
Aunque también trabajó para la Comisión Europea en Bosnia-Herzegovina, como asesor especializado en el área de buen gobierno ante la Presidencia del Estado y el Ministerio de Integración Europea, entre 1999 y 2002. O para el Banco Interamericano de Desarrollo en Argentina, Bolivia, Panamá y Paraguay. Es la primera vez en su carrera diplomática que servirá al Gobierno español en un cargo del Ministerio. Su primera misión en el extranjero, y de importante envergadura.
El ministro de Asuntos Exteriores ha querido resolver el reemplazo en Caracas antes del 10 de enero, día en que debería producirse el traspaso de poderes en el país. Tal y como publica El País, Albacete ya cuenta con el plácet, pero descartan que antes de esa fecha pueda presentar las cartas credenciales que le acreditan de manera oficial como embajador y le permiten trabajar.
El 10 de enero es una cita sumida en la incertidumbre puesto que Nicolás Maduro no reconoce a Edmundo González como ganador de las elecciones, mientras que cada vez más países ven los resultados electorales bajo el prisma del fraude. González sufrió una campaña de hostigamiento y amenazas por el régimen chavista que le obligó a marcharse del país para garantizar la seguridad de su familia.
A mediados de septiembre aterrizó en España tras un controvertido trabajo de negociaciones, aunque el Gobierno siempre ha negado que hubiera llegado a ningún tipo de acuerdo con el Ejecutivo de Maduro. Sin embargo, el tiempo que González estuvo asilado en la Embajada de España en Caracas tuvo que firmar un documento entregado por los hermanos Rodríguez para poder salir del país. Documento que rubricó ante la presencia del embajador español.
España acogió a González pero en los tres meses que lleva aquí, el Gobierno ha tratado de mantener el equilibrio entre su papel de conceder el asilo y las relaciones con el chavismo. Así, fue recibido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y por el jefe de la diplomacia, José Manuel Albares, pero en reuniones de bajo perfil y sin carácter institucional.
Tras semanas de discreción, González ha roto su silencio para pedir a España que siga el camino de otros países como Estados Unidos o el Parlamento europeo y que le reconozcan como ganador de las elecciones.