MADRID
Cultura

El Museo Cerralbo, la joya más desconocida de Madrid, cumple 100 años: el capricho de un marqués carlista que revolucionó el mundo del arte y la arqueología

Donado al Estado por Enrique de Aguilera y Gamboa, este palacio de ensueño alberga una colección de arte que incluye lienzos de Goya, Zurbarán o El Greco, entre otros. El año pasado recibió 165.000 visitantes

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«Esta noche se inaugura con una gran fiesta el nuevo palacio que en las calles de Ferraz y de Ventura Rodríguez acaba de construir el marqués de Cerralbo. El arte y la riqueza han colaborado juntos para convertir aquella morada en suntuosa vivienda y en rico y variado museo. Cada adorno evoca una época, cada objeto trae a la memoria un hecho glorioso». Así comenzaba la crónica que el periódico La Época publicó en su portada del 15 de junio de 1893 para presentar el palacio que habían mandado construir los marqueses de Cerralbo con el fin de albergar su extraordinaria colección de arte, la más importante de la época en nuestro país, y que pasó a convertirse en museo estatal en 1924 (este año celebramos, por tanto, su centenario). Se cumplía así la voluntad de Enrique de Aguilera y Gamboa, que es como se llamaba el XVII marqués de Cerralbo -el aristócrata y máximo representante durante varios años del Partido Carlista-. Un personaje genial que destacó como coleccionista de arte, historiador y, en los últimos años de su vida, pionero de la arqueología española, liderando más de 150 excavaciones. Senador vitalicio hasta su muerte, donó a España sus colecciones para que se mantuvieran «siempre reunidas para servir el estudio de los aficionados a la ciencia y al arte», tal y como dejó escrito en su testamento. El Estado aceptó este legado en 1924.

Escalera de Honor del Museo Cerralbo.
Escalera de Honor del Museo Cerralbo.Sergio Enríquez

Bajo la estela del marqués, y acompañándole en su ingente labor cultural, aparecen en el universo cerralbiano personajes tan relevantes como Juan Cabré, primer director vitalicio del museo y uno de los arqueólogos más importantes del país. Fue además el artífice de uno de los pilares del Museo Cerralbo, su inventario general de 1922, gracias al cual conocemos la ubicación exacta de todos los objetos. Cabré vivió en el palacio junto a su familia desde ese año hasta el final de la Guerra Civil, un convulso periodo en el que protegió el legado del marqués a riesgo de su propia vida, ya que el frente se encontraba a escasos metros de distancia.

«En la Casa de Campo y al otro lado del río estaba colocada toda la artillería de los sublevados», nos explica Carmen Jiménez Sanz, la séptima -y actual- directora del museo. El barrio, al final de la contienda, resultó muy dañado, pero el museo se mantuvo, y eso tuvo que ver «con la labor responsable y valiente de Cabré, su familia y las personas que aquí estuvieron», destaca.

El marqués, apoyado sobre los cinco tomos de su obra 'Páginas de la Historia Patria'.
El marqués, apoyado sobre los cinco tomos de su obra 'Páginas de la Historia Patria'.Museo Cerralbo

Otro de los grandes personajes que transitan por estos 100 años de historia fue su hija, Encarnación Cabré, que habitó en el palacio 17 años y se convertiría en la primera arqueóloga que se formó y ejerció como tal en España. O la propia marquesa de Cerralbo, Inocencia Serrano, así como sus hijos Antonio y Amelia del Valle Serrano, marqueses de Villa-Huerta e hijastros del marqués, en cuyas vidas se va profundizando a medida que los diferentes estudios se suceden.

