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Las mujeres más importantes en el Gobierno de Trump: de la primera jefa de Gabinete de la historia a la jovencísima jefa de prensa

De la que mató a su perra porque se portaba mal a una ex empresaria de lucha libre, éstas son las mujeres en puestos políticos que rodean a Trump: ellas mandan en Seguridad Nacional, Justicia, Inteligencia, Trabajo, Educación, prensa de la Casa Blanca...

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Las mujeres más importantes en el Gobierno de Trump: de la primera jefa de Gabinete de la historia a la jovencísima jefa de prensa
JOSETXU L. PIÑEIRO
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Susie Wiles - Jefa de Gabinete

La nueva jefa de gabinete -primera mujer de la historia en este puesto- impone respeto allá por donde pasa. Por algo ha logrado convertirse en mano derecha de Trump. Dicen que nadie como ella, toda una veterana de la política de Florida, es capaz de controlar los impulsos del republicano. Wiles, de 67 años, fue directora de campaña del empresario en su primer asalto a la Casa Blanca, en el año 2016, y en 2024 ejerció de asesora y fue responsable en gran medida -según piensan algunos de los cercanos al presidente- de la contundente victoria electoral del republicano. También ayudó a Ron DeSantis a hacerse con el cargo de gobernador de Florida en 2018. Su talón de Aquiles podría ser, sin embargo, su falta de experiencia en los pasillos de Washington. Trump dice de ella que es «dura, inteligente, innovadora y universalmente admirada y respetada». Desde fuera se la ve como una mujer poco dada a hablar en público y experta en mover los hilos entre bastidores. Además de con el actual presidente, ha trabajado con una lista importante de políticos conservadores como Jack Kemp, Mitt Romney, Rick Scott o Ronald Reagan.

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Pam Bondi - Fiscal general

Instalada desde hace años en el furgón de los más afines al ideario de Donald Trump, es una defensora acérrima de la inocencia del presidente pese a tener una multitud de causas abiertas con la justicia. Por eso no es de extrañar que los demócratas cuestionaran en el Congreso su capacidad para mantener la independencia del departamento de Justicia que ahora lidera. Pam Bondi ha llegado a llamar «perro rabioso» a Jack Smith, el fiscal especial que ha investigado al republicano en dos de sus causas federales pendientes. Está por verse si emprende una campaña de persecución contra los rivales políticos de Trump. Lo que sí es incuestionable es su lealtad a la agenda ultraconservadora del nuevo Gobierno en casi todos los aspectos. Como fiscal general de Florida, un puesto al que accedió en 2010, intentó acabar con el Obamacare sin éxito y con la legalidad de los matrimonios homosexuales. Eso sí, su postura con respecto a la tenencia de armas y la Segunda Enmienda de la Constitución ha despertado ciertas dudas entre las hordas trumpistas. La muerte de 17 personas en el tiroteo de Parkland (Florida) en 2018 provocó que prohibiera la venta de armas a menores de 21 años.

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Kristi Noem - Seguridad nacional

Trump tenía claro que Kristi Noem encajaba a la perfección en el perfil que estaba buscando para ejecutar la quimera logística de deportar a 11 millones de indocumentados. No en vano, la primera mujer en gobernar Dakota del Sur no dudó en mandar tropas a la frontera con Texas en diversas ocasiones para apoyar al gobernador de ese estado, el también conservador Greg Abbott, en su misión de frenar la avalancha de llegadas de inmigrantes. Hoy está al frente de uno de los departamentos gubernamentales más grandes del país, con 260.000 empleados y 100.000 millones de dólares de presupuesto, volcada en cumplir la promesa electoral de su jefe. Noem, de 53 años, casada, con tres hijos y un nieto, llamó la atención de Trump durante la pandemia, cuando se negó a imponer el uso obligatorio de mascarillas y la distancia de seguridad entre personas. Tanto, que años después llegó a sonar como compañera de fórmula de campaña para el presidente, que finalmente se decantó por J.D. Vance. Es protestante, ha escrito dos biografías y fue duramente criticada por contar en un libro que disparó a su perra porque se portaba mal.

JOSETXU L. PIÑEIRO

Tulsi Gabbard - Inteligencia

Posee una trayectoria política mareante: Tulsi Gabbard (43 años), la nueva directora de los servicios de inteligencia, pasó de ser la congresista más joven de la historia de Hawái a abanderada del movimiento antigay y después estrella del Partido Demócrata antes de convertirse en objeto de deseo para el Gobierno de Trump. Sin experiencia en el área y simpatizante de Putin, Gabbard creció bajo la influencia de un movimiento espiritual escindido de los Hare Krishna, contrario a los matrimonios entre personas del mismo sexo, el aborto y el islam, y fue una de las nominaciones más controvertidas. Su vinculación al grupo Ciencia de la Identidad generó polémica por el modus operandi de su fundador y líder espiritual, Chris Butler, un profesor de yoga y surfero que imponía obediencia total a su figura entre sus fieles. Más tarde, con el estallido de la guerra de Irak, se unió al Ejército y estuvo en el frente, y después en Kuwait, dando un giro a su visión en materia de aborto y de los derechos de la comunidad gay. Bajo esa aureola llegó a Washington en 2013 como congresista demócrata por el segundo distrito de Hawái. El año pasado se afilió al Partido Republicano.

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Elise Stefanik - Embajadora ante la ONU

Como miembro de la Cámara de Representantes, la más joven en su momento con sólo 30 años, fue una de las principales defensoras de Trump durante su impeachment. Hasta entonces había sido considerada como una conservadora moderada, trabajando para George W. Bush, e incluso crítica con el actual presidente por sus comentarios sobre su poder con las mujeres cuando vio la luz la famosa conversación con el presentador de Access Hollywood en 2016. Tachó su actitud de impresentable. Ahora se ha hecho con un puesto de relevancia con la meta de «implementar reformas y asegurarnos de que nuestros dólares se destinen a programas dentro de la ONU que funcionen, que tengan una base en el estado de derecho, en la transparencia y en la rendición de cuentas, y en la fortaleza de nuestra seguridad nacional, en nuestras alianzas», dijo. De 40 años, Trump la ha llamado «nueva estrella republicana», defensora de posturas como la retirada de EEUU de la Organización Mundial de la Salud. «Nuestros impuestos no deberían ser cómplices de apoyar a entidades contrarias a los intereses estadounidenses», sostiene.

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Lori Chavez-Deremer - Trabajo

El suyo es quizá el perfil más atípico entre las mujeres que ha elegido Trump para su Gobierno. Está a favor de los sindicatos y formó parte de un grupo de tres congresistas republicanos que votó a favor de una medida de los demócratas para facilitar las uniones de trabajadores. Viene, además, de una derrota electoral en su intento de ampliar su estancia en la Cámara de Representantes. Aun así, Trump la ha elegido como su nueva secretaria de Trabajo, una latina que se describe como una pequeña empresaria y que, junto a su marido, fundó una compañía de suministro de anestesia y varias clínicas médicas en el noroeste del país. Chavez-DeRemer es percibida como una republicana moderada que fue capaz de imponerse en un distrito de Oregón controlado durante años por los demócratas. Pese a su apoyo a Trump, optó por omitir las alabanzas al candidato presidencial en campaña. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dice de ella que «tiene más apoyos sindicales que cualquier republicano». Aunque nació y se crio en California, ha hecho carrera política en Portland. Llegó a ser alcaldesa de Happy Valley.

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Linda McMahon - Educación

Vieja conocida del trumpismo, la nueva secretaria de Educación fue directora de la Administración de Pequeñas Empresas durante gran parte de su primer mandato. Es amiga personal del presidente y una de las primeras en aportar a su causa desde los inicios, en 2016. Ha sido parte también del equipo de transición de Trump, ayudando a diseñar una parte de sus primeras órdenes ejecutivas. A sus 76 años, esta ex empresaria del mundo de la lucha libre profesional, sin experiencia alguna en la educación, se enfrenta a la compleja tarea de ir desmantelando las funciones centrales del departamento, cumpliendo con los deseos de Trump y de Elon Musk, el hombre encargado de eliminar los gastos superfluos en Washington. No parece que le vaya a temblar la mano a una trumpista devota como ella, de origen galés, nacida en Carolina del Norte y criada en el seno de una familia conservadora baptista, cuyos padres trabajaban en una base militar. Tras conocer a su futuro marido en el colegio y fundar varias empresas fallidas, montaron Titan Sports en 1980 y despegaron financieramente.

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Karoline Leavitt - Jefa de prensa

Trump quiere conectar con las nuevas generaciones de republicanos y Leavitt, de 27 años, es, con diferencia, la portavoz del Gobierno más joven de la historia de Estados Unidos. Como muchos jóvenes afines a su ideario, está convencida de que la prensa tradicional miente y tiene orquestada una campaña contra la derecha. Quizá por eso ya anunció desde el primer día que abriría las puertas de la Casa Blanca a «periodistas independientes, podcasters, influencers de la redes sociales y creadores de contenido» en general. Llamativo resulta el hecho de que esté casada con un hombre mucho mayor que ella, el empresario del mundo inmobiliario Nicholas Riccio, de 59 años, y que después de dar a luz a su primer hijo se incorporase de nuevo al trabajo en sólo tres días. «El presidente literalmente arriesgó su vida para ganar estas elecciones. Lo mínimo que puedo hacer es volver a trabajar rápidamente», escribió. Con sólo 25 años se presentó para un puesto en el Congreso apoyada por pesos pesados como Ted Cruz o Lauren Boebert, aunque fue derrotada por Chris Pappas, el aspirante demócrata. Es probable que vuelva a intentarlo. Tiempo tiene de sobra.

JOSETXU L. PIÑEIRO

Brooke Rollins - Agricultura

Rollins es también la presidenta ejecutiva de America First Policy, un think tank que puso en marcha en el año 2021 para promocionar las políticas fiscales de Trump tras su salida de la Casa Blanca. Nacida en una localidad de Texas en 1972, es además una abogada conservadora y vieja conocedora de las maneras de Donald Trump al frente del Gobierno. Fue directora del Consejo de Política Interior durante los últimos meses del primer mandato del magnate neoyorquino. Experta en agricultura, ya que es licenciada en esta materia por la Universidad de Texas A&M, Rollins representa la esperanza de algunos grupos ganaderos y agrícolas a la hora de defender sus intereses. Sin embargo, la nueva secretaria de Agricultura ha sembrado un halo de duda entre el ala dura del trumpismo, ya que se la percibe como parte de la vieja guardia del Partido Republicano, enfocada a preservar el libre comercio y las políticas favorables a las empresas. Su nombre sonó inicialmente como jefa de gabinete del presidente, cargo que finalmente recayó en la directora de campaña de Trump, Wiles.