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Ciudad jardín

El banderillero de Andrés Roca Rey y el Opus Dei anticapitalista

El banderillero de Andrés Roca Rey y el Opus Dei anticapitalista
Josetxu L. Piñeiro
Actualizado

En realidad, la incomodidad que me dejó Tardes de soledad no tuvo que ver con las bestias que agonizaban en primer plano. La incomodidad de Tardes de soledad fue descubrir que los toreros (o, al menos, Andrés Roca Rey) torean contra alguien. Torean contra Madrid, contra El Siete, contra otros toreros, contra los mediocres, contra los que no se te pueden comparar, Andrés, y contra los que te están esperando. Incluso contra el toro se torea, porque el toro es «un hijo de puta», según se dice en un momento del filme probablemente sacrílego.

En varios momentos de Tardes de soledad, los empleados del diestro le transmiten que el mundo conspira en su contra. Cuando Roca Rey triunfa, su banderillero le dice que los ha callado, que los ha puesto «a mamar», en referencia a los espectadores críticos de Las Ventas. Después, en el micro, un señor del que no sé si es un médico o un gestor da un discurso que suena como una enumeración de hechos objetivos pero que acaba en la paranoia. El hombre explica que el prestigio de Roca Rey es una fortaleza que hay que defender de los bárbaros.

«La verdad, la verdad», dicen los toreros, como cruzados que nombraran a la Virgen. Madrid es su guerra. Sevilla parece más propicia pero un subalterno advierte de que allí también les tienen ganas «algunos». A Roca Rey no lo escuchamos alentar esos mensajes paranoicos. Si habla, que habla poco, es para reprocharse sus errores. Pero consiente que sus empleados le llenen la cabeza de insidias.

No hace falta escribir obviedades éticas al respecto. El ser humano es así. No sólo es así, pero es así. Todos vivimos contra algo, todos votamos para que alguien pierda las elecciones, pero todos tenemos la responsabilidad de controlar nuestras fobias. Más que nada, por pragmatismo. La paranoia funciona mal; la paranoia y ese a mamar son lo que funcionan mal en nuestro mundo.

Otra cosa: leo sobre un discurso de Pablo Iglesias en la asamblea de Podemos. Si lo entiendo bien, Iglesias propone una estrategia para estos años de marea baja. Habla de crear una especie de Opus Dei de izquierdas que convierta a los hijos de las élites anticapitalistas en profesionales cualificados para que se infiltren en las empresas y la judicatura. Juntos, actuarán en secreta fraternidad conspiradora y prepararán los desquites que brindará el futuro. Bueno: como argumento de novela, es una idea formidable, muy Pynchon. Como noticia, suena al torero que dice que el toro es un hijo de puta.