Tras el éxito del Omoda 5, el grupo chino Chery eleva la apuesta con su segunda marca, Jaecoo, con un enfoque más cuidado, centrada también solo en siluetas todocamino de buenas aptitudes camperas. Al menos, el Jaecoo 7, primer modelo con el que arranca la gama en España y que ya hemos podido probar. Le seguirán, ya a partir de 2025, los 5, 6 y 8.
El automóvil tiene un tamaño medio, 4,50 metros de largo. Eso le pone frente a rivales como el Nissan Qashqai, el Ford Kuga o el Hyundai Tucson. De todos se desmarca con un diseño original, donde abundan los trazos rectos y destaca por encima del resto la parrilla de lamas verticales. Es grande, pero no exagerada. Algunos detalles de estilo nos recuerdan a modelos de Jeep o Range Rover.
Interior 'convencional'
El acceso al interior es bueno en ambas filas. Al volante, nos encontramos con la ya habitual dupla de una primera pantalla digital a modo de cuadro de instrumentos, más una segunda para todo el multimedia, la navegación y los ajustes.
De formato vertical, tiene 13,2 o 14,8 pulgadas de tamaño. según el acabado del coche. Ofrece conectividad Android y Apple, buena resolución y una velocidad de respuesta media. Concentra demasiadas funciones, lo que obliga a toquetearla más de lo debido. Para compensarlo, algunos controles tienen accesos directos.
Maletero escaso
La terminación general es correcta, hay muchos huecos para objetos y la fila trasera es amplia para dos adultos, pero el maletero flaquea, en parte al llevar rueda de repuesto de emergencia: 424 litros la variante de tracción delantera y 340 (como un utilitario) la 4x4.
Aunque esa versión nos parece más recomendable. Dado lo que ofrece, su precio de 37.900 euros (sin campaña de lanzamiento) es bastante más competitivo que la otra, 4.000 euros más barata. Ambas con siete años de garantía o 150.000 kms, lo que se cumpla antes.
Carrocería 'transparente'
De hecho, el Jaecoo 4x4 viene asociada al nivel de equipamiento más alto (Exclusive) y eso supone contar con 18 asistentes a la conducción; asientos calefactados delante y detrás, con los delanteros también refrigerados; techo panorámico eléctrico de 1,1 metros cuadrados; portón automático; llantas de 19 pulgadas, equipo de sonido Sony; pantalla central grande; head up display y lo que llaman cámara de 540 grados.
Se trata de un gadget que, literalmente, hace 'transparente' la carrocería de modo que podemos ver los obstáculos que hay por delante y debajo del coche. Es particularmente útil por campo, donde también contamos con cuatro programas de conducción específicos (son siete en total), control de descenso de pendientes y una altura libre al suelo de 20 cm. Además de la tracción integral.
En campo y en carretera
Pudimos testar ese pequeño arsenal de ayudas en distintos retos todoterreno (cruces de ejes, descensos y subidas muy empinados, zonas de gran inclinación lateral, trialeras...) y el resultado fue concluyente. Incluso con unas ruedas convencionales, el Jaecoo 7 supera pruebas que la inmensa mayoría de sus usuarios ni se atreverán a realizar.
En carretera, el desempeño es bueno y convencerá al 90% de los potenciales usuarios. Pero no resulta igual de brillante. Los 145 CV de la única versión disponible ahora, gasolina 1.6 Turbo con etiqueta C, resultan voluntariosos sin más. Ni hay grandes prestaciones, ni un consumo bajo (la media real ronda los nueve litros en el 4x4). El cambio es automático de doble embrague de siete marchas, con uso manual secuencial, y tanto la suspensión como el tacto de la dirección apuestan más por el confort que por el dinamismo. La mejor virtud, sin duda, es el silencio de marcha.
PHEV en 2025
Quien quiera marcha, mejor que espere a la llegada de la variante híbrida enchufable que llega a principios de 2025. Rinde nada menos que 340 CV y homologa unos 90 km en conducción 100% eléctrica, lo que supone contar con la etiqueta CERO de la DGT. A igualdad de equipamiento, cuesta 7.000 euros más, pero esa cifra se puede abaratar en 5.000 euros con las ayudas del Moves III, por lo que resulta muy tentadora.
A cambio, este Jaecoo 7 no puede llevar tracción total por el espacio que requieren los elementos extras, caso de la batería.