«Este es un palacio que tiene una colección cerrada, pero nosotros sí que hemos planteado cómo crecer, y lo hacemos a partir de documentos, libros, objetos y obras de arte que hayan podido tener que ver con la familia Cerralbo y la familia Villa-Huerta», resalta Jiménez Sanz, quien además destaca la importancia que tiene para el museo conocer a todos los que vivieron en esta casa. «También a los sirvientes que luego se convertirían, algunos de ellos, en trabajadores de la institución», dice la directora de este museo que 100 años después de su fundación es, sin duda, uno de los más atractivos de la ciudad, por ser uno de los pocos palacios decimonónicos que todavía conserva su decoración original y por sus más de 50.000 objetos que incluyen antigüedades, esculturas, mobiliario, artes decorativas, dibujos, grabados o pinturas, entre las que sobresalen grandes nombres como Goya, Zurbarán, El Greco, Tintoretto o Alonso Cano, entre otros muchos. Así lo entiende el público, que lo ha convertido en uno de los más valorados de la capital, como lo demuestran sus más de 165.000 visitantes el año pasado.

Techo del Salón de Baile, pintado por Juderías Caballero.
Techo del Salón de Baile, pintado por Juderías Caballero.Museo Cerralbo

«Cuando uno entra desde la calle Ventura Rodríguez ve un gran portal, un zaguán que luego da acceso a la Escalera de Honor, que deja ver unas magníficas paredes de estuco de colores con motivos heráldicos», describe Jiménez Sanz. Al ascender por ella se llega al piso principal, donde encontramos una sucesión de salones, despachos y zonas de estar que nos van introduciendo en la vida de una familia de finales del XIX y principios del XX. «Hay personas que a lo mejor se sorprenden al ver el Salón de Columnitas, pero hay otras que a lo mejor se obnubilan observando el techo pintado por Juderías Caballero del Salón de Baile», dice Jiménez Sanz, que resume en cuatro grandes áreas la dirección hacia la que se dirigen: conservación, investigación, difusión y apertura al público de Madrid o de fuera.

Precisamente, el centenario se ha enfocado fundamentalmente en la investigación y en «conocer más para poder ofrecer lo mejor al público especializado y al público general», cuenta la directora. En esa línea se pudo ofrecer en primavera la exposición Entre sedas y encajes: la colección de los marqueses de Cerralbo, y ahora se acaba de inaugurar Del Château al Hôtel. Los palacios de los marqueses de Cerralbo y Villa-Huerta, que presenta los primeros resultados de un trabajo que aborda la historia y desarrollo de las residencias de la familia, tanto el palacio de Madrid como el de Santa María de Huerta, la finca de recreo que la familia tenía en Soria. La muestra podrá ser visitada hasta el 26 de enero de 2025.

La biblioteca del museo posee un fondo de unos 24.000 títulos.
La biblioteca del museo posee un fondo de unos 24.000 títulos.Sergio Enríquez

En el marco del centenario también se está preparando una publicación que plasmará el día a día del museo, así como sus principales hitos en estos 100 años. Otro de los trabajos tiene que ver con la biblioteca del marqués, y entre los proyectos inminentes está el de abrir una capilla que ahora mismo no se visita y que cuenta con una obra de Herrera 'el Mozo'.

«Hemos tenido talleres de bordado y se está preparando otro de genealogías. También seguimos con las habituales actividades infantiles o musicales, como las del Cuarteto Quiroga», explica Ana Romero, conservadora del departamento de Difusión y Comunicación. Por supuesto, el Cerralbo también está presente en redes sociales y posee su propio podcast, Radio 19, que es mensual. Otro objetivo en el que incide Romero es potenciar la apertura de la institución a todos los estudiosos «que pueden aportar conocimiento».

Salón Billar del Palacio Cerralbo.
Salón Billar del Palacio Cerralbo.Sergio Enríquez

Completan la conmemoración mesas redondas, conferencias, encuentros internacionales, la renovación de su web o visitas guiadas temáticas, como la que analiza la relación existente entre espacio y género a través de los cuatro miembros de la familia original que vivieron en un palacio, este, que el marqués convirtió en un lugar de ensueño. Tanto es así, que llegó a decir que solamente deseaba «rescatar el pasado», y recorrer su museo es, efectivamente, sumergirse en un océano de tiempo donde cada objeto es una invitación a conocer otra época. «No se necesita ser muy sonador para ver en cada muro o en cada mueble una muda leyenda», escribía La Época el día que se inauguró este templo del saber y la belleza en 1893.