ANDALUCÍA
Narcotráfico

El Guadalquivir se consolida como "ruta segura" para la entrada de la cocaína: en 2023 se duplicaron las incautaciones hasta las 30 toneladas

La asociación profesional de la Guardia Civil JUCIL reclama la creación de un "servicio marítimo interior" que ponga freno a la entrada de embarcaciones cargadas de estupefacientes hasta Sevilla

Una narcolancha y una patrullera de la Guardia Civil, en una operación que tuvo lugar en septiembre de 2024.
Una narcolancha y una patrullera de la Guardia Civil, en una operación que tuvo lugar en septiembre de 2024.GC
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Los narcotraficantes han encontrado una ruta "segura" en el acceso a Sevilla por el Guadalquivir, en el que la presencia de narcolanchas se ha convertido en una constante. Las embarcaciones proliferan y se hacen especialmente visibles durante los temporales, porque suben río arriba mientras persiste la mala mar.

Pero el Guadalquivir no es sólo un refugio sino que ha sido una vía de entrada tradicional para el hachís, y en los últimos años también para la cocaína, como lo demuestra el aumento de las incautaciones, cada vez más voluminosas. Así lo denuncia la asociación profesional de la Guardia Civil JUCIL, que apunta, por ejemplo, cómo la incautación de cocaína en Sevilla casi se duplicó en 2023, con un incremento del 97%, hasta alcanzar las 30 toneladas.

El último incidente relacionado con narcolanchas se ha producido este lunes, tras la colisión de dos embarcaciones cuando una de ellas era perseguida por una patrullera de la Guardia Civil enviada desde Cádiz.

En la colisión, que se produjo a la altura del término municipal de Lebrija (Sevilla) resultaron heridas dos personas que iban a bordo de las narcolanchas. Ambas fueron atendidas por la Guardia Civil y una de ellas tuvo que ser trasladada hasta el hospital de Jerez, donde fue ingresado en la UCI, ya que presentaba un neumotórax. Otros cinco narcos huyeron, según ha relatado JUCIL.

Aunque en un primer momento se habló de que varios de los tripulantes podrían haber caído al agua, fuentes de la Comandancia de Guardia Civil en Sevilla afirman que no se tiene constancia de personas desaparecidas. "No obstante, las patrullas continúan desplegadas en la zona para asegurar el área y realizar las comprobaciones necesarias", añaden.

Sobre este asunto, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha explicado durante una rueda de prensa celebrada en Granada que la narcolancha que era perseguida chocó con otras dos que estaban abarloadas en la margen del río. Como resultado de la colisión, una persona cayó al agua y fue rescatada por la patrulla de la Guardia Civil. El segundo herido apareció abandonado por sus compañeros en una embarcación ya cerca de la desembocadura del río, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Los alijos de cocaína en el río Guadalquivir son un fenómeno relativamente reciente. Tradicionalmente, las barcas que remontaban las aguas trasladaban hachís y la cocaína en grandes cantidades entraba por Algeciras en grandes contenedores. En diciembre de 2024, sin embargo, la Guardia Civil encontró unos 7.000 kilos de cocaína ocultos en una finca de Coria del Río, lo que demostró que el río ya se había convertido en un ruta de acceso para este tipo de estupefacientes.

JUCIL reitera que la creación de un "servicio marítimo interior" con base en Sevilla (que sería el primero en España) serviría para "frenar" la creciente actividad del narcotráfico en el Guadalquivir, convertido en "la autopista de la cocaína".

Más allá de operaciones puntuales como la este pasado lunes, JUCIL considera que "la falta de vigilancia efectiva en este entorno ha disparado la sensación de impunidad entre los narcotraficantes, que aprovechan la falta de control para operar sin obstáculos".

La asociación insiste en que la creación de este "servicio marítimo" es "urgente y necesaria", porque permitiría "blindar la desembocadura y actuar desde Sevilla, impidiendo que las narcolanchas remonten el río hasta la capital y otras localidades del interior. Esto incrementaría además su dificultad para alijar, controlando puntos estratégicos del cauce y reduciendo así la capacidad de los narcotraficantes para descargar la droga".

JUCIL avisa de que las patrullas en tierra tienen escaso margen de maniobra, lo que permite la huida, "mientras que con vigilancia fluvial la respuesta sería inmediata